Born To Play Guitar (2015)

Buddy Guy

A punto de cumplir 80 años por fin admitió que vino al mundo con una guitarra –una Fender en su caso- por cordón umbilical y que su primer llanto era en realidad un blues. Ni siquiera en su página web son capaces de enumerar la inmensa discografía acumulada en una carrera tan larga como para presumir de ser uno de los maestros del mismísimo Jimi Hendrix y haber compartido escenario con él. Tocaba pues recordar lo obvio desde el título de una canción y de un nuevo disco (al parecer el 28 de estudio en solitario), sobre todo si uno recibe el Grammy reservado a las leyendas –mal augurio-, que seguramente habrá colocado en la vitrina donde guarda los siete anteriores.  

La edad, desde luego, no ha hecho aún mella en el máximo representante vivo del blues de Chicago. Ni en los dedos ni en la garganta. Ni en la intensidad con la que homenajea a su colega B.B. King, cuya muerte está aún demasiado fresca en la memoria. Nada menos que Van Morrison es quien le acompaña en uno de los mejores momentos del disco.
 

Como no podía ser menos en un álbum repleto de referencias personales también hay hueco para Muddy Waters, algo más que una influencia musical en los comienzos de su carrera. Come back Muddy es el colofón, la última canción, un lamento para piano y acústica que huele a club nocturno y alcohol barato. Blues en estado puro.



Además del irlandés es nada menos que Billy Gibbons, el barbudo guitarrista de ZZTop, otro de los invitados a la fiesta que sube y mucho el valor añadido del disco desde el primer acorde de Wear you out. No es ninguna sorpresa. Buddy Guy siempre ha estado rodeado de una cohorte de rockeros, empezando por Eric Clapton, y el tejano al fin y al cabo casi es de la familia sin contar que es el principal sustento del Museo del Blues del Delta.


La lista de amigos la completan la británica Joss Stone y su maravillosa voz que con apenas 30 añitos es ya un referente del soul, y Kim Wilson, el frontman de The Fabulous Thunderbirds, encargado de que no falte el sonido de una harmónica.

Un instrumento tan imprescindible como la Stratocaster, porque en Born to play guitar está todo lo necesario para entender el blues de Chicago tal y como lo aprendió el propio Buddy de sus maestros hace cincuenta años. Y ahora es a él a quien le corresponde pasar el testigo.


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