“Whatever the guitar says to me, I play”

Por Sergio Ariza

Jerry Garcia es uno de los guitarristas más originales de la historia del rock. A pesar de que sus raíces están en el blues, el country y el bluegrass, Garcia era un visionario de la guitarra, alguien que buscaba notas en el aire, tomando riesgos que la mayoría de instrumentistas evita. A Garcia no le importaba cometer errores, lo suyo era una búsqueda infatigable del éxtasis y el trance, entrar en un terreno en el que las notas se le aparecieran, por eso su terreno favorito era el directo, muy por encima del estudio. Era encima de un escenario donde Garcia comenzaba a volar con su guitarra y el resto de la banda comenzaba a orbitar a su alrededor, logrando la mística que les hicieron el grupo de culto por excelencia. Es imposible hablar de los mejores solos de Garcia sin olvidarse de sus directos, pues era allí donde encontraba su medio de expresión favorito, así que he cogido 10 grandes canciones y he propuesto varias versiones en directo, además de la original en estudio. 

The Other One
 

Estrenada en el segundo disco de la banda, Anthem Of The Sun, publicado en julio del 68, The Other One formaba parte de un extenso medley de canciones llamado That's It For The Other One que se alargaba hasta los 7 minutos y 40 segundos y tenía partes de Jerry Garcia y de Tom Constanten, pero la parte que quedó para siempre en el repertorio de la banda fue la que escribieron Bob Weir y Bill Kreutzmann, en la que el primero canta sobre su mentor, Neal Cassidy, el legendario Dean Moriarty de la generación Beat. En la versión original Jerry Garcia ya hace un solo que es de lo más heavy que se ha escuchado hasta ese momento, pero es en las versiones posteriores donde más claramente se puede apreciar su estilo, mezclando rock y jazz, que tendrá una gran influencia en grupos como los Allman Brothers. En YouTube hay una gran versión en el Winterland de 1974 que se extiende más allá de los 16 minutos y que tiene a Garcia demostrando su clase con el slide.
 

 

St. Stephen
 

Aoxomoxoa
, publicado en junio del 69 es el mejor disco en estudio de su etapa psicodélica y se abría con una de sus mejores canciones, St. Stephen, compuesta por la pareja habitual, Garcia poniendo la música y Robert Hunter las letras, con la ayuda del bajista Phil Lesh. Es uno de los mejores ejemplos de los Dead más ácidos, con una brillante línea de guitarra de Garcia sobre la que está compuesta la canción, Weir armoniza con su 335 con la SG de Garcia en una manera similar a la que utilizarán Duane Allman y Dickey Betts en los Allman Brothers, y Garcia entrega alguno de sus momentos más psicodélicos. En directo la solían tocar junto a The Eleven, como se puede escuchar en el mítico Live/Dead, aunque en el vídeo que ponemos la tocan un mes antes de su actuación en el Fillmore West, en la mismísima mansión Playboy en enero de 1969.
 

 

China Cat Sunflower / I Know You Rider
 

China Cat Sunflower
era la canción que abría la segunda cara de Aoxomoxoa pero en directo encontró sus mejores momentos cuando, a partir de 1972, encontró su acomodó junto a una versión de la canción tradicional I Know You Rider. Con este medley los Dead enlazaban su pasado psicodélico con su nuevo rumbo, más anclado en las raíces, que comenzó en 1970 con la aparición de los dos mejores discos de la banda, Workingman's Dead y American Beauty. El tándem apareció por primera vez publicado en Europe '72, el disco que era la crónica de su extensa gira por Europa de aquel año. 1972 y 1977 son los dos años preferidos por los Deadheads a la hora de elegir las mejores actuaciones de la banda, así que he elegido el concierto del 17 de abril del 72 en Copenhague, donde Garcia es capaz de sacar los sonidos más dulces de su Stratocaster, pero no deberíamos olvidar el maravilloso tejido de acordes que le ponía Bob Weir para que Jerry pudiera volar. La versión de mayo en París, la que aparece en Europe '72, también es una maravilla.
 

 

Dark Star
 

Dark Star
es la canción que mejor define a Grateful Dead y a Jerry Garcia, publicada como single en abril de 1968, la versión original en estudio duraba menos de tres minutos, eso sí cuando los Dead la interpretaban en directo la Estrella Negra se expandía hasta más de 20 o 30 minutos, muchos de ellos con Garcia demostrando sus dotes como improvisador, en la mejor tradición de los músicos de jazz. Nunca el rock y el jazz se unieron mejor que en esas extensas ‘jams’ en las que Garcia brillaba como nunca, con un estilo lírico y pausado, con un poso country. Es interesante escuchar las diferentes versiones e ir viendo el cambio de guitarras de Garcia, en la canónica del Live/Dead, en el 69, su equipo era una Gibson SG con un pedal wah wah Vox Crybaby conectado a unos Fender Twins, pero en la versión que he elegido aquí, de la maravillosa cosecha del 72, en concreto del 27 de agosto en Veneta, Oregon, Jerry toca con una Stratocaster durante los 36 minutos que dura la canción.
 

