Los 10 mejores riffs de Tony Iommi
Por Sergio Ariza
Tony
Iommi es el guitarrista más importante de la historia
del heavy, un género que creó y definió con sus monumentales riffs para Black Sabbath. El Amo Y Señor del Riff
forjó un nuevo género con su SG, convirtiéndose en la referencia absoluta para
todos los que vinieron tras él. Estos son nuestros 10 riffs preferidos de uno
de nuestros guitarristas preferidos.
Black
Sabbath
Black Sabbath tiene canciones mejores pero
casi ninguna tan icónica. Esta canción, y este riff, dice mucho más de la banda
que casi cualquier otro. Es oscuro, amenazante y terrorífico, como esa campana
que llama a muertos. Luego se convertiría en recurrente en el heavy hasta
convertirse en casi paródico pero aquí está su inicio, en pleno año de Woodstock,
estos chicos no estaban por la paz y el amor (a las drogas, eso sí, no le
hacían ningún asco). Como en la mayoría de las canciones de los Sabbath, Iommi
mete varios riffs dentro de ella, pero el que sigue siendo el molde sobre el
que se fundó el género es el inicial, ese capaz de helar la sangre y que vio la
luz, como el resto del disco, un viernes 13 de febrero de 1970.
N.I.B.
Hubo críticos que al primer disco de los
Sabbath lo vilipendiaron llamándolo "Cream
pero en malo". Puede que el riff de N.I.B. suene parecido al de Sunshine
Of Your Love pero había que ser muy cerrado para ver esto como una mera
copia. Los Sabbath llevaron lo iniciado por Cream y Hendrix a otros
lugares. Iommi siempre suena más oscuro y pesado (al fin y al cabo la palabra
que le definiría 'Heavy') que Clapton,
es obvio que también viene del blues pero sus nexos con esa música son mucho
menos evidentes. Este riff es tan bueno que lo único que tiene que hacer Ozzy
es cantar su melodía para tener otro de sus clásicos incontestables. Como todo
el primer disco está grabado con una Gibson SG para diestros que Iommi tocaba
al revés. Lo curioso del caso es que el guitarrista tenía una Fender
Stratocaster como guitarra principal pero se le rompió durante la grabación lo
que le hizo utilizar la SG, el modelo que le acompañaría de por vida.
War
Pigs
Nada más terminar la grabación de su primer
disco Iommi conoció a un guitarrista diestro que tenía una SG para zurdos, no
tardaron en intercambiarse las guitarras y así llegó a sus manos su guitarra
más mítica, la Gibson SG Special de 1965 a la que apodaría 'Monkey' (por una
pegatina) y con la que grabaría sus principales obras maestras, comenzando por
el inmortal Paranoid, en el que
utilizó un amplificador Laney. El disco se abría con la canción que iba a
servir de título, War Pigs, una
canción que es una enciclopedia del riff en sí misma. Se abre con uno cavernoso
y muscular, duro y pesado, que da paso a una ráfaga electrizante sobre la que Ozzy Osbourne comienza a cantar sobre “generales reunidos como brujas en sus misas
negras”. Pero eso no es todo, luego, al unísono con Bill Ward, sigue escupiendo riffs para llenar un disco entero.
Pero, increíblemente, esto es solo el principio...
Iron
Man
Las canciones de Black Sabbath se construían
sobre los gigantescos riffs de Iommi que servían de base para las letras de Geezer Butler, mientras que Bill Ward y
Ozzy Osbourne ponían la guinda. Para seguir en marcha, la banda necesitaba que
Iommi siguiera entregando esos riffs como catedrales. Como consecuencia solían
picarle diciéndole que no sería capaz de superar el último. Fue así, durante un
ensayo, cuando Iommi encontró el riff definitivo, Ward estaba tocando algo
cuando algo hizo clic en su cabeza y surgió el RIFF, uno ante el que la única
posibilidad es la rendición, uno que sonaba, según la definición de Ozzy, como
"un gigante de hierro en marcha”
("like a big iron bloke walking about"). Por supuesto, siendo Iommi,
lo completó con otras maravillas de su catálogo para demostrar a sus muchachos
que la fuente estaba lejos de secarse.
