La reencarnación de Duane

Por Sergio Ariza

Solo con escuchar los primeros 24 segundos de este disco ya sirven para exclamar "¿ha resucitado Duane Allman?" Claro que cuando te enteras del que está sonando así es el sobrino de Butch Trucks, el batería original de los Allman Brothers, que se llama Derek en homenaje a ese ficticio grupo llamado Derek & The Dominos en el que militaba el mayor de los Allman, Duane, no puedes sino pensar que de casta le viene al galgo. Por algo este prodigio de las seis cuerdas ya se subía a tocar con la banda de su tío a los 12 años y a los 20 ya era miembro de pleno derecho (el más joven de su larga historia).  

Este 'Joyful noise' era el tercero que sacaba con su banda, The Derek Trucks Band, y el primero en una multinacional. Editado en 2002 con tan solo 23 años de edad, pero siendo ya todo un veterano (además de con los Allman, ya había tocado con gente como Bob Dylan, Joe Walsh, Buddy Guy o Stephen Stills), es su intento de ampliar su sonido y demostrar su amplia gama de influencias, desde el consabido blues-rock y las jams tipo los Allman, hasta el jazz, la salsa o la música india. Ese intento de abarcar tanto hace que el disco sea algo disperso y más un intento de demostrar todo lo que sabe que una obra unificada. Aun así, su increíble calidad como guitarrista hace del mismo una delicia para los aficionados.


 

El disco se abre con la canción que le da nombre, tras ese inicio a lo Duane, la canción rompe a un ritmo funky que recuerda al Stevie Wonder más setentero. 'So close so far away' es un bonito instrumental en el que su guitarra se luce en el mejor estilo 'Whipping post', pero lo mejor llega a continuación con la explosiva colaboración con la leyenda del soul Solomon Burke en 'Home in your heart'. Pura dinamita con Trucks luciéndose con el slide y Burke haciéndonos creer que su voz no ha envejecido nada desde que la grabara originalmente en 1963. La colaboración con el músico pakistaní Rahat Fateh Ali Khan que canta en la mística 'Maki Madni' vuelve a poner en primer término su trabajo con el slide y sus enseñanzas sobre música hindú con Ali Akbar Khan. Su acercamiento a la salsa y a la música latina viene bendecida por la presencia del gran Rubén Blades en 'Kam-Ma-Lay', los sonidos latinos y su guitarra hacen que vengan a la memoria los Santana de los tres primeros discos, aquí utiliza la guitarra que más suena en este disco, una Washburn Custom E300 con dos pickups Seymour Duncan y un amplificador Super Reverb del 63, aunque también hay sitio para su mítica Gibson SG del 61, siendo las dos únicas que emplea en todo el disco.
 

Luego vuelve Burke para disfrute de todos, nuevamente vuelven los aromas sureños y el slide tocado con uno de los botes de cristal de pastillas Coricidin que Gregg Allman le había regalado asegurándole que habían pertenecido a Duane. 'Every Good Boy' le ve volver al funk y al jazz rock de los 70, es una de las piezas más flojas del disco, las cosas mejoran bastante con la aparición de su mujer, y también guitarrista, Susan Tedeschi para una excelente lectura del 'Baby, you're right' de James Brown, 'Lookout 31' le ve mirándose al espejo del John McLaughlin de la Mahavishnu Orchestra, rayando por momentos en el free jazz. Cierra el disco 'Frisell' con suaves toques jazz e influencia oriental.


     

'Joyful noise'
es un disco ecléctico con el que Trucks quiere demostrar a toda costa que su universo se expande mucho más allá de la música de los Allman Brothers. Lo malo de esto es que es un disco poco cohesionado. Como guitarrista no se le puede poner ninguna tacha, demostrando que era uno de los que más futuro tenía por delante. Luego llegarían discos más redondos y compactos como 'Already Free', su mejor obra hasta la fecha, pero 'Joyful noise' servía para demostrar que el heredero de Duane tenía mucho futuro por delante.

 

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