 

Dire Wolf
 

Pero más allá de su faceta como perseguidor de notas en interminables 'jams' hay otra faceta de Jerry Garcia en la que me parece que destaca enormemente y es su maravilloso uso del pedal steel. A finales de 1969 Garcia comenzó a trastear con el instrumento y descubrió que tenía un talento natural para el mismo, en poco tiempo era un prodigio con el steel y estaba tocándolo en discos de Jefferson Airplane o Crosby, Stills, Nash & Young. Los Grateful Dead se dirigieron a las raíces, siguiendo el paso marcado por Dylan y The Band y sacaron a comienzos del 70 Workingman's Dead, un disco en el que se encontraba esta deliciosa Dire Wolf. Aquí se puede apreciar como en un momento en el que el country rock estaba naciendo, Garcia definió su sonido con su pedal Steel como antes había hecho con la psicodelia. Como curiosidad podemos poner que cuando los Dead interpretaban esta canción en directo, Garcia no tocaba la pedal steel sino que tocaba su guitarra eléctrica habitual, como se puede ver en la versión que he elegido, el 28 de febrero del 83 en la que Garcia hace un estupendo solo con una de sus míticas guitarras hechas a medida, Tiger.
 

 

Truckin'
 

Truckin'
es otra de las canciones fundamentales de la carrera de los Dead. Era el tema que cerraba el que es su mejor disco, American Beauty, y estaba escrita por los principales compositores de la banda, Garcia, Hunter, Weir y Lesh. Si en el disco ya era una maravilla y Garcia era capaz de darle ese sentimiento de "largo y extraño viaje" del que habla la canción, suele reconocerse la versión de mayo de Londres del 72, en el concierto que cerraba la gira de 1972 y aparecía en Europe '72, como la más memorable en directo. Para una banda cuya vida es la carretera, tiene bastante lógica que compusieran la oda definitiva a la misma. Garcia combina con precisión 'licks' de Chuck Berry con momentos que son puro jazz.
 

 

The Wheel
 

Volvemos al Garcia maestro del pedal steel, publicada en su disco en solitario de 1972, Garcia, este es uno de los mejores ejemplos de su estilo al instrumento. A pesar de que los Dead la interpretaron varias veces en directo, nunca llegaron a atrapar la magia de la grabación original. Su control del volumen y el delay es absoluto y lo que consigue aquí demuestra que cuando Garcia se ponía al pedal steel la magia no tardaba mucho en aparecer.
 

 

Sugaree
 

Otra canción de su estupendo debut en solitario, un disco en el que toca todos los instrumentos menos la batería, que corre a cargo de Kreutzman. Sugaree es una de las canciones más hermosas de su carrera y también se convirtió en un clásico dentro del repertorio de la banda. En la versión original toca su guitarra a través de un Leslie, con un resultado precioso, pero, nuevamente, volvió a superarse en directo. Baste escuchar la versión grabada con los Dead el 28 de mayo de 1977 en Hartford, uno de mis momentos favoritos del Garcia más lírico. Normalmente la guitarra no tenía mucho que contarle en estudio pero en directo era capaz de contarle La Odisea, como en esta ocasión en la que se le puede escuchar flotando de gusto mientras su guitarra recita verdadera poesía.
 

 

Playing in the Band
 

Una composición de Weir y Hunter que es una de las canciones que más veces han tocado los Dead, con casi 700 versiones en directo registradas. La canción se estrenó en el disco en directo de 1971, Grateful Dead (mejor conocido como Skull & Roses), pero tuvo su versión en estudio en 1972 en Ace, el debut en solitario de Weir para el que contó con toda la banda al completo. Es una de las pocas ocasiones en los que los Dead son capaces de traspasar la magia de sus 'jams' al estudio con Garcia entregando uno de sus mejores solos fuera de un escenario. Eso sí, puede que el 27 de agosto del 72, en su mítico concierto de Veneta, todavía se encuentre una versión mejorada.

 

Scarlet Begonias/Fire On The Mountain
 

Scarlet Begonias
se publicó en su séptimo disco de estudio, From the Mars Hotel, publicado en el 74, mientras que Fire On The Mountain apareció en Shakedown Street, publicado a finales de 1978, pero la banda venía interpretando la segunda canción en directo desde marzo del 77. En concreto les gustaba tocarla junto a Scarlet Begonias formando una de sus monumentales 'jams' como la que consiguieron en el que, posiblemente, sea el concierto más mítico de su trayectoria, el que dieron el 8 de mayo de 1977 en la Universidad de Cornell en Ithaca, Nueva York. Según muchos Deadheads, este es el mejor concierto de una banda que tiene que tener más conciertos grabados que ninguna otra. Así que es normal que Garcia se encuentre en uno de esos días en los que le salía todo. A partir de los 5 minutos comienza su solo de manera suave, poco a poco va alcanzando el éxtasis como solo un guitarrista de su clase puede conseguir y es que Garcia perseguía notas en su cabeza, a veces las encontraba y otras no, pero cuando alcanzaba el éxtasis como aquí, no había muchos guitarristas que se le pudieran comparar. La transición entre las dos canciones es increíble con Garcia poniéndose el traje de John Coltrane y sacando los mejores sonidos a su Travis Bean TB500. Pero lo mejor viene en los minutos finales, aquí sí Garcia se desata por completo y demuestra porque es uno de los guitarristas más infravalorados de la historia.