El Hendrix de la acústica
Por Sergio Ariza
Cuando se habla de Bert Jansch siempre se suelen resaltar dos cosas, primera que uno
de sus mayores fans, bajo propia admisión, cogió su arreglo de la canción
tradicional folk Blackwaterside y la
convirtió en un instrumental del primer disco de su banda, unos tal Led Zeppelin, llamado Black Mountain Side que firmó él mismo,
un tal Jimmy Page. La segunda es que
cuando a Neil Young le preguntaron en 1992
por su guitarrista favorito no dudó en responder "Bert Jansch es el mejor guitarrista acústico; desde luego mi favorito.
Como eléctrico diría Jimi Hendrix. (...) Pero Bert Jansch está en el mismo
nivel que Jimi". Esas son las dos anécdotas que todo el mundo destaca
(yo mismo lo acabo de hacer) pero lo que no deberíamos olvidar es que Jansch es
mucho más que un gran guitarrista, siendo también un magnífico compositor.
Alguien que ha escrito canciones tan emocionantes como Needle of death o Poison;
y que además es tan importante en la carrera de otros como Nick Drake, Donovan, Paul Simon, Johnny Marr o los dos nombrados al
principio; es mucho más que un excepcional guitarrista.
Jansch tuvo una longeva carrera con más de 25
discos a sus espaldas, ya fuera en solitario o con los fundamentales Pentangle, y fue una de las mayores
(¿la mayor?) figura de la escena folk británica, siendo el enlace entre las
figuras fundadoras como Davey Graham
y lo que se dio en conocer como folk rock británico, como Fairport Convention. Pero en el estilo de Jansch cabían muchas más
cosas que folk, como blues, jazz, rock o esos floridos pasajes a la guitarra
que dieron con el término de folk barroco. Nunca tuvo, ni buscó, la fama de sus
muchos admiradores pero la lista de estos es de las más amplias y floridas de
las que pueda presumir nadie, antes de morir en 2011 a los clásicos ya nombrados
(u otros como Pete Townshend, Richard Thompson o Elton
John) se le había unido una nueva generación de artistas como Devendra Banhart, Pete Doherty o Beth Orton.
El escocés nació un 3 de noviembre en Glasgow,
aunque creció en Edimburgo. Desde pequeño quedó fascinado por la guitarra
siendo sus primeros ídolos Elvis Presley
y Lonnie Donegan, cuyo popular
estilo, el skiffle, incorporaba cosas folk y de jazz tradicional. A los 14 años
tuvo su primera guitarra, una Zenith a la que se conocía como la 'guitarra de
Lonnie Donegan' y comenzó a visitar los primeros clubs de música folk. Allí
conocería a Archie Fisher y Jill Doyle que se convertiría en su
primera profesora y le introduciría en el mundo de Pete Seeger, Woody Guthrie y su idolatrado Big Bill Broonzy. Pero el hombre que más impresión causaría en
Jansch sería el hermanastro de Doyle, Davey Graham, del que aprendería de
primera mano la influyente Angi. Más
tarde en su carrera el propio Jansch reconocería "las tres únicas personas a las que he copiado en mi carrera han sido
Big Bill Broonzy, Davey Graham y Archie Fisher".
Con 15 años, siguiendo la estela de Graham,
abandonó su casa y pasó a vivir como un vagabundo errante por toda Europa, e
incluso Marruecos, lugar que visitó interesado por su música. En ese momento su
técnica ya era tan impresionante que se ganaba la vida no solo tocando sino
dando clases de guitarra. A su vuelta al Reino Unido se empapó bien de toda la
escena folk británica, con gente como Martin
Carthy, Ian Cambell, y especialmente, Anne
Briggs que fue la que le enseñó canciones que serían fundamentales en su
carrera como Blackwaterside y Reynardine. En 1963 se trasladó a
Londres donde estaba surgiendo una potente escena musical folk, centrada en el
barrio del Soho, gracias a la repercusión internacional de Bob Dylan. Su fama le llevó a conocer al ingeniero y productor Bill Leader en cuya cocina grabó una
cinta con un grabador Revox que se convertiría en su primer disco. Era 1965 y
la escena folk británica había encontrado a su rey.
Leader vendió la cinta a Transatlantic Records
por 100 libras. El disco terminaría vendiendo más de 150.000 copias, impulsado
por la versión de Donovan de Do You Hear Me Now?. Claro que no era el
único gran momento del mismo, allí se encontraban su increíble versión de Angi, o dos de las mejores canciones que
salieron de su pluma, Strolling down the
highway, que posteriormente versionaría Nick Drake, y Needle of death, una canción que tendría tal efecto en Neil Young
que la utilizaría como base para dos de sus propias canciones The needle and the damage done y Ambulance blues. El canadiense lo
calificó como "épico" pero
no fue el único que se obsesionó con el mismo, Jimmy Page, en ese momento uno
de los músicos de sesión más solicitados del país, afirmaría "estaba a años luz de lo que estaban haciendo
los demás. No había nadie en América que se le pudiera acercar".
