Puro Rock'n'Roll
Por Sergio Ariza
Los Stooges
se habían disuelto sin conseguir tener ninguna repercusión en 1971 tras dos
estupendos discos, The Stooges y Fun House, poco después de que se les
uniera James Williamson a la
guitarra. Pero mientras tanto un fan de la banda se había convertido en
estrella. David Bowie había conocido
a Iggy Pop y le había contratado
para el sello de su mánager. Al poco tenía un contrato para grabar un disco en
Londres. Iggy llamó a Williamson y le preguntó si quería marcharse con él a
Inglaterra. El guitarrista, que en ese momento vivía en el sofá de su hermana
no lo dudo y juntos tomaron un avión al día siguiente. Como no encontraban
músicos ingleses que se adaptaran a su estilo, los hermanos Asheton fueron repescados como sección
rítmica y se comenzó a grabar Raw Power,
un título profético que define a la perfección lo que los Stooges grabaron
durante su estancia en las Islas británicas.
El resultado no le gustó a la productora que
le pasó las cintas a Bowie para que hiciera algo con ellas. Bowie le dio el
resumen perfecto del disco a Iggy: “Tu
música es tan primitiva que tu batería debería sonar como si estuviera golpeándola
con un tronco de madera”. No solo la batería, todos los instrumentos, de la
guitarra de Williamson a la voz de Iggy suenan como si fuesen agresiones. El
piano de la canción titular suena como un martillo haciendo obras en la casa de
al lado. Es un disco lleno de energía cruda, en el que los tímpanos del que lo
escucha corren peligro, como se puede comprobar desde el brutal inicio con Search & destroy, la mejor canción
de su carrera, hasta en los momentos de más calma, como en la monumental Gimme danger, hay una sensación de
peligro y electricidad.
Sin duda una de las razones de su sonido es un
Williamson desatado con unos solos que cortan como los alaridos del propio
Iggy. Your Pretty Face Is Going To Hell
debe ser la cosa más sucia jamás grabada, con la distorsión puesta en niveles
radioactivos. Penetration es un blues
tan lascivo que haría que el mismísimo Robert Johnson (el mismo que pedía
que le exprimieran el limón hasta que el zumo le corriera por la pierna) se
sonrojara, Raw Power es una de las más
sobresalientes, y directas, canciones de su carrera. Con I need somebody vuelven al blues primitivo y sexy, con Williamson
mezclando una Martin D-28 acústica con los latigazos de su Gibson Les Paul Custom
del 69 sonando a través de un Vox AC30. Con Shake
appeal vuelven las descargas eléctricas a la velocidad del rayo. Cierra el
disco la brutal Death Trip, que suena
como si cuatro cavernícolas hubieran sido descongelados y les hubieran puesto a
tocar rock'n'roll.
Este es uno de los mejores discos de rock de
la historia, música visceral hecha desde las entrañas, agresiva y absolutamente
genial. Dicen que el punk surgió en Nueva York un par de años después pero la
gente de Detroit tendría un par de cosas que decir sobre eso. Este disco hace
que los Ramones suenen tan pulcros
como los Beach Boys, es inquietante
y subversivo, sucio y salvaje a un nivel 11 sobre una escala de 10, es, en
definitiva, puro rock'n'roll.