Loud Hailer (2016)

Jeff Beck

El ‘manifiesto’ de un guitarrista cabreado

No es un disco, es un “manifiesto”. Jeff Beck ha roto su silencio de seis años ante la insoportable necesidad, explica él mismo, de dar su “punto de vista” sobre una sociedad en la que hay demasiadas cosas que no le gustan. Lo ha hecho de la única forma que sabe, con una de sus Stratocaster y un nuevo disco, Loud Hailer, un ‘megáfono’ con el volumen al máximo y mucha rabia contenida a duras penas. Sus setenta años largos de leyenda de la guitarra le dan derecho a eso y a mucho más. Por eso regresa a nuestro Jukebox con su nuevo lanzamiento en mitad del tórrido julio de 2016.


“La revolución será televisada”, proclama en el primer tema. Tan caliente como el verano, Beck no sólo parece cabreado con el mundo que le rodea, da la sensación de que también con sus colegas, a los que parece empeñado en recordar cómo se toca una guitarra. De la pista de baile al metal, sin perdonar un solo género a lo largo de sus 11 canciones, el maestro ‘setentón’ ha salvado sus manos de la edad con un despliegue técnico que sólo tiene un adjetivo: insultante.



El ‘megáfono’ de Beck también peca de nostalgia, pero bienvenida sea si produce temazos como Live in the Dark o la locura tecno country -o lo que sea- de Thugs Club, una pesadilla para los amantes de los efectos ‘especiales’ que pretendan emular al ‘abuelo’.


Beck
tiene para todos, incluso para el revival de la psicodelia disfrazada de rock progresivo. Scared for the children puede ser un buen ejemplo con su regusto voodoo child, como él mismo ha confesado a Rolling Stone: son apenas cuatro notas que le salieron de forma inconsciente. Cuando se dio cuenta, no quiso cambiarlas. “Nunca he amado tanto a Hendrix como ahora”, asegura para recomendar su concierto de 1969 en el Royal Albert Hall y, en concreto, el “increíble” solo de Red House.

Beck
también tiene nueva ‘chica’ o, mejor dicho, tiene dos. Es su aportación a su actual banda, la cantante Rosie Bones y la guitarrista Carmen Vandenberg, un joven dúo londinense de veinteañeras que quitan el hipo en todos los sentidos y que, como él, tienen como productor a Filippo Cimatti. Él se ha encargado, además de poner en orden las ideas del jefe, de la base rítmica, también de la escuela italiana, con Davide Sollazzi a la batería y Giovanni Pallotti al bajo.

Beck
ha lanzado su ‘manifiesto’ en vísperas del 50 aniversario de su carrera en solitario -el 10 de agosto-, y su celebración por todo lo alto en el Hollywood Bowl con un concierto en el que estará arropado por una gran orquesta e invitados especiales del calibre de Buddy Guy, Steven Tyler y Beth Hart. Y por un par de ‘rubias’ que podrían ser sus nietas. Un solemne y merecido homenaje que le llega, no cabe duda, con muy pocas ganas de jubilarse.


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