Las 10 mejores actuaciones del Festival de Monterrey
Por Sergio Ariza
Del 16 al 18 de junio de 1967 tuvo lugar en Monterey, California, el primer gran festival de música rock. No es tan conocido como Woodstock pero es, quizás, mucho más importante, siendo mucho más fiel al espíritu de paz, amor y música de aquel y sirviendo de inspiración para todos los multitudinarios conciertos que vinieron después. Monterey además sirvió para lanzar las carreras en EEUU de nombres tan importantes como los de Jimi Hendrix, The Who, Janis Joplin (que por aquel entonces pertenecía a Big Brother & The Holding Company) u Otis Redding, que encontraría una nueva audiencia para el soul entre los jóvenes hippies, gracias a su impacto y a la brillante película filmada por D.A. Pennebaker. Desde Guitars Exchange queremos recordar aquellos míticos tres días con nuestras diez actuaciones favoritas:
Quicksilver Messenger Service
Fueron la última de las grandes bandas de San Francisco en tener un contrato de grabación, y no por falta de ofertas, sino sencillamente porque estos hippies que vivían en una comuna no querían saber nada de los hombres de negocios, eran famosos por sus conciertos y por los increíbles intercambios entre sus dos guitarristas, John Cipollina y Gary Duncan, sobre todo el primero que blandía la guitarra favorita de la escena de Haight Ashbury, una Gibson SG. Como todos los grupos del Festival se beneficiaron del gran sistema de sonido montado por la organización, en su caso unos amplificadores Fender nuevos que terminarían en su furgoneta. La canción que les grabó las cámaras de Pennebaker fue Dino's Song, compuesta por uno de sus miembros originales que en ese momento estaba en prisión por posesión de marihuana. La canción es uno de esos himnos al amor que tan bien ejemplifican el espíritu del Festival.
The Byrds
Los Byrds siempre sonaron mejor en estudio que en directo pero esta actuación no está nada mal, baste escuchar el glorioso inicio con la Rickenbacker de 12 cuerdas de Roger McGuinn para Chimes Of Freedom para saber que este grupo poseía un sonido propio. Y luego está la versión acelerada de So You want To Be A Rock'n'Roll Star que es puro punk y la pudieron tocar con el hombre que ponía la trompeta en la versión original, el trompetista sudafricano Hugh Masekela, que fue otro de los grandes nombres del festival por cuenta propia. Eso sí, lo más recordado de su actuación es las ganas de protagonismo de David Crosby, incapaz de callarse ni un momento y puesto de ácido o coca (posiblemente las dos cosas). Sus días en la banda estaban contados ya que hasta la paciencia de un tipo tan calmado como McGuinn tiene un límite.
Buffalo Springfield
Neil Young había dejado la banda unas semanas antes del inicio del festival (aunque volvería en agosto) y para su actuación Stephen Stills decidió contar con su amigo Crosby (y su Gretsch 6119) en su puesto y comenzar a perfilar lo que sería uno de los supergrupos más famosos de finales de la década. La actuación está lejos de ser memorable pero es muy interesante escuchar a Stills mezclar su voz con Crosby y Richie Furay en el papel que tendría Graham Nash un par de años después. Además los Springfield eran una banda increíble y el repertorio es de cortar el hipo, For What Its Worth, Nowadays Clancy Can't Even Sing (canción de Young cantada por Furay), Rock n Roll Woman (una canción de Stills sobre otra de las protagonistas del festival, Grace Slick, en la que se luce con su Chet Atkins naranja), Bluebird, A Child's Claim To Fame y Pretty Girl Why.
Moby Grape
Moby Grape fue el grupo encargado de abrir la tarde del sábado, su concierto fue increíble pero estuvo marcado por el rumor de que los Beatles estaban allí presenciando el concierto, algo que tuvo que ser desmentido por un miembro de la organización. Lo curioso del caso es que desde sus primeros conciertos se les había conocido como los Beatles americanos, por eso de que todos los miembros de la banda podían cantar y componer. Nominalmente el líder era el carismático Skip Spence, que había sido batería de Jefferson Airplane, y había compuesto su canción más emblemática, Omaha. Su espléndido disco de debut había aparecido solo unos días antes, el 6 de junio, y Spence, que iba con su Gibson 355, estuvo espléndido toda la actuación, desatándose con Hey Grandma, canción que fue grabada por Pennebaker para ser incluida en la película. Pero una estúpida decisión de su mánager, que pidió un millón de dólares por aparecer en la película, les dejó fuera del metraje final. Una pena porque aquel disco de debut sigue siendo uno de los mejores de la época y la banda era más que capaz de cumplir en directo con varios vocalistas y un guitarrista excelente como Jerry Miller y su mítica Beulah (una Gibson L-5 CES del 62 que se compró en homenaje a Wes Montgomery). No en vano les adoraban gente como Led Zeppelin, en especial Robert Plant, Stephen Stills, Neil Young o Eric Clapton.
