Johnny Marr - Fever Dreams Pts. 1-4 (2022): Mucho más que un ex Smiths
Por Sergio Ariza
Fever Dreams Pts. 1-4, el cuarto disco en solitario de Johnny Marr, viene a demostrar que artista es mucho más que el guitarrista y compositor principal de los Smiths, y que se ha labrado una carrera, y un sonido, mucho más variado desde el momento en el que salió de la mítica banda, hace ya 35 años. Y es que este disco suena a Marr por los cuatro costados, no solo al genio que nos dio el riff de This Charming Man, sino al tipo que mezcló música indie con electrónica en Electronic o al que pasó a ser un miembro a tiempo completo de Modest Mouse.
Marr compuso este expansivo disco doble durante los tiempos de la pandemia y lo hizo con un objetivo claro: "Quería que este disco sonara clásico y universal. Eso es lo que sentía. Quería mirar hacia adentro, pero hacer música realmente orientada al exterior". Misión totalmente cumplida con un disco en el que brilla en las dos cosas que siempre ha brillado, como guitarrista y como compositor, pero en el que también se nota que es cada vez un cantante más interesante.
El disco comienza con Spirit Power and Soul, un gran tema electro soul en el que se nota una conexión a sus días con Electronic el proyecto que compartió junto a Bernard Sumner de New Order, en el que mezclaba guitarras y electrónica, en este caso con una fuerte raíz góspel. A pesar de que en el vídeo de la canción aparece con una Strato hecha a medida para él con nueve pastillas, la guitarra principal que ha utilizado en el disco es su Signature Johnny Marr Jaguar a la que da gran uso en Counter Clock World, uno de los mejores estribillos del disco, en la que Marr colorea perfectamente la canción con la seis cuerdas.
Otra gran canción es la potente Hideaway Girl, en la que cuenta con la colaboración de su hijo Nile en los coros, un tema que demuestra que Marr sigue siendo un maestro a la hora de construir paisajes sonoros ricos y cinematográficos con su guitarra, aunque en este disco los teclados también son parte de ese tapiz sonoro, como se puede apreciar en ese tema tan Depeche Mode que es Sensory Street. Otro ejemplo es Night And Day que, a pesar de comenzar con una de esas frases de guitarra tan características, luego transcurre por caminos más cercanos a la pista de baile (parece claro que Marr nunca tuvo la intención de "quemar la disco y colgar al DJ").
Eso sí, también hay temas cercanos al espíritu de los Smiths, como ese cierre con Human, y no solo por ese inicio acústico que la emparenta con Please Please Please Let Me Get What I Want, sino por toda la canción en sí, con su mensaje de esperanza y humanidad. Es un gran final para un disco que demuestra que Marr además de seguir siendo un guitarrista totalmente impecable, y con uno de los estilos más personales, también es capaz de crear un disco cohesionado en el que se mezclan sin rubor influencias de Depeche Mode con T. Rex y toques soul, sonando al final del día a su propio autor, alguien con un total dominio de su oficio y sin síntomas de anquilosamiento artístico.