Danny Gómez
Danny Gómez: en el andamio del Rock
por Alberto D. Prieto
Es un
guitarrista prodigioso, y un obrero de la música. Es un diseñador de productos,
y un experto en desarrollos para las mejores marcas. Es promotor, investigador
y director musical. Representante en España de las Guitarras de Brian May,
embajador de Fender, manager… Danny Gómez sabe todos los idiomas, y los
interpreta, mercenario y empresario, una mañana de otoño en el Hard Rock Café
de Madrid, en una deliciosa conversación con Guitars Exchange. Desde ya, su
casa.
¿Cuándo
empezaste, por qué, quién eras... por qué la guitarra?
Debía
de tener 14 o 15 años. Era un chaval de barrio que no tenía pasta para ir a
clases de guitarra… ni para una guitarra, y que se tuvo que inventar una manera
de desarrollar una afición. Había una acústica de la familia rondando por ahí,
me compré el primer juego de cuerdas que me dieron en Musical Remolino
pero no me sabía ningún acorde, así que me aprendí la afinación de memoria en
un libro que ojeé en El Corte Inglés, y cuando supe que el tono del
teléfono es un la a 440...
¿Y cómo
averiguas eso del tono del teléfono? Porque hoy todo eso está en internet, pero
en 1992…
Pues
preguntas por el barrio…. Es echarle imaginación.
¿Y en
quién te basaste? ¿Sobre quién tocabas tu guitarra mientras lo escuchabas para
aprender?
Fue
así, sí… con Brian May. Si te dijese otra cosa, te mentiría.
¿No
podrías haberte pillado uno más fácil?
No… Yo
es que fui un fan de Queen bastante tardío. Yo tenía 14 o 15 y descubrí,
lo primero, el ‘A Kind of Magic’, pero con Freddie ya fallecido.
Es un disco fabuloso, ya de la época más moderna, con el concepto alemán, con Reinhold
Mack, y lleno de sintetizadores, con una producción moderna, que me
enganchó como adolescente.
En
aquel momento, si hubiese conocido los Queen clásicos, no me hubiesen
enganchado. Me hubiesen parecido demasiado ruidosos, medio glam… no me
hubiese encajado. Pero de repente ese concepto entre moderno y antiguo de gente
que toca bien haciendo temas de pop, un poco rock, fue lo que me
motivó.
¿Y qué
te llamó más la atención?
Las
guitarras, me encantaron las guitarras. Me dije: no quiero ser un guitarrista,
quiero ser este tipo. May, durante veintitantos años de carrera va
siendo muchos tipos, porque todos los guitarristas pasan por un montón de
etapas. Yo pasé por mi etapa Yngwie Malmsteen...
Pasé por Ritchie Blackmore, que fue cuando ya tuve trillado a Yngwie Malmsteen, y me pregunté ‘éste de dónde viene’, y ‘éste otro de dónde’, y
así vas buscando un poco los orígenes.
Luego
fui ya a una fase de el equipo, y el equipo por la técnica o la técnica por la
técnica, o la técnica a favor de la canción… ya aparecieron esas disyuntivas.
Pero al final, cuando ya has hecho todo el recorrido, y vuelves a lo que
inicialmente te movió, te das cuenta de que era ese tío, Brian May. Es
el primer amor. Siempre vas a tender a orbitar alrededor de lo primero que te
gustó. Era un terreno virgen y ¡paf! un agujero de meteorito que siempre va a
estar ahí.
A lo
largo de tu carrera, ¿tu estilo cuál es, tú quién eres?
Con
sinceridad, no lo sé. Llevo tanto tiempo haciendo cosas de otros de una u otra
manera, que si tuviese que buscar mi sabor original, sería una mezcla de
varios. Es una alquimia de muchas otras cosas. Que puedes reconocer parte de
los elementos de la receta, pero es como el mole mexicano. Que realmente tiene
tantos ingredientes que el propio final ya es un sabor especial.
