Corazones rotos, cocaína y Dom Pérignon

Por Sergio Ariza

Cuando Fleetwood Mac, el primer disco en el que aparecían Lindsey Buckingham y Stevie Nicks, alcanzó el primero puesto en la lista de ventas, el grupo ya estaba grabando su continuación. Lo que debería ser una fiesta se convirtió en otra cosa, para ese momento las dos parejas de la banda se estaban separando y, para colmo, la mujer de Mick Fleetwood le estaba engañando con su mejor amigo. Para rematar el batería tuvo una breve relación con Nicks mientras grababan. Fue en este enrarecido ambiente con el que se gestó la obra maestra de la banda. Los tres compositores principales, Buckingham, Nicks y Christine McVie, decidieron dar rienda suelta al desmoronamiento de sus relaciones en canciones. Tanto es así que el huraño John McVie, tras escuchar las canciones que estaban escribiendo dijo que aquello parecía “una colección de rumores”.  

Fue aquí donde Buckingham perfeccionó el estilo de la banda. Más allá de sus contribuciones personales, como Go Your Own Way o la delicada pieza acústica Never Going Back Again (dos ataques indisimulados a Nicks), está su labor dando forma a las canciones de esta y Christine McVie, particularmente la primera. Está claro que era un experto en sacar lo mejor de Stevie, pero sus arreglos para canciones tan grandes como Dreams, Gold Dust Woman o la descartada Silver Springs son sencillamente inolvidables. 
 

   

El disco se abre con la siguiente frase de Second Hand News: "I know there’s nothing to say, Someone has taken my place", Buckingham advierte a Stevie: "One thing I think you should know, I ain't gonna miss you when you go", es el tono que seguirá todo el disco. Nicks es menos explícita pero está igual de dolida en Dreams: "It's only right that you should play the way you feel it, But listen carefully to the sound of your loneliness". Es el turno de Christine McVie intentando poner un poco de perspectiva y diciéndole a su ex que mejor olvidar el pasado y mirar hacia adelante: "All I want is to see you smile if it takes just a little while, I know you don’t believe that it’s true I never meant any harm to you". Buckingham se desata con un excelente solo en su Les Paul Custom y convierte Don't Stop en uno de los pocos momentos optimistas del disco. Pero luego llega la puya definitiva, una canción llena de resentimiento y de fuerza, una de las mejores canciones de todos los tiempos. Comienza así: "Loving you isn't the right thing to do" y entre otras cosas Buckingham le dice a Nicks "packing up shacking up's all you wanna do". Normal que Stevie se una a Lindsey en el coro: "You can go your own way". El solo está interpretado con la misma amargura y resentimiento que el resto de la canción, uno de los mejores momentos de Lindsey como guitarrista.
 

   

Así siguen hasta que aparece The Chain, una de las mejores canciones de su carrera y de las pocas firmadas por los cinco miembros de la banda. Esta canción es un pacto de sangre entre ellos para permanecer juntos a pesar del derrumbe de sus relaciones personales, "And if you don't love me now, You will never love me again, I can still hear you saying you would never break the chain (Never break the chain)". Buckingham le vuelve a dar la unidad utilizando un dobro y su Stratocaster con un booster Alembic Blaster instalado. Pero la cadena que les une no impide que sigan apareciendo trapos sucios en la segunda parte del disco, con Christine McVie hablando de sus nuevos amantes hasta llegar al final con Gold Dust Woman, sobre otra de las protagonistas absolutas del disco, la cocaína.
 

   

Y es que a la inestabilidad de las relaciones (John y Christine McVie no se hablaban, y Lindsey y Stevie solo lo hacían para gritarse), se unió la indecente cantidad de cocaína y champán utilizada durante su grabación, tanto es así que Mick Fleetwood intentó poner en los créditos a su traficante. El disco se convirtió en uno de los más vendidos de todos los tiempos y Fleetwood Mac pasó a ser la banda más popular del momento. Lo habían logrado pero el coste había sido tremendo. El pacto al que llegaron con The Chain se mantendría pero sus relaciones personales nunca se recuperarían.
 

El resultado fue el 'sancta sanctorum' de los discos de ruptura. Si romper con alguien es difícil, más complicado es si se comparte grupo con ese alguien. Rumours es doloroso y traumático como una ruptura pero, a la vez, catártico y esperanzador como empezar de nuevo. El grupo puso miel sobre las heridas, con sus melodías y armonías más perfectas hasta la fecha, nunca unos corazones rotos sonaron de mejor forma que esta.
 

 

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