Lo curioso del caso es que Jansch siguió ajeno
a fama y modas, el rey de la escena folk británica tocaba solo para los
iniciados desde su reino de Les Cousins en el Soho londinense. Seguía actuando
como un vagabundo y ni siquiera tenía una guitarra de su propiedad, ese primer
disco lo grabó con una Martin 00028 que le prestó Martin Carthy. A su alrededor
había toda una pléyade de músicos como Roy
Harper, John Renbourn (otro fantástico guitarrista con el que compartía
piso en Kilburn) o el estadounidense Paul
Simon que cuando volvió a EEUU a finales del 65 se llevó consigo el Angi que le había enseñado Jansch y la
renombró Anji cuando la grabó con Simon & Garfunkel. Sobre las mismas
fechas apareció su segundo disco, llamado It
don't bother me, en el que Harper y Renbourn aparecen como invitados. Sería
con el segundo con el que formaría su relación musical más importante. Sus
intrincadas conversaciones a la guitarra darían paso a lo que se conoció como
folk barroco, Renbourn era un experto en temas medievales y Jansch un
apasionado del jazz, con Charles Mingus
a la cabeza, y esa mezcla de estilos, con folk y blues, les llevaría a crear
algo totalmente personal.
Con la aparición del tercer disco de Jansch,
el influyente Jack Orion, en el que
se hacían versiones de canciones tradicionales, incluida el Blackwaterside del que se apropiaría
Page, su relación se hizo más íntima como se puede ver en la canción que le da
título. Jansch y Renbourn comenzaron a tocar como dúo en los garitos del Soho,
llegando a grabar un disco juntos en 1966. Al año siguiente, en sus actuaciones
en el pub Horseshoe, comenzó a aparecer la vocalista Jacqui McShee, y al poco se les unió la maravillosa sección rítmica
compuesta por Danny Thompson al bajo
y Terry Cox a la batería, pasando a
actuar bajo el nombre de Pentangle.
Mientras tanto Jansch seguía con su carrera en
solitario, Nicola fue su quinto disco
y le vio aproximándose a formas más pop, siendo la maravillosa Woe is love my dear un anticipo de lo
que haría Nick Drake unos años después en Bryter
Layter. La ausencia de repercusión comercial le llevó a priorizar a
Pentangle que sacó su disco de debut en mayo de 1968. Su atractiva mezcla de
folk, jazz y blues les convirtió en referentes de la naciente escena folk-rock
británica. En el primer disco de Pentangle se puede volver a apreciar la increíble
comunicación entre las guitarras de Jansch y Redbourn, con una excelente
aportación de Terry Cox a la batería, en Bells,
una mezcla perfecta entre folk y jazz. Para ese momento Jansch tocaba con una
guitarra construida por John Bailey,
un nombre mítico en la escena folk británica. En 1969 sacaron su obra maestra, Basket of light, que incluía su canción
más famosa, Light flight, además de
otras grandes canciones como Once I had a
sweetheart o Train song, un dueto
entre Jansch y McShee. Instrumentalmente es también el pico de su carrera, como
prueba el excelente solo de Springtime
Promises, la John Bailey de Jansch y la Gibson J-50 de Renbourn se
entienden a la perfección. Además su paleta se ha ampliado con toques
orientales y rock, Renbourn también toca la eléctrica, una Gibson 335, y el
sitar, y Jansch añade el banjo. Para culminar el que fácilmente se puede
denominar como el mejor año de su carrera, también apareció Birthday Blues, su sexto disco en
solitario, en el que aparecen Thompson y Cox, además una de las mejores
canciones de su carrera, Poison.
Pero la buena racha comercial de Pentangle
llegó a su fin con Cruel sister, que
fue un fracaso comercial, aunque no artístico. Pentangle grabó dos discos más
pero llegó a su disolución en 1973 con una agria disputa sobre 'royalties' con
su compañía. Fue un final agridulce para una gran banda. Jansch, desencantado
con el mundo de la música, se fue a vivir a una granja con su mujer y se retiró
de los escenarios, aunque siguió grabando por su cuenta como se puede comprobar
en el notable L.A. Turnaround de
1974, en el que estrenó su Yamaha FG1500, después de que alguien robara su
Bailey. Pero la vida como granjero no duró mucho y en 1977 abandonó a su mujer
y volvió a la música, formando el grupo Conundrum.
Hubo varias giras y discos más, pero los 80 estuvieron marcados por su fuerte
abuso del alcohol.
Su resurrección artística llegó en 1995 con When the Circus Comes to Town, donde
aparecía la hermosa Morning brings peace
of mind. A partir de aquí comenzó a ver como su carrera vivía un
resurgimiento. En el año 2000 grabó Crimson
Moon, un disco en el que guitarristas más jóvenes como Johnny Marr o Bernard Butler aparecen como invitados,
al año siguiente la BBC le dio un premio por toda su carrera y dos años después
la Rolling Stone le incluyó en su lista de 100 mejores guitarristas de todos
los tiempos. En 2007 le llegó el turno del reconocimento a Pentangle y la banda
al completo volvió a tocar junta. En 2010 Neil Young tuvo la oportunidad de
agradecer su enorme influencia llevándoselo para abrir los conciertos de su
gira de 2010. Ese mismo año Eric Clapton le invitó a su
festival Crossroads. Durante estos últimos años fue fiel a una Yamaha LL11.
A pesar de ser diagnosticado con un cáncer de
garganta, Jansch decidió salir de gira en 2011 con los reformados Pentangle,
dando su último concierto en el mismo Royal Festival Hall en el que habían
grabado, 43 años antes, parte del mítico Sweet
Child. Pero el Hendrix de la acústica terminó perdiendo su batalla contra
el cáncer y falleció un 5 de octubre de 2011. Todavía hoy es imposible evaluar
el enorme impacto de su música y su forma de tocar en el mundo de la guitarra acústica,
pero nadie con un mínimo de interés por los sonidos más desnudos debería escapar
del influjo de su monumental obra.