Al estilo de Lou Reed

Por Miguel Ángel Ariza

No todo en nuestras vidas tienen que ser 'guitar heroes' amigos; también tenemos que hablar de artistas inconmensurables que, sin ser unos virtuosos de la guitarra, sí que nos han cambiado la vida a muchos a través de la genialidad de sus canciones con una guitarra a cuestas y descargando acordes, melodías y, en el caso de nuestro protagonista de hoy, auténtica poesía nocturna, bohemia y crápula. Hablamos hoy sobre una leyenda que huele a humo y a excesos: Lou Reed.    

Siendo líder de una de las bandas más influyentes de la historia del Rock, la Velvet Underground, podemos ver a Lou Reed a finales de los sesenta casi siempre con una misma guitara: la Gretsch Country Gentleman que le acompaña en casi la totalidad de las fotos que hemos podido ver de sus actuaciones y grabaciones con la Velvet. Además aquella guitarra, y muchas de las que usaría después, estaba enchufada a un antiquísimo Fender Tweed Deluxe de los años 50 que usó hasta bien entrada la década de los 90.
   

   

 

Aunque es cierto que podemos verle tocando en muchas ocasiones guitarras convencionales y habituales de esta sección como la Fender Telecaster o como la Epiphone Rivera con la que aparece en la portada de Transformer es sabido por todos que desde los años 70 Lou Reed ha ido siempre buscando nuevos sonidos que acabaron llevándole a usar guitarras construidas específicamente para él bajo sus indicaciones. Artesanos como Carl ThompsonSteve KleinPete Cornish o
Noah Guitars se han encargado de construirle guitarras y equipo a la medida de sus exigencias. De hecho, concretamente entre sus pedales, tan sólo podemos reconocer alguno 'terrenal' como el Electro Harmonix POG.
   

   



Curiosamente una de las compañías 'convencionales' de la que más ha tirado en su vida son los amplificadores Soldano, una marca ligada a un tipo de música más agresivo que el que se podría esperar de Lou Reed pero de la que ha usado muchos modelos distintos a lo largo de los años. Sin embargo, a la vez es capaz de sonar maravillosamente simplemente con una guitarra acústica enchufada a un amplificador de guitarra eléctrica como el Tone King.
 



Y es que aunque parezca que el bueno de Lou solo aporrea su guitarra para hacer acordazos y riffs, como el inmortal Sweet Jane, es un tipo que ha cuidado su tono y su sonido desde que comenzase su carrera buscando la saturación y los feedback perfectos para emparejar su sonido con la viola de John Cale o la guitarra de Sterling Morrison.
 

 

Un equipo peculiar para un tipo que se dio cuenta de que la temática de la generación beat no tenía un portavoz entre la nueva música popular de finales de los 60 y que decidió añadir al rock aquel discurso que hizo propio para siempre y que le convirtió en una especie de poeta de los 'bajos fondos'. Desde Nueva York creó una oscuridad que ensombrecía la omnipresente música de 'flower power', amor libre y felicidad que venía de la costa oeste...y lo hizo armado tan solo con una guitarra eléctrica.


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