Una especie de monstruo
Por Miguel Ángel Ariza
En 1983 una banda californiana llamada Metallica se disponía a grabar su
primer disco en la ciudad de Nueva York. Aquella banda estaba formada por Lars Ulrich, James Hetfield, un recién
llegado Cliff Burton y un guitarrista
llamado Dave Mustaine que mezclaba
cada vez más a menudo su gusto por las drogas con una tendencia a la violencia
que hacía cada vez más insoportable la convivencia con él en la banda. Mustaine
era un guitarrista con talento y además aportaba bastante compositivamente a la
banda...pero los jefes eran otros y acabaron por echarle del grupo justo antes
de la grabación de su primer disco Kill
'em All; y estos son los antecedentes de la llamada telefónica que cambió
la vida de Kirk Hammett para
siempre. Esa misma tarde Kirk estaba ya reuniendo el dinero suficiente para
viajar a Nueva York para juntarse con los tres hombres con los que haría
historia durante las siguientes cuatro décadas.
Hammett, nacido en San Francisco, era miembro
por aquel entonces de la banda de thrash metal Exodus y conocía a los chicos de Metallica por haber compartido
escenarios con ellos en algunos de los locales que comenzaban a dar cabida a
ese nuevo movimiento musical que surgía de la soleada California. La habilidad
de Hammett con la guitarra era manifiesta; probablemente influyese en ello el
hecho de que fue alumno del maestro de maestros favorito de esta sección, el
profesor Joe Satriani, que parece
que tiene tanto talento tocando como seleccionando a sus alumnos (David Bryson, Rick Hunolt, Steve Vai...)
En el caso de Hammett hablamos de un alumno especial para Satriani ya que
debido al lanzamiento por aquel entonces del disco que lanzó su carrera Surfin' With The Alien el guitarrista de
Metallica fue su último pupilo durante mucho tiempo.
Según James Hetfield la primera canción que Hammett
tocó con Metallica fue Seek And Destroy
y desde las primeras notas ya supo que habían llamado al hombre correcto. Desde
entonces la carrera de la banda fue un ascenso desenfrenado hasta las más altas
cimas de lo que puede conseguir una banda de rock. Quizá su punto más álgido
fuera a principios de los 90 con la publicación de su disco homónimo o Black album pero hasta ese disco,
venerado por todos a día de hoy, Metallica, con Hammett como guitarrista
solista principal, ya había regalado al mundo varias obras maestras de un nuevo
estilo conocido como Thrash Metal y que les convirtieron en la auténtica banda
a batir del estilo. De hecho, para los más radicales del movimiento, Metallica
es Metallica solo hasta ese disco y desde ese momento en adelante ya solo son
una banda popular más que hace música para las masas...
Esos primeros años de Metallica, los que
transcurren desde 1983 hasta 1991 muestran a un Hammett siempre a un nivel
altísimo con las seis cuerdas pero que va afianzándose en la banda también como
un valor compositivo. Su evolución pasa de ser un mero instrumento de
repetición de las partes compuestas por Dave Mustane para las canciones de Kill 'em All hasta acabar por aportar el
riff más emblemático de la banda y uno de los más icónicos de la historia, el
de Enter Sandman. Entre un trabajo y
otro, y por mencionar solo algunos de sus innumerables méritos, nos deja solos
increíbles como el de Fight Fire With Fire
para abrir su segundo LP Ride The Lightning,
disco en el que ya comienza notarse su mano también en la composición de temas
tan míticos como Creeping Death, el
épico punteo de Master Of Puppets
coreado por las decenas de miles de almas que abarrotan cada concierto de
Metallica (y la presión que eso le añade a la hora de tocar ¿os imagináis
fallar una nota que están cantando a pleno pulmón 50.000 almas?) todo el nivel
guitarrístico desarrollado en canciones como One o Fade To Black de la
que es coautor...en fin, la lista es interminable y la marca de Hammett es
extensísima como no podía ser de otra manera. Hablamos de una banda de thrash
metal en la que la guitarra eléctrica tiene una importancia suprema y el
solista de la banda se llama Kirk Hammett, ese mismo Kirk Hammet que se jugó a
las cartas con Cliff Burton la cama donde dormir en el autobús de la gira de
Master of Puppets cuando la banda andaba recorriendo Suecia. Cuenta la leyenda
que Cliff Burton ganó sacando un as de picas y eligió la cama de Hammett para
dormir aquella noche. El resto sucedió como sucede en las películas malas,
Cliff se va a dormir a la cama “buena” que le ha ganado a Hammett, el autobús
se sale de la carretera y choca; hay una única víctima: Cliff Burton. Este
suceso marcó a la banda para siempre y especialmente a nuestro protagonista que
asegura que no pasa un día en el que no piense en el añorado bajista de la
banda.
