La Biblia del country rock

Por Sergio Ariza

A pesar de ser un recién llegado Gram Parsons tuvo un enorme influencia en Sweetheart Of The Rodeo, el disco de los Byrds que inauguró lo que hoy se conoce como country rock, pero, a pesar de ser el principal impulsor, aquella banda seguía siendo gobernada por Roger McGuinn y por eso ese disco sonaba como un antropólogo acercándose al country.   

Pero para Parsons el country era algo tan natural como el rock, en una época en la que eran vistos como polos opuestos el cantante veía a las dos músicas como perfectas compañeras, siendo un apasionado de la sencilla poesía del country y también de la rebeldía del rock. Chris Hillman, que era el miembro de los Byrds que más sabía de esa música, pues tenía sus raíces en el bluegrass, lo vio claro, Parsons era el vehículo perfecto para mezclar ambas músicas y, a pesar de que llevaba coqueteando con esa fusión desde los tiempos de Turn, Turn, Turn con los Byrds, dejó a McGuinn y se marchó con el joven Parsons para formar a los Flying Burrito Brothers.
   

    

Desde el nombre elegido a los famosos trajes que les hizo el famoso diseñador Nudie Cohn se puede ver por dónde iba encaminado Parsons en busca de su ideal de la ‘Música Cósmica Americana’, en la que se fundían country, rock, folk y soul. Su maravilloso traje Nudie ya lo explica a la perfección, el mismo sastre que Hank Williams o Elvis pero con hojas de marihuana, pastillas y amapolas (la planta de la que se extrae la heroína).
   

Para esa extraña mezcla los dos líderes se juntaron con Chris Etheridge y el otro elemento distintivo de la banda, la pedal Steel de ‘Sneaky’ Pete Kleinow, con un sonido totalmente propio dentro del instrumento, a veces ayudado por un fuzzbox y por el hecho de pasar el instrumento a través de un Leslie, dándole un sabor psicodélico a la mezcla.
   

    

Así comenzaba el disco, con la explosiva Christine’s Tune (Devil In Disguise) que servía para introducir la brillante pedal Steel de Kleinow y las voces cantando en armonía de Parsons y Hillman, al estilo de los Everly Brothers. La canción era principalmente de Parsons e iba sobre la novia de la época de David Crosby. Después llegaba la maravillosa Sin City, compuesta por Hillman y Parsons, en las que sus voces empastaban a la perfección, trayendo a la memoria a otros hermanos, en este caso los Louvin Brothers.
   

Luego llegaban un par de excelentes versiones de temas soul como el Do Right Woman, escrito por Chips Moman y Dan Penn para Aretha Franklin, y la maravillosa Dark End Of The Street, de los mismos compositores para James Carr. Son dos perfectos vehículos para la voz de Parsons y demuestran su afán por unir también country y soul como se prueba en otra de las mejores canciones originales del disco, Hot Burrito #1, que contiene una de sus mejores tomas vocales, totalmente apasionado y ardiente, que debería haber contado con una versión de Aretha o James Carr, en respuesta a las de Parsons. Más movida, pero también cercana al soul, es Hot Burrito #2, otra colaboración entre Parsons y el bajista Chris Etheridge, con otra gran aportación psicodélica a cargo de Kleinow con su pedal Steel.
   

    

El disco se publicó el 6 de febrero de 1969 vendiendo poco más de 50.000 copias y pasando desapercibido entre los críticos. Como había pasado poco antes con Sweetheart Of The Rodeo el público rock lo consideraba demasiado country y el público country demasiado irónico y ‘hippie’.
    

Pero el tiempo probó que entre las poco más de 50.000 personas que compraron el disco este se convirtió en religión y, de repente, comenzaron a salir grupos siguiendo su estela. De este álbum surgen todas las posteriores mezclas del country con el rock, desde las más conservadoras y exitosas como la de los Eagles o Linda Rondstadt a las más aventureras como el country alternativo de Uncle Tupelo, Whiskeytown o Jayhawks, sin olvidarnos de gente como Dwight Yoakam, Lucinda Williams o Steve Earle, haciendo que podamos hablar de este The Gilded Palace Of Sin como de la Biblia del country rock.
   

Galería de foto