Jefferson Airplane
Jefferson Airplane jugaba en casa, pero de todas las bandas de San Francisco ellos fueron los que dieron la mejor actuación. Eran también una de las pocas bandas que contaban con un par de sencillos de éxito, Somebody To Love y White Rabbit, y eran más conocidos por el público, pero es que además su actuación fue una verdadera pasada entregando excelentes versiones de canciones más oscuras como High Flyin' Bird o Today. Grace Slick era toda una fuerza dentro y fuera del escenario, y se lleva todos los focos de su actuación, es hilarante ver como la cámara de Pennebaker se centra en ella exclusivamente durante Today, a pesar de estar cantada por Marty Balin, pero Jorma Kaukonen y su 345 también demuestra porque es uno de los guitarristas más importantes de la psicodelia.
Electric Flag
Hasta la aparición de Hendrix en este mismo festival, Mike Bloomfield era el guitarrista de rock americano por excelencia, el Clapton o Beck de los EEUU, con el resto de guitarristas teniéndole como modelo e inspiración, así que su aparición con su nueva banda era una de las cosas más esperadas del festival (Crosby diría "si no habéis visto al grupo de Bloomfield es que estáis completamente fuera de la onda"), la banda era Electric Flag, aunque en los carteles que promocionaban el festival aparecían como The Mike Bloomfield Thing. Era una de sus primeras actuaciones juntos y todos estaban muy nerviosos pero la cosa fue un éxito absoluto, Bloomfield utilizó las dos guitarras a las que está más asociado, su Telecaster blanca del 64 y la mítica Gibson Les Paul Standard Sunburst del 59, que hizo su primera aparición en la espléndida Wine, con Bloomfield totalmente encendido a la guitarra, a pesar de que su micro de voz esté apagado y no se escuchan sus coros. Buddy Miles, batería del grupo y segundo cantante junto a Nick Gravenites, también brilla con su volcánica interpretación de Over-Lovin' You. Pero el perfeccionista Bloomfield no quedó nada satisfecho a pesar de la reacción del público, pensando que su ex jefe Paul Butterfield o Canned Heat habían tocado mucho mejor, pero la inmensa parte de la gente que les vio aquel día está en desacuerdo con él y deberían haber aprovechado el tirón de su actuación para sacar su primer disco poco después.
Big Brother And The Holding Company
Una de las actuaciones más míticas de la historia del rock, el día en el que el mundo descubrió a Janis Joplin, en concreto su voz, una de las más poderosas y expresivas que esta música ha tenido. Fue el sábado 17 de junio, la voz de Janis sobresalía por encima de sus compañeros de grupo hasta cuando ejercía de mera corista, como en Combination Of The Two, pero cuando tenía la voz principal era imposible no sentir escalofríos, su versión del Ball & Chain es histórica. En las imágenes de Pennebaker se puede ver a otra gran vocalista como Mama Cass quedarse totalmente alucinada. Lo curioso del caso es que esas imágenes corresponden a esa actuación del sábado pero las de la banda que aparecen en la película son las de su segunda actuación el domingo. Y es que tras su enorme éxito el primer día se decidió darles un nuevo espacio para que Pennebaker pudiera grabar su actuación, algo que su mánager no había permitido la primera vez. Después de esta actuación todas las discográficas intentaron fichar a esa blanca que cantaba como Bessie Smith. Había nacido una estrella.