Paranoid
Normalmente uno no relacionaría al 'Padrino'
del Heavy Metal con el punk, pero escuchando la canción más famosa de su
discografía es imposible no ver un paralelismo entre este sencillo riff,
inspirado en el Communication Breakdown
de Led Zeppelin, con la rabia y la
agresión del movimiento del 'no future'. Es el equivalente musical de una carga
de caballería que fue compuesto en unos minutos, justo al final de la
grabación, cuando se dieron cuenta de que andaban justos de canciones. Como
curiosidad esta es una de las pocas canciones de la etapa clásica en la que no
usa su SG Special, declarando que la grabó con una Les Paul blanca, claro que,
en vez de uno de los modelos originales de los 50, puede que se refiriese a una
Gibson Les Paul/SG Custom del 62 o 63 con la que aparece en algunas de las
fotos de la grabación del disco.
Sweet
Leaf
Una tos seca da paso a uno de esos riffs
gigantescos que a Tony Iommi le salían con tanta facilidad y al resto de la
humanidad no. Sweet Leaf entraba como
un elefante en una cacharrería y demostraba que Black Sabbath sonaban todavía
más duros y pesados, y que después de una obra maestra como Paranoid, que les había colocado en el
altar de los padres del heavy metal junto a Led Zeppelin y Deep Purple, con Master of
reality se adelantaban dos décadas al stoner rock o al grunge, cuyos
principales grupos como Nirvana,
Smashing Pumpkins o Soundgarden
utilizarían el truco que usó Iommi en varias de las canciones de este disco.
Children
Of The Grave
El guitarrista, que tenía dos dedos
parcialmente cortados desde joven, sufría al tocar, así que decidió bajar el
tono de su guitarra varios tonos para ponérselo más fácil, el resultado es un
sonido mucho más cavernoso y muscular, todavía más oscuro que los negros tonos
a los que nos tenían acostumbrados, siendo el mejor ejemplo Children Of The Grave, una canción que era
una de las favoritas de Ozzy, que la siguió tocando cuando le despidieron de la
banda y comenzó su carrera en solitario.
Supernaut
Vol. 4 fue la gran fiesta de la coca en Los Ángeles, con la mitad del
presupuesto yéndose en polvo blanco y el grupo queriendo llamar al disco Snowblind (un título mucho más
apropiado). Pero, a pesar de todo, las ideas seguían fluyendo y Iommi seguía en
racha. A pesar de que Supernaut se
convertía en directo en el momento de gloria para el gran Bill Ward, era otra
de esas canciones con un riff monstruoso por parte del guitarrista. Tanto es
así que la canción era la favorita de la banda de dos leyendas como Frank Zappa y John Bonham. Aparte del gran riff el solo tampoco está nada mal.
Sabbath
Bloody Sabbath
Con la gira de Vol. 4 las cosas habían llegado a un punto en el que el peligroso
estilo de vida de la banda estaba comenzando a pasar factura. Tony Iommi se
desplomó tras un concierto en el Hollywood Bowl, tras pasar varios días
siguiendo una estricta dieta de coca. El principal compositor estaba sin ideas
y la banda decidió abandonar Los Ángeles, donde iban a volver a grabar, por
Inglaterra y alquilar el castillo de Clearwell (que ya había sido utilizado por
Led Zeppelin o Mott The Hoople) para
hacer su quinto disco. Fue en ese gótico ambiente (en el que no faltaban los
fantasmas, según Iommi), concretamente en la mazmorra, donde el Señor del Riff
se sacó de la manga el de Sabbath Bloody
Sabbath, el momento que, según Butler, salvó a la banda. Pero esa canción,
una de las mejores del grupo, tiene mucho más, por un lado está ese puente que
es una evidencia de la musicalidad de una banda acusada de monolítica. También
está el riff más heavy de la banda que entra cuando Ozzy grita aquello de
"los sueños se convierten en
pesadillas, el cielo en infierno".
Symptom
Of The Universe
No contento con haber creado el heavy, Tony
Iommi dio vida al thrash con el riff de Symptom
of the Universe, incluida en el sexto disco de la banda, Sabotage. Claro que, como es habitual,
Iommi vuelve a meter diferentes partes, acabando con una delicada 'jam'
acústica después del apocalíptico inicio.
Para los que quieran reverenciar la guitarra
con la que todo esto se construyó pueden disfrutar de la SG 'Monkey' en el
museo del Hard Rock Cafe de Nueva York.