Pero centrémonos en el superviviente y
comencemos a hablar de lo que más nos gusta por aquí. El sonido de Hammett es
básico en el ADN de Metallica. Basa ese sonido en distorsiones con un altísimo
gain, casi chillonas en sus primeros discos, que sacaba en su tiempo con
cabezales Marshall en los que enchufaba su Gibson Flying V o la de Hetfield,
que eran las únicas guitarras que tenían por aquella época. Más tarde vendrían
los cabezales Mesa Boogie normalmente el Dual Rectifier.
Las Gibson fueron sustituidas por las ESP,
marca escogida por Kirk (y Hetfield) durante los últimos 30 años. Ha usado
infinidad de modelos durante estas décadas pero quizá la más icónica de todas y
la que él mismo ha declarado que usa para grabar mucho de su material en
estudio es su Kirk Hammett ESP “Mummy” (decora sus guitarras con motivos del
cine y los comics de terror ya que es un auténtico apasionado del todo este
mundo llegando inclusive a convertirse en uno de los mayores coleccionistas de
objetos relacionados con el género y convirtiéndose en promotor de su propio
festival de terror: el Kirk Von Hammett's Fear Festevil).
Como no podía ser de otra manera cuenta con su
propio modelo signature tanto de la Gibson Flying V como de ESP, en infinidad de
versiones y presupuestos todo sea dicho de paso. Para terminar con sus
guitarras tenemos que hablar de quizá la más icónica de todas ellas aunque no
haya sido precisamente gracias a él (hasta ahora). Hablamos de la Gibson Les
Paul Standard de 1959 que perteneció a Peter
Green, guitarrista fundador de los Fleetwood
Mac, con la que se convirtió en uno de los más grandes guitarristas de la
historia y que luego éste vendió a un joven Gary Moore que la usó durante muchos de los mejores años de su
carrera y que ahora ha acabado en las manos de Hammett, al que se le ha visto
usarla en directo para el solo de Whiskey
In The Jar en sus últimas giras, gracias al pago de una cifra en torno a
los dos millones de dólares por ella.
Pero si hablamos de Kirk Hammett y su sonido
creo que todos estamos de acuerdo en que su signo de distinción es el uso
masivo del efecto de wah. Es una constante en casi cada disco de Metallica el
escuchar el solo de guitarra de Kirk y esperar a ver como usa el wah esta vez.
De hecho, y esto es una conjetura personal, creo que el resto de compañeros de
la banda le han tenido que convencer para que no lo use en algún disco porque
evitar el sonido de wah en un solo de Metallica ya es una novedad en sí. No es
raro que el guitarrista californiano haya declarado que el wah es una extensión
de su personalidad. Quizá esta afición al wah venga también de su afición por
el blues rock de los 60 o por grupos más clásicos como UFO o la Jimi Hendrix
Experience (ha declarado que sus guitarristas favoritos son Jimi Hendrix, Michael Schenker y Uli Jon
Roth) Estas influencias fueron parte fundamental para la “conversión” de
los Metallica de los 90 del Load o el
Reload a sonidos más cercanos al Hard
Rock que al Heavy o el thrash metal.
Los últimos años de su carrera y de la carrera
de la banda han estado siempre salpicados de rumores de separación, de idas y
venidas de las clínicas de rehabilitación, de cambios en la formación etc...en
fin lo que viene siendo la maquinaria de seguir manteniendo a flote como sea
una de las bandas más grandes del planeta.
Para el bueno de Kirk últimamente no han ido
las cosas demasiado bien ya que para la grabación del más que respetable Hardwired To Self Destruct iba grabando
ideas de canciones en su móvil, hasta más de 200 según él, pero se lo robaron
con todo el contenido dentro y acabó por no aportar nada compositivamente al
disco...versión que James Hetfield ya ha puesto en duda y ha venido a decir que
quizá Kirk haya puesto esa excusa por no haber trabajado lo suficiente estos
últimos años o no haber estado demasiado inspirado. Lo que sí sabemos gracias a
esas declaraciones es que al cantante de Metallica el que Kirk no haya sumado
composiciones al último disco no le ha hecho ninguna gracia.
Este tipo de declaraciones cruzadas entre
miembros de la banda ha sido una constante desde casi sus inicios y para
terminar no queremos dejar de recomendar desde aquí el documental Some Kind Of Monster plagado de alguno
de los documentos audiovisuales más increíbles jamás grabados (o al menos que
hayan visto la luz) sobre un grupo de rock (reunión con Dave Mustane incluida
30 años después). El auténtico monstruo en el que se ha convertido Metallica
sin ningún filtro.
Kirk Hammett es parte esencial de ese
monstruo, su sonido es parte esencial ya de la historia de la música rock y su
manera de tocar la guitarra ha influenciado a miles de guitarristas de todo el
mundo. Ver a 50.000 almas cantando a pleno pulmón los solos que tú has
compuesto en cada concierto de tu banda tiene que ser un sentimiento muy
poderoso y eso solamente lo han logrado unos pocos guitarristas sublimes que
han tenido la suerte de caer en una banda sublime. La historia de Kirk Hammett
y Metallica y de Metallica y Kirk Hammett.