The Who
La actuación de los Who en Monterey no fue especialmente buena pero cuando eres los putos Who, la mejor banda de rock en directo de todos los tiempos, una actuación regular es una actuación inalcanzable para el resto. La banda ya era muy grande en el Reino Unido pero todavía no había logrado el éxito en los EEUU, así que había muchas ganas de demostrar su valía. El ambiente estaba caldeado, Hendrix y los Who se conocían de Inglaterra y sabían que sus teatrales actuaciones, con instrumentos destrozados etcétera, iban a causar revuelo entre los pacíficos hippies. Se echó una moneda al aire para ver quien salía primero y Townshend ganó la apuesta. Los Who salieron como el habitual huracán y Keith Moon rompió tres baquetas solo en la primera canción. Los amplificadores Vox que alquilaron no eran sus habituales Sound City y el sonido no fue el mejor (basta comparar su versión de A Quick One aquí con la versión del Rock And Roll Circus para ver cómo los equipos habían mejorado de 1967 a 1968) pero la energía y la intensidad fue la misma de siempre, al final de My Generation todo el equipo voló por los aires, como era habitual, y la Stratocaster de Townshend (una elección muy poco habitual) no se libró del sacrificio final y fue destrozada por completo (eso sí, no sería la última Stratocaster en ser salvajemente destrozada esa noche).
Otis Redding
Hablando de actuaciones para la historia, ¿qué tal la de Otis Redding en Monterey demostrando al público blanco lo ajustada que puede tocar una banda, en este caso los Booker T. & the MG's, y la emoción que puede emanar de una de las gargantas con más sentimiento de la historia?. Grace Slick declararía que creía que el escenario iba a caerse cuando Otis comenzó a golpear con el pie, no tanto por la presión en el escenario sino por el magnetismo de su personalidad, el poder de sus canciones y su increíble banda. Por favor fíjense en Donald 'Duck' Dunn tocando el bajo en Satisfaction, en Steve Cropper a la guitarra, por Dios esto no es una actuación, ¡es una revelación como la que tendría años después Jake Blues frente a James Brown en la película de los Blues Brothers! El soul había encontrado un nuevo público entre los hippies del amor y la paz. Escuchen a la gente desgañitarse en Shake, miren a Otis hacerles comer en la palma de su mano con su discurso sobre la generación del amor, antes de enseñarles lo que es realmente el amor con la increíble versión de I’ve Been Loving You Too Long, un milagro hecho música, con Otis acariciando cada sílaba, saboreando cada momento con su banda, levantando al público de sus asientos para volver a acariciarlos, escuchen esas maravillosas notas de la Telecaster de Cropper detrás de su voz de gigante. Esto es pura magia, aunque lo más increíble de todo es que una actuación como esta no esté en lo más alto de la lista pero es que…
Jimi Hendrix
¿Saben ese momento en los dibujos animados en los que a un personaje le pasa algo tan increíble que su mandíbula se cae, literalmente, al suelo? Eso mismo es lo que les pasó a todos los afortunados que tuvieron la suerte de presenciar la actuación de James Marshall Hendrix en Monterey. ¿Se puede hacer eso con la guitarra? ¿Está follándosela enfrente de miles de personas? ¿La acaba de prender fuego? Me imagino a Bloomfield, Jerry García, Stills y demás grandes guitarristas viendo esta actuación y pensando lo mismo que sus colegas ingleses habían pensado unos meses atrás, “bueno, habrá que ponerse las pilas o buscarse otro trabajo”. Lo que hizo Hendrix aquí es darle al rock su sonido definitivo, su Stratocaster suena a magia negra, a hechizo de electricidad, todas las bandas del cartel tomarían nota, la distorsión y la electricidad eran las nuevas reinas y Hendrix su Dios absoluto. Cuando toca Rock Me Baby se lleva el blues a Saturno y si llega a grabar su versión del Like A Rolling Stone sería otro robo descarado a Dylan. Y es que Hendrix no hace versiones, Hendrix reinventa las canciones, escuchen esa introducción, es pura poesía, no hay nadie que suene así en 1967, escuchen el resto de la canción y vean porque es el guitarrista más completo, como domina la guitarra rítmica y la solista, todas las dinámicas y los 'fills'. Escuchen su versión de Hey Joe y veanle apropiarse de todos los trucos de sus grandes ídolos, tocando con los dientes o por detrás de la espalda sin fallar una sola nota. Hendrix lo tenía todo, la imagen, el sonido, la actitud, las ganas, era el tipo más ‘cool’ del planeta y quería comerse al mundo. Lo hizo con los salvajes guitarrazos de Wild Thing, metiendo en el solo el Strangers In The Night de Sinatra, revolcándose con su guitarra por el suelo en una orgía de distorsión y ruido, y, finalmente, prendiendo fuego a su guitarra para acabar destrozándola. Y después del salvaje ritual miren las caras, están en shock, no tienen muy claro lo que han visto, pero saben que se quedará en su retina por mucho tiempo. No es para menos, han presenciado el nacimiento del rock tal y como lo conocemos.