Si me
pides algo personal, seguramente te dé una mezcla: te haría algunas cosas de un
modo, con todo el respeto, más técnico que como Brian May las hubiese
planteado, con una influencia de gente un poco más tocona, por así decirlo,
como Malmsteen o Blackmore, o últimamente Matt Bellamy, que me
gusta mucho…
Así que
yo sería un concepto muy contemporáneo con efectos, con sonidos. Y aunque esté
grabando, habrá interactividad y cambiaremos efectos en directo, el productor
lo puede hacer a tiempo real, lo que es algo muy atractivo también… el trocito
de artista de Danny Gómez, que no es muy grande, su voz lleva tanto al
servicio de los demás que el gran trabajo a conseguir es sacar lo mejor de
ellos.
¿Y no
te preocupa eso?
No.
Me
extraña… uno entiende que cualquiera que agarra una guitarra y desarrolla una
técnica buena, busca al final su sonido…
No lo
sé, entiendo el concepto. Y en algún momento del pasado así lo he sentido, pero
no todo el mundo está llamado a comunicar su propio mensaje. Es algo que te
tiene que nacer, como lo de tener un niño y plantar un árbol. Pero descubrí que
mi voz era precisamente el camino, el objetivo no era contar mi historia. Yo no
necesito ser el primer espada, no necesito estar ahí. Mi trabajo es éste. Lo
desempeño lo mejor que puedo. No me veo en un pequeño club, contando mi
historia, desnudándome de esa manera.
Para
terminar esta parte… Danny Gómez y su guitarra, ante una chimenea. ¿Qué tocas?
Pues
con una acústica, acabaría haciendo una cover para disfrutar con los colegas.
No estaría buscando mi arreglo, mi canción perdida… no seguramente haría eso. Danny
Gomez, a lo mejor, en otra tesitura, con su guitarra [eléctrica], su iPad
y cuatro cacharros, probablemente terminase investigando. Que es lo que
realmente me gusta. Acabaría tocando el mismo riff 60 veces, buscando el
sonido, grabando presets, o inventándome un pedal y tocando lo imprescindible
para poder desarrollarlo.
Háblanos
de Toxic Prod.
Cuando
empecé a dirigir giras, vi que en muchos casos, quienes desempeñan esos
cometidos, antes no han sido músicos, y no se ponen en su piel. Por ejemplo, si
tú a un músico que va muy cargado le puedes recoger el equipo en su casa, es
algo que valora mucho más que que le subas el sueldo 10 euros.
Y me
puse. Primero con School of Rock, que es la empresa que monté antes y
cuando conozco a mi mujer, que es mi socia también, con Toxic Prod.
Apareció una gira, que ya pudimos producir en su totalidad, y ya se fue
abriendo esa varilla del abanico.
Luego
apareció la posibilidad de hacer demos para marcas, que es algo que yo ya venía
haciendo de un modo individual con Brian May Guitars… Pues lo incluimos
dentro de la empresa. Así, hemos hecho trabajo con marcas, con Gibson, Fender…
Hemos trabajado para gente que genera aplicaciones, como Positive Grid.
Y pedales, como hacemos con Thunder Tomate…
Pero
también trabajáis con otros artistas
Es lo
mismo que hacemos para un cliente, desarrollamos un concepto, un sonido, una
banda… Por ejemplo, un solista que necesita un equipo, o una banda para
presentar algo. Y además, lo que sería el equivalente al management, aunque nos
gusta llamarlo artist support. Alguien que atienda sus necesidades, que lo
acompañe en su camino.
En
breve te vas al NAMM y vas a presentar un montón de productos para un montón de
marcas… ¿cómo funciona eso?
Mira,
si yo encuentro algo que me gusta, yo siempre contacto con quien lo ha hecho.
Aunque sólo sea para dar las gracias. Eso sí es un claim de nuestra empresa,
nosotros nunca pedimos nada, nosotros te decimos lo que podemos hacer, y si tú
quieres jugamos.
De ese
modo han surgido relaciones tan mágicas como la de Manson Guitars.
