Una ecléctica mezcla
Por Paul Rigg
El último disco en solitario de Joe Perry, Sweetzerland Manifesto, publicado el 19 de enero en su propio sello
Roman Records, se suma a la impresión de que el cofundador, compositor clave y
guitarrista principal de Aerosmith
es un hombre que adora la variedad y se lo pasa en grande.
Es cierto que Perry sufrió un ataque al
corazón mientras estaba en el escenario en julio de 2016, pero ha logrado
convertir eso en una simple nota al pie de página de su vida en los últimos
años.
En 2014, por ejemplo, publicó su autobiografía
Rocks: My Life in and Out of Aerosmith.
Luego siguió con la creación de Hollywood Vampires, junto a Alice Cooper, Johnny Depp y otros, que lanzaron un disco de versiones y
originales bien recibido en 2015.
Cuando Perry habla sobre la grabación de una
de las pistas en el estudio de grabación Hollywood Hills de Depp, por ejemplo,
casi se puede sentir su alegría de niño: "Es como un enclave que no tiene nada que ver con el resto del
mundo" según afirma. "Es
como un refugio de artistas, tienes escritores, pintores. Hay cómicos que se
presentan. Es un lugar donde la creatividad es probablemente lo más importante.
Es un estado de ánimo casi. Me encanta grabar. Me encanta estar en el estudio.
Me encanta experimentar", dice.
Y experimenta. Coproducido con Bruce Witkin y el colaborador habitual
de Aerosmith, Jack Douglas, Perry
involucra a sus hijos, Roman y Tony (en el instrumental Spanish Sushi); Robin Zander, de Cheap Trick,
Terry Reid (un hombre clave en la
formación de Led Zeppelin) y David Johansen de los New York Dolls.
El resultado es un álbum que es una bolsa de
sorpresas, comenzando con nada más y nada menos que algunos ritmos africanos
pesados en Rumble in the Jungle. El
canto tribal en la canción contrasta fuertemente con la guitarra eléctrica de
Perry, presumiblemente una de sus Gibson favoritas, como su ES 335 o su
Firebird, que de vez en cuando toma la delantera, pero nunca busca dominar la
canción. Definitivamente, esto no es Aerosmith.
Según lo publicado, el plan original de Perry
era hacer un álbum instrumental, pero pensó que esto podría ser demasiado
aburrido para su audiencia. "Me
encanta el rock & roll, y es difícil incluso para mí escuchar una versión
instrumental del tipo de música que me gusta", dice. "De vez en cuando voy a hacer uno. Pero la
gente quiere escuchar a un cantante, y yo también quiero escuchar a un cantante".
Y así ha reunido a varios de sus amigos
cantantes. La siguiente canción basada en blues, I'll Do Happiness, por ejemplo, cuenta con el vocalista Terry Reid
(quien también canta en la rockera Sick
& Tired y el último tema Will not
Let Me Go), pero las canciones no llegan a brillar. Mucho mejor es el
directo número en plan rock setentero Aye,
Aye, Aye, con Robin Zander en la voz, que probablemente complacerá más a
los muchos fans de Aerosmith que están buscando rememorar los viejos tiempos.
Eve of Destruction, con la voz principal de Perry y una guitarra slide brillante, así como
Johnny Depp en la batería, es una versión del himno político de P.F. Sloan de 1964 contra la guerra de
Vietnam, pero tiene una relevancia particular como canción de protesta en la
actualidad. Y no solo eso, en el mismo momento en que un hombre en Hawai apretó
el botón para avisar a la isla de un inminente ataque con misiles balísticos de
Corea del Norte, pone los pelos de punta escuchar a Perry cantando: "si se presiona el botón no hay escapatoria /
no habrá nadie para salvar con todo el mundo en una tumba".
Sweetzerland
Manifesto es una mezcla de canciones basadas en el
rock y el blues con una serie de sorprendentes toques africanos y orientales en
el camino. "Va a ser interesante ver
sobre qué canciones gravita la audiencia, porque hay una gran variedad de
canciones", dice Perry; y para aquellos que vienen a este álbum con la
mente abierta, esta mezcla ecléctica de canciones significa que aquí hay algo
para todos.