Nigel Tufnel, destrozando tímpanos al 11

Por Sergio Ariza

¿Qué podemos decir desde Guitars Exchange sobre Nigel Tufnel y Spinal Tap que no se haya dicho ya? Estamos hablando de un guitarrista único, además de uno de los mayores coleccionistas que existen, alguien que tiene una Les Paul del 59, una Black Beauty, un Fender Bass VI con la etiqueta todavía puesta que no se puede tocar (ni siquiera mirar), una L5, una Flying V de los 50 y decenas más de ejemplares únicos, por no hablar de que es el único poseedor de un amplificador Marshall que sube el volumen hasta el 11, dándole ese empujón extra por si te quieres arrojar por un acantilado.   

    

Además, si el puto Jimmy Page tocaba la guitarra con el arco de un violín, Nigel Tufnel toca la guitarra con un puto violín y es capaz de afinarlo mientras sigue tocando, chúpate esa Jimmy. Tufnel es una verdadera leyenda, una cuyo único objetivo, como el de todo el buen rock & roll, siempre ha sido hacer daño, lograr que tus oídos sangren, cambiar tu vida, aunque no necesariamente para mejor…
  

Tufnel nació un 28 de diciembre de 1948 en Squatney, Londres. Desde bien pequeño se interesó por la guitarra, siendo uno de sus primeros ídolos Les Paul con el que llegaría a tocar de mayor. Su primera guitarra fue una Sunburst Rythm King que su padre le regaló a los 6 años. Eso sí, los oídos paternos no estaban preparados para los ruidos que Tufnel lograría sacar de aquel instrumento que acabó hecho astillas mucho antes de que Pete Townshend destrozara su primera guitarra.
   

    

La vida de Tufnel cambió por completo cuando conoció a su vecino David St. Hubbins que compartía su pasión por la música y era igual de negado que él para ella. Ambos estaban obsesionados por el blues, sus artistas favoritos eran Honkin' Bubba Fulton, Little Sassy Francis y, principalmente, Big Little Daddy Coleman, un guitarrista que había nacido sordo. Siendo todavía adolescentes formaron su primera banda, The Thamesmen, que hacía skiffle. Su primera canción, (Cry) All the Way Home, describía a la perfección la recepción que tuvo su primer concierto.
  

Tuvieron que esperar que el éxito de los Beatles, los Stones, los Kinks, los Animals y otras buenas decenas de bandas abriera la puerta para que bandas como los Thamesmen consiguieran un contrato discográfico. En su primer sencillo ya dejaban claro cuál era su máxima ambición, se llamaba Gimme Some Money. Spinal Tap lo tenían clarísimo desde el principio, aquí no había dobles entendidos, ni metáforas escondidas, danos algo de dinero, eso es lo que siempre ha buscado esta banda, aunque en ese momento todavía fuera los Thamesmen. Al final la tuvieron que retirar del repertorio porque la gente se lo tomaba literalmente y les arrojaba dinero, aunque, curiosamente, siempre monedas y no billetes. De la infección producida por un centavo que le dio en el ojo fue como murió su primer batería.
   

    

En 1967 se produjeron dos cambios fundamentales, el primero fue la entrada en la banda del imprescindible tercer miembro de la banda, el bajista Derek Smalls, el segundo fue el cambio de nombre, los Thamesman se convirtieron en Spinal Tap. A finales de ese año olieron que el dinero estaba en el hipismo y el ‘flower power’ y sacaron al mercado Listen To The Flower People, con solo de sitar de Tufnel incluido. El mensaje era claro, no hables, no pienses, solo escucha.
  

Poco después de que Listen To The Flower People subiera al 28º puesto de las listas en EEUU y al 5º en el Reino Unido, el batería de la banda, Eric "Stumpy Joe" Childs, murió ahogado en vómito, aunque probablemente no fuera el suyo propio. La fama se cobraba una nueva víctima. Su reemplazo fue Peter "James" Bond con el que grabarían sus discos y canciones más conocidas.
  

Y es que el signo de los tiempos había vuelto a cambiar y a la fiebre por la psicodelia le siguió el surgimiento del hard rock y el Heavy metal y la aparición de Led Zeppelin, Black Sabbath y Deep Purple. Tufnel se hizo con una Les Paul del 59 después de ver a Jimmy Page con una, al poco después la estaba tocando con un violín mientras que con la pierna tocaba una Stratocaster del 61. Si el dinero estaba en el rock duro, Spinal Tap no dudaría en girar sus amplificadores al 11 y girar, como una veleta,  en esa dirección.
   