Marta, a título personal, me regaló un guitarrón, la Manson Matt Bellamy,
una maravilla. Fuimos allí a Exeter a reservarla y estuvimos en la tienda…
Ahora la uso en un montón de trabajos, y les mandé unas fotos, por si les
servían para su web o las redes, lo que fuera.
Cuando
estuvimos en NAMM este enero pasado, nos cruzamos casualmente con Hugh Manson
y con Adrian Ashton, que es su socio. Le pedí una foto y su socio me
reconoció: ‘Oye pero tú eres Danny Gómez, nosotros te hemos hecho una
guitarra el año pasado’. Y yo con Hugh Manson, con todo lo que ha hecho
en su vida, el trabajo para Muse, Foo Fighters, es el backliner
de Led Zeppelin... Ya sólo con eso te caes de culo. Es el tipo que ha
hecho instrumentos custom para John Paul Jones…
Nos
pusimos a hablar de la pantalla MIDI, porque yo pedí la guitarra sin
pantalla, para no quitar madera de esa zona crítica, y Manson me alabó
el gusto. Y al acabar la foto, como quien no quiere la cosa, la conversación
nos lleva a que en el stand de Cort estaban presentando la MBC1.
La misma que la mía pero fabricada por Cort. ‘Como tú tienes el tope de
la gama, nos gustaría contar con tu opinión, si tienes un ratito…’ Acabé
probándola allí delante de Hugh Manson de rodillas a mi lado, con un
ampli prestado y mis pedales. Y como no tenían probador para la feria, me
ofrecieron serlo en el lanzamiento mundial de la Cort Manson Matt Bellamy.
¿Y
presentar tus propios productos cómo va a ser este año?
Mira,
el pedal TAE, que desarrollamos con Thunder Tomate, aquí en
España, pues es algo muy sencillo, porque lo he creado por mi propia necesidad.
Una vez fabricado, presentarlo es simplemente contar tu propia existencia a la
gente.
Dices
que tú no pides nada, que si algo te gusta te ofreces. Ese tipo de economía, la
colaborativa, es más yanqui que española. ¿Encontráis dificultades para que se
entienda?
Sí. Hay
un sector de la población que es muy desconfiado. Y realmente no le parece
viable que algo sea fácil. Si es que yo no quiero nada. ¿no quieres nada? Mmmmm…
…algo
querrás
Claro.
Que no quiero nada. Que no. Mira, yo voy a llevar vuestra pedalera al NAMM para
presentar mi pedal, tengo este sitio, si quieres venir, vente. No necesito que
me pagues nada, yo voy a ir igual. Ha habido empresas que han dicho, oye quiero
estar y quiero pagar parte de los gastos para que puedas llevar a alguien de tu
equipo que haga las fotos para los medios. Por ejemplo JomLabs o Aclam Pedalboards,
que están en Barcelona y son fantásticos, me van a poner la mejor pedalera que
tienen: ‘para que tus demos sean un éxito’. Oye, pues genial, ¿sabes que no
hace falta? Sí. Pero te lo agradezco mucho y va a ser mejor.
¿Qué
guitarra te gusta más? Si es que hay una.
Evidentemente,
hay varias. A no ser que seas un tipo con una mentalidad o muy clara o ciertamente
limitada. Por ejemplo la Red Special [sobre la mesa] es un instrumento
muy rockero, pero muy clásico, pero con un timbre muy sensible, muy amplio, muy
HiFi. Entonces, para determinadas cosas es fundamental. Pero si necesitas un
extra de ganancia y ese sonido humbucker, pues claro, cambias. Las
guitarras tipo Red Special me encantan. Me encantan las caras, me
encantan las baratas, porque me gusta el concepto.
Me
gustan mucho las Manson… me alucinan, me parece el ‘quantum leap’ de una
generación para acá. Por la tecnología y su trabajo artesanal, con luthieres de
primer nombre a nivel mundial, y un I+D que me toca mi lado técnico...
No soy
un músico demasiado fetiche. Tengo un montón de guitarras baratas, o de partes,
que a lo mejor es una que luego te acompaña un tiempito...
