El mejor resumen de su carrera

Por Sergio Ariza

Los Byrds de 1970 eran un grupo totalmente distinto del que había sido pionero del folk rock, pero tampoco tenían mucho que ver con la banda psicodélica, ni siquiera con la que había prácticamente inventado el country rock en 1968 con Sweetheart Of The Rodeo. El único nexo en común era Roger McGuinn y su Rickenbacker, el hombre que estuvo al frente de todas las distintas formaciones que tuvo la banda y que había visto partir a gente del calibre de Gene Clark, David Crosby, Gram Parsons o el fiel Chris Hillman. Eso sí, los miembros que le acompañaban en ese instante, el increíble Clarence White a la guitarra, Gene Parsons a la batería y Skip Battin al bajo, eran, posiblemente, los mejores músicos que habían pasado por la banda, lo que hacía que sonaran como nunca en directo.    

      

Así que se decidió sacar un disco en directo que recogiera su mejor momento sobre las tablas, pero, como también tenían suficientes canciones para un nuevo disco, se decidió por combinar ambos y sacar un disco doble, con un primero dedicado al directo y un segundo de grabaciones nuevas en el estudio. Entre las canciones nuevas destacaban las que McGuinn había preparado con el psicólogo, y empresario de Broadway, Jacques Levy, para un musical titulado Gene Tryp, que estaba basado en el Peer Gynt de Henrik Ibsen. Esas canciones tenían un fuerte sabor country-rock y americana, otro de los géneros que habían ayudado a popularizarse, y como se había descartado el proyecto, varias terminaron en este disco.
     

Se utilizó una de ellas, la poderosa Lover Of The Bayou para unir los dos discos, destinándola a abrir el disco en directo. Se conseguía así otra cosa, lograr unir las distintas fases y formaciones de la banda. La parte en directo se grabó en dos conciertos en Nueva York hechos el 28 de febrero y el 1 de marzo de 1970 y se abría con la mencionada Lover Of The Bayou, la seguía una de las especialidades de la banda, una versión del catálogo de Bob Dylan, en este caso de la cínica Positively 4th Street, luego llegaba el instrumental country Nashville West, que servía de vehículo de lucimiento de la Telecaster de White, perfectamente acompañada por la Rickanbacker de McGuinn, luego llegaba el momento de repasar algunos de los grandes éxitos de la banda, una incendiaria versión de So You Want to Be a Rock 'n' Roll Star, su inolvidable versión de Mr. Tambourine Man, Mr. Spaceman, una de las primeras canciones country rock de la banda, y, por último, una versión de más de 16 minutos de su gema psicodélica, Eight Miles High. Es en esta última donde mejor se puede comprobar el enorme nivel de estos músicos que casi se meten en territorios progresivos con MgGuinn luciéndose evocando a John Coltrane y White demostrando porque es el mejor guitarrista de largo que ha pasado por la legendaria banda.
    

      

El disco en estudio tenía uno de los mejores inicios posibles con Chestnut Mare, una de las mejores canciones de la carrera de McGuinn con un brillante estribillo, acompañado de su tintineante Rickenbacker y un White espectacular con la acústica, además de un maravilloso puente, basado en Bach, que McGuinn tenía compuesto desde sus tiempos como cantante folk. Le seguía una brillante versión de una canción que todavía no se había publicado, el Truck Stop Girl de Little Feat, una banda con la que estos Byrds tenían bastante similitudes. La voz principal corre a cargo de White, posiblemente el miembro menos reconocido de la banda, a pesar de que su guitarra aparece en ocho de los doce discos de la banda.
    

Pero la joya escondida del disco es la estupenda All The Things, otra de sus composiciones con Levy, en la que McGuinn recupera pasados efluvios psicodélicos y en la que, además, se puede escuchar al ex componente de la banda Gram Parsons a los coros y al mítico productor de sus discos, Terry Melcher, al piano. Yesterday's Train y Hungry Planet demostraban que con la incorporación de Skip Battin fichaban mucho más que un bajista, alguien que podía echar una mano a McGuinn en la composición de los temas, aunque es evidente que su huella country es mucho mayor, sobre todo en la primera, ayudado por la pedal steel del gran Sneaky Pete Kleinow.
    

      

Just A Season
era la cuarta canción del abandonado proyecto de Gene Tryp, otra gema olvidada que recordaba a los primeros tiempos de la banda, los del folk rock, aquí sí que hubieran sido muy bienvenidas las armonías de Crosby y Gene Clark. Eso sí, la interpretación es realmente buena y White y McGuinn vuelven a demostrar que sus guitarras sonaban maravillosamente juntas.
     

Tras una versión de Ledbetter, llegaban otras dos canciones de Battin, You All Look Alike, con McGuinn a la voz principal, era un gran tema country rock, con el fiddle de Byron Berline y la mandolina de White. El disco se cerraba con Well Come Back Home, con Battin a la voz principal cantando sobre la problemática vuelta a casa de los veteranos de Vietnam que se cerraba, en pura tradición Byrds, con un momento bizarro con Battin cantando un mantra budista.
    

El disco fue muy bien recibido y considerado, con toda justicia, como una vuelta a la mejor forma de la banda. Y es que este Untitled es el mejor disco post Sweetheart Of The Rodeo de la banda, una obra que demuestra que los Byrds con McGuinn como único miembro original también dejaron un disco indispensable, uno que funcionaba como inmejorable resumen de su brillante trayectoria.
    

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