Al estilo de Glenn Frey
Por Miguel Ángel Ariza
La carrera de
musical de Glenn Frey estuvo marcada desde sus comienzos por
su objetivo de hacer una banda parecida a sus idolatrados Crosby,
Stills, Nash and Young pero los Eagles, resultado de
aquella obsesión, no acabaron por asemejarse tanto a sus referentes y, sin
embargo, lo que sí consiguió fue crear una de las bandas americanas más
exitosas de toda la historia y firmar alguno de los himnos más imperecederos de
la segunda mitad del siglo XX.
Para ello,
después de haber usado alguna Gibson SG Jr, alguna Gibson
ES-335 y ES-330 y tener su propia Rickenbacker 230
signature, usó principalmente una Gibson Les Paul Jr de
los 50 a la que añadió una P-90 en la posición de mástil. Esta
es principalmente la guitarra eléctrica más asociada a la carrera de nuestro
protagonista de hoy y cuenta la leyenda que dicha guitarra, 'Old Black', fue un
regalo de su buen amigo Jackson Browne.
Pero es
sabido por todos que de todas las facetas del grupo que dominaba el bueno de
Frey la de llevar el peso de la banda con su guitarra eléctrica no era la
principal precisamente ya que, a lo largo de los años, para ello contaba en la
banda con auténticas fieras como Bernie Leadon, Joe Walsh o Don
Felder. Es por ello por lo que tenemos que destacar en nuestro artículo de
hoy el verdadero sonido de Frey en los Eagles: su sonido acústico.
Comenzó su
carrera echando mano de guitarras Martin de seis y doce
cuerdas pero no tardaría muchos años en decantarse por las guitarras acústicas
de la marca japonesa Takamine. Principalmente pudimos escucharle
tocar durante años el modelo EF360 del que incluso tiene su
propio modelo signature, la Takamine EF360GF.
Queremos
aprovechar este momento para que desde Guitars
Exchange os recomendemos encarecidamente que si tenéis la oportunidad de
conseguir alguna Takamine japonesa de aquella serie (EF340, EF349,
EF360) no lo dudéis. Nuestra experiencia personal es que aquellas guitarras
estaban extremadamente bien hechas y dentro del loco mercado de lo vintage de
hoy en día el 'hype' aún no ha llegado a estos modelos.
Para muestra
de lo bien que tenían que estar hechas aquí tenéis al líder de la banda de
música americana por excelencia dejando sus Martin a principios de los 80 en
casa y apostando por guitarras hechas en Japón, lo que en la cultura patriótica
de los Estados Unidos se traduce como un auténtico sacrilegio.
Pues bien, un
tipo tan absolutamente perfeccionista y obsesivo con el sonido de sus discos y
con las armonías de sus voces no creemos que lo fuese menos con el tono de sus
guitarras... Parece ser que Takamine respondía con creces a las exigencias de
Frey; gran calidad de maderas y de construcción y una magnífica pastilla, fiel
al sonido original del instrumento y sin acoples, para poder usar la guitarra
en directo sin sobresaltos.
Así que
Takamine, como podéis imaginaros, le debe mucha de su fama en Norteamérica a
Glenn Frey, un tipo que soñó en convertirse en la quinta letra de CSNY y que acabó
por vender más de 150 millones de discos con su propia banda y su “Taka”
colgada del hombro.