Y a lo
mejor pues sí, una Telecaster para algo que te piden que suene así, o
una Strato…
¿Siempre
eléctricas?
Noventa
por ciento eléctricas, diez por ciento todo lo demás. Con una española, yo soy
un gallego tocando sevillanas. Es algo que no tengo dentro. ¿Acústica? Sí,
bastante, porque es algo muy portátil… Pero generalmente eléctrica.
Te veo
muy centrado en lo empresarial, pero… ¿Sigues siendo músico de estudio? ¿Tienes
aún tiempo para eso o eres ya más selectivo?
A ver,
tiempo tengo poco. La verdad es ésa. Y no quiero resultar pretencioso, en
absoluto. El teléfono ya no suena como sonaba antes. Ahora el que llama es el
cliente intermedio. Antes te llamaba un compañero que oye necesito que me hagas
una sesión… la voy a hacer encantado, ya lo intentaré cuadrar porque me gusta
mucho. Pero hay tantas cosas que me gustan de mi trabajo que me da igual estar
haciendo una sesión en un estudio que estar diseñando un pedal.
¿Qué
música escuchas? Si tienes tiempo, ¿con qué disfrutas?
El otro
día leí que a partir de los 30 años nadie escucha música nueva. Creo que es
cierto en parte. La vida es demasiado corta para beber mal vino. Me dejo
acompañar de música contemporánea, y si tengo que hacer algo que activamente
necesite ponerme en un estado de ánimo concreto, ya sé lo que me funciona: en
el iPhone llevo cuatro cosas. Pero ya sé para qué: Voy a conducir, click, voy a
relajarme, click… Llevo Queen, mucho Queen…
¿Qué
Queen? Porque hay dos etapas, y la de en medio…
Llevo
una playlist con todos los superéxitos, 25 o 30 temas que no pueden faltar
nunca, y siempre llevo un par de discos enteros, generalmente antiguo.
Más
música que llevas en el iPod
Pues
evidentemente Muse, llevo power metal: Symphony X, Deep
Purple, Rainbow… Rage Against the Machine, Beatles… A
mi hijo, cada semana intento hablarle de un guitarrista, cuando vamos al cole
con el coche. Hay que ser papá rock star. El otro día íbamos escuchando a Deep
Purple y me dijo ‘ponme la canción de la bruja’. Te das cuenta de las cosas
cuando las miras con una cabecita de un niño de cuatro años. Es música. Me
gusta o no me gusta.
Hemos
hablado mucho de tu faceta promotor, ¿y la del andamio?
Ésa es
la más larga…
Cuéntanos
En el
verano del 99 me fui a Londres a vivir. Yo tengo una teoría un poco absurda:
cuando tocas tú también tocas en un idioma. Si escuchas a Ariel Rot,
toca fantásticamente la guitarra… en castellano. Carlos Santana es una
guitarra en español… de México. Jeff Beck es una guitarra… inglesa. Y Van
Halen, aunque sea holandés, es una guitarra eléctrica… americana. Allí yo
me dije: ‘musicalmente, yo soy ciudadano del imperio británico’.
A la
vuelta vi que lo que realmente es rentable son los eventos, los bares, los
garitos, las versiones. Yo que venía de no tocar versiones, nunca había hecho
una cover, nada de Queen, que para mí era una música que se escucha y se
disfruta, pero no se toca… Yo prácticamente había dejado de tocar y me llamó un
cantautor, montamos una banda, hice mi primer concierto cobrado, y la cosa se
animó. Acabé, ya en 2003, en México con un artista y cuando vuelvo, me entero
de que habían sido las audiciones para ‘We will rock you’, me quedé
fuera de juego. Pero uno de los guitarristas a los que habían llamado era mi
amigo del barrio, yo conocí Queen por él, y cuando grabaron el
espectáculo en video, me pidió que le cubriera, para poder verlo desde fuera.
Aquellas partituras… ¡me iba a salir un derrame en el ojo! Me lo aprendí de
oído, fui allí, fue fantástico, y ahí se quedó.
