El colofón de su formación clásica
Por Sergio Ariza
'Made in
Japan' funciona como una especie de grandes éxitos de
la formación más popular de Deep Purple,
la conocida como Mk II a la que a los miembros originales, Ritchie Blackmore, Ian Paice y Jon
Lord, se sumaban Ian Gillan y Roger Glover para convertirse en una de
las referencias del hard rock. Grabado en agosto de 1972, en dos recitales en
Japón, el disco no se iba a publicar fuera del país asiático pero terminó
convirtiéndose en el más exitoso de la carrera de la banda. Aun así, sigo
considerando a 'Machine head' como el
disco definitivo de la banda y es que, a pesar de unas canciones enormes y
esculpidas en piedra (a la manera de la portada de 'In Rock') como ‘Highway
star’, ‘Smoke on the water’ o ‘Strange kind of woman’, este no es un
disco perfecto y no lo es por dos razones, la primera es que como a Blackmore, hubiera
preferido escuchar la voz mucho más sentida de Paul Rodgers al frente antes que los gorgoritos de Gillan, y la
segunda es que no hay disco de rock que necesite un solo de batería de 7
minutos.
Pero vayamos por partes, 'Highway star' es espectacular, una versión mejorada de la que
encontramos en estudio, aunque al final Gillan suelta uno de esos grititos
teatrales más propios de la pomposidad de una obra de Andrew Lloyd Webber que de esta gran banda de rock. Sé que es una
opinión minoritaria, pero al escuchar 'Child
in time' no puedo sino pensar en cómo el cantante de Free, el preferido por Blackmore para la banda, hubiera convertido
esos chillidos en otra cosa. Eso sí, luego entra el guitarrista poseído y se
hace un solo brutal, con un Paice perfecto, aguantando el ritmo de la Strato
más rápida del momento. Luego las aguas se calman y Lord crea un misterioso
ambiente donde esta vez sí Gillan está perfecto, con las aguas calmadas tras la
tormenta de Blackmore, pero la intensidad va subiendo y vuelve a chillar de
manera histriónica, es un verdadero prodigio de rango y alcance pero suena
totalmente artificial. A continuación llega el RIFF, escrito así con mayúsculas, las cuatro notas que han definido
la carrera de Deep Purple, con la versión definitiva de 'Smoke on the water'. No sobra, ni falta, nada, todos están
perfectos, con Gillan demostrando lo gran cantante que es despojado de la
teatralidad y un solo de Blackmore para enmarcar.
'The
Mule' es un vehículo para que Paice se luzca. No tengo
nada en contra uno de los mejores bateristas de la historia del rock pero los
solos de batería de más de un minuto deberían estar prohibidos... a no ser que
seas John Bonham, en cuyo caso
subiría hasta 2. 'Strange kind of woman'
es una de las mejores canciones de su carrera pero, esta vez, la versión en
directo es inferior a la de estudio, ¿la razón? Estamos en los 70 y todos los
miembros del grupo se tienen que hacer un solo, eso incluye al vocalista. En
este caso Gillan se mete a vocalizar los punteos de Blackmore con resultados dudosos.
Al final parece que se pilla los dedos con la tapa del piano por el sonido que
emite. Eso sí, si le quitamos esa parte es un 10 de canción. 'Lazy' es un blues-boogie progresivo que
sirve para el lucimiento de Lord y Blackmore, lo cual siempre está bien porque
el guitarrista está en el momento álgido de su carrera. 'Space Truckin' es el cuarto clásico de 'Machine head', es otra gran interpretación (aunque también
preferiría oírla con Paul Rodgers, o incluso Coverdale, antes que con Gillan), con el Hammond de Lord como gran
protagonista. Pero la estiran demasiado y me quedo con la versión de estudio.
De todas formas, más allá de mí manía a los
amaneramientos de Gillan y a los largos solos de batería, 'Made in Japan' es uno de los grandes discos de la carrera de Deep
Purple, el colofón perfecto a la trilogía esculpida en piedra que forman 'In rock', 'Fireball' y 'Machine Head',
los discos que les situaron, junto a Led
Zeppelin y Black Sabbath, como
uno de los tres pilares del heavy metal. Luego llegarían muchos más cambios de
formación pero esta Mk II es la cúspide de la banda y la razón por la que serán
siempre recordados.