    

Su primer gran clásico en el género fue Big Bottom, un homenaje a una gran parte de su audiencia femenina que tenía unas posaderas enormes y decidieron dedicarles una canción, con un riff de bajo de Smalls que es parte de la historia del rock, el momento por el que siempre debería ser recordado, casi tanto o más que por su mítico bigote. Y es que solo con escuchar ese riff ya tienes la imagen enfrente de ti, el culo más grande del mundo rebotando. Luego Queen les copiarían descaradamente con Fat Bottomed Girls, pero es lo que siempre ha pasado con Spinal Tap, estaban adelantados a su tiempo y detrás en todo lo demás. Eso sí cuando Soundgarden hicieran su versión de la canción se pudo ver la huella de Spinal Tap en el Grunge.
  

Aquella canción se incluiría en Brainhammer, un disco en el que la Les Paul de Tufnel comenzaba a enseñar esas notas sostenidas que pueden durar una eternidad y de las que, cuenta la leyenda, se pueden escuchar hasta cuando no está tocando la guitarra.
  

En los 70 seguirían llegando los clásicos, como la poética Swallow My Love o la nada repetitiva Tonight I'm Gonna Rock You Tonight, hasta llegar a su canción más mítica Stonehenge, un tema de rock progresivo en el que el hard rock se funde con el folk y el misticismo. Ellos tienen claro que es su Stairway To Heaven, la canción que nunca puede faltar en sus directos, en cambio, para la mayoría de críticos, citando las palabras del inmortal Lester Gang, “son como Led Zeppelin, solo que mucho peor”.
   

    

La canción llevaba la firma de Tufnel que era todo un experto sobre el famoso monumento. Hay gente que dice que Stonehenge fue construido hace miles de años, pero nadie puede engañar a Tufnel que cree que el monumento debió ser construido entre 1920 y 1931 por un solo hombre, muy fuerte eso sí, llamado Duncan. Posiblemente un druida, pero es que los druidas están entre nosotros a día de hoy, quién sabe si el propio Tufnel y su mágica capacidad de tocar la guitarra no es uno de ellos. Es una canción monumental, tan grande como el monumento del que habla, además de toda una lección de historia.   

Suyo también es el riff de Hell Hole, publicada en 1982, cuando las ventas escaseaban y su popularidad se desvanecía. Es uno de esos riffs esculpidos en piedra del propio Tufnel, también la letra habla de sus humildes orígenes en una casa enana en la que ni siquiera había cuarto de baño, cuando la escribió y se la leyó a sus compañeros, estos podían ver lágrimas cayendo de sus ojos, no es de extrañar porque, a pesar de sus humildes orígenes, Tufnel  termina echándolos de menos, ahora que su mayordomo le ha abandonado y Hacienda quiere hacerle una inspección…
   

Al final Tufnel abandonaría la banda y buscaría una carrera en solitario, su pieza más famosa de esa época es una composición de influencia clásica, sobre todo de sus dos autores favoritos Mozart y Bach, o como él prefiere llamarlos, Mach, que estaba Re menor, la más triste de todas las notas según el propio Tufnel, que se llamaba Lick My Love Pump (Lame mi bomba de amor).
   

    

Al final volvería a Spinal Tap y lograría que la banda volviera a lo más alto y fuera bendecida por muchas bandas posteriores, llegando a tocar Big Bottom en el Live Earth de 2008 con 28 bajistas, entre ellos miembros de Metallica, Foo Fighters o Beastie Boys.
   

La fama de Nigel Tufnel es tan grande que incluso llegó a tener su propio día, el 11 del 11 del 2011, en homenaje a ese mítico Marshall que sube hasta el 11. Y es que algunos aguafiestas se hubieran contentado con meter más vatios al amplificador y hacer el 10 más fuerte pero Tufnel, y nosotros con él, siempre preferiremos subir hasta el 11.   

****(Nuestra pequeña aportación al Día de los Inocentes va con un especial agradecimiento a Rob Reiner, Michael McKean, Harry Shearer y, sobre todo, a Christopher Guest)
   

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