Cuando
el musical volvió a Madrid en 2007, me llamaron y acabé de suplente, porque ya
empezaba a eclosionar un poco el huevo del producto, del desarrollo, de las
demos, de las marcas… Hacia la mitad de la temporada, el titular no pudo seguir
y ya la terminé yo. Luego encadené para trabajar con Nacho Cano,
inauguramos los Teatros del Canal, hicimos el musical de ‘A’, una gira
de verano haciendo covers de Queen, y otras luego con La Quinta
Estación.
Dirigí
mi primera gira para Cadena 100, la de ‘La Máquina del Tiempo’.
Después, ya 2009, entre demos de producto para Brian May, eventos,
teatros, y tres giras hice 298 actuaciones. Extenuante, maravilloso, explosivo…
me podías ver estudiando un repertorio con los cascos en un Starbucks, con la
guitarra colgada, el café en la otra mano, el iPad en la mesa… había que parar.
Ahora,
tu relación con Fender, ¿cómo es?
Estupenda.
Surge en un evento de Hard Rock Café en el Parque de Atracciones, eran
uno de los partners. Empezamos a hablar, surgió una posibilidad para esta
temporada salió la acción de Fender Games.
Cuéntanosla
un poco…
Mira, Fender
Games es una retrospectiva desde 1946 hasta la actualidad, más o menos
2013, en la que se van desgranando por familias las particularidades de cada
modelo y los artistas más influyentes de dicho instrumento. Se toca mucho, se
cuenta mucho, hay concursos y preguntas muy interesantes.
Oye,
Danny, ya casi hemos acabado. ¿Sabes que estábamos los dos en aquel concierto
de Brian May en el Aqualung del 93…?
Sí...
¡lo he leído en Guitars Exchange! Yo fui el primero, con mi colega del
que te hablé antes, que se puso a gritar ¡Mustapha, Mustapha…! A
ver si la tocaba. Fue enorme, toda la sala siguiéndonos y él ahí sobre las
tablas alucinando… Luego la hizo por su cuenta una semana después en Múnich,
¡le dimos la idea!
Nos vemos
en la presentación del primer libro de Guitars Exchange.
Claro,
alli estaré para meterme en la piel de 24 leyendas, que es 24 veces más difícil
que lo que suelo hacer. Buscaré una guitarra neutra y un equipo neutro, porque
si me pongo a tocar a Stevie Ray Vaughan con una Red Special…
Quizás use la Manson, que es bastante neutra.
Hagamos
un juego. Te decimos los 24 y nos das un adjetivo de cada uno, ¿ok?
Vale…
Angus
Young
Eléctrico,
pequeño, rápido
Joe
Walsh
Desierto
Jimmy
Page
El riff
Brian
May
Elegancia
real
B.B.
King
Dos
notas
Jimi
Hendrix
Fire
Eric
Clapton
Slowhand,
vibrato
Jeff
Beck
Sin púa
Pete
Townshend
Power
cord
Keith
Richards
Cinco
cuerdas
Chuck
Berry
El
baile del pato
Stevie
Ray Vaughan
Texas
Eddie
Van Halen
Jump,
es la actitud en el escenario
George
Harrison
Clase
Duane
Allman
Armonías,
las primeras que hemos escuchado todos
Albert
King
The
real King, el primero
Mark
Knopfler
…es que
ves la canción, sí, es el sultán
Slash
Te
lleva a la pinta, sí, es que es un tío auténtico
Ritchie
Blackmore
El
original, todo
Billy
Gibbons
Todo
vale
David
Gilmour
Ambiente
Gary
Moore
Dos
etapas
Tony
Iommi The
dark master, el tipo oscuro
Joe
Bonamassa
Hostia.
Ése es difícil, ¿eh? Para mí sería contemporary blues. El blues está en el
corazón, en las manos, pero él lo tiene en el cerebro. Es el malo de Matrix.
Danny Gómez Signature Pedal
Foto y vídeo: Sergio Enríquez Nistal