Un largo y extraño (y maravilloso) viaje

Por Sergio Ariza

Grateful Dead, esas serán las dos primeras palabras que se te vendrán a la mente cuando escuches los primeros compases de Only Lonely, un sentimiento que no te abandonará durante buena parte de la escucha de este Summerlong, un disco en el que Americana y psicodelia se dan la mano como en los mejores tiempos de los de Jerry Garcia. Entonces podemos decir que andan un poco faltos de originalidad, pero ¿y de canciones? De canciones van sobrados y se podría decir que este es el mejor disco que hubieran sacado los Dead desde el maravilloso debut en solitario de Jerry Garcia en 1972, un disco que junto al díptico Workingman´s Dead y American Beauty es el espejo en el que se mira esta nostálgica maravilla. ¿Es derivativo? Sin duda ¿Tiene calidad? A raudales, si lo que buscan es encontrar nuevos sonidos este no es su disco, si lo que quieren es escuchar a una banda pasándoselo en grande y tocando grandes canciones no lo duden un instante y háganse con una copia ya. 

Ripley Johnson
, líder de Wooden Shjips y Moon Duo, se olvida del fuzz y del 'psych-rock' de sus bandas y se centra en los discos que se escuchaban en su casa cuando era un chaval, principalmente los mencionados Grateful Dead, añade un pedal steel y una mandolina a los psicodélicos sabores de su Eastwood Airline '59 3P, posiblemente a través de su Fender Twin Reverb del 68, y se saca de la manga el mejor disco de su carrera con una banda inventada (básicamente un proyecto en solitario) y un proyecto al que no ha dado ningún tipo de promoción.
 

 

Only Lonely
abre el disco acariciando como la suave brisa de una mañana de verano, suena al mejor country-rock de siempre, a Sweetheart Of The Rodeo o a Teach Your Children pero también a Beachwood Sparks. Empty Bottles sigue jugando con esos aromas clásicos hasta que en el 3:20 de la canción se mete en una de esas 'jams' tan queridas por los Dead, con Johnson destilando los mejores aromas de la forma de tocar de Garcia. Luego llega Real Long Gone, una canción que recuerda al Dylan del 65, al de Maggie's Farm y Tombstone Blues, es el momento más agitado del disco.
 

Pero, por lo general, el disco sigue moviéndose en terrenos más calmados, siempre con una querencia por los sabores más clásicos. Morning Light es una de esas canciones capaces de dibujar una sonrisa en la cara de cualquier oyente, el trabajo a la guitarra, tanto al pedal steel como a la eléctrica, de Johnson es una verdadera delicia.
 

 

Al final llegan dos extensas canciones con extensos instrumentales donde brilla, nuevamente, el trabajo a las seis cuerdas de Johnson. Wee Hours comienza con unos acordes propios de la Velvet del 69, la que contaba con Doug Yule como recambio de John Cale, pero luego entra la voz y vuelven los ecos de la Costa Oeste, el resultado es un extraño cruce entre los neoyorquinos y los acentos de la guitarra psicodélica de Garcia, es otro de los momentos álgidos del disco. Mejor todavía es el cierre con Wildflowers, una canción en la que el acento Motorik de la batería se acentúa y que suena como Jerry Garcia al frente de los Neu! de Hallogallo.
 

En definitiva, un disco relajado y con un sentimiento veraniego, perfecto para escuchar mientras se conduce por largas carreteras polvorientas, y es que uno no puede sino pensar que ha sido un largo y extraño (y maravilloso) viaje escuchar este Summerlong. Y puede que no te vaya a cambiar la vida pero es tan refrescante como la brisa del viento a la orilla del mar, y si tienes un mínimo de interés por el género no podrás sino volver a reproducirlo nada más escucharlo.
 

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