La fiesta de cumpleaños madrileña de Larkin Poe
Por Paul Rigg
Vestidas con sus característicos vaqueros, camisetas y botas Dr. Martens, las hermanas Rebecca y Megan Lovell, también conocidas como Larkin Poe, salen al escenario de la Sala But (también conocida como "La Paqui") de Madrid, dispuestas a armar jaleo y a festejar como sólo ellas saben hacerlo. Es el 12 de mayo de 2022, que resulta ser el cumpleaños de Megan y -después de un par de años horribles- tanto Larkin Poe como el público están preparados para una gran noche de celebración.
Con siete grandes lámparas redondas dirigidas al público, Larkin Poe irrumpe directamente en un comienzo de rock zeppelinesco, con Self-made Man, la canción que da título a su último disco. Rebecca arranca con una Gretsch G6129T Jet, su nueva adquisición, mientras que Megan brilla con su fiel lap steel; una Rickenbacker B6 de los años 50, pero ambas consiguen una gran ovación cada vez que toman la iniciativa.
Es difícil elegir una canción favorita de su rico catálogo, pero la pop Keep Diggin' hace que los fieles bailen y se animen. "Es estupendo volver a reunirnos después de tanto tiempo; somos de Nashville, Tennessee, y esperamos daros una buena noche", dice Rebecca, ahora con su fiel Stratocaster, mientras se lanza con Trouble in Mind y lidera el aplauso del público. De repente, todo el mundo le canta "feliz cumpleaños" a Megan, que cumple 33 años esta noche, y, al igual que hicieron la última vez que la banda estuvo en Madrid, el público empieza a corear "¡Oé, Oé, Oé, Oé!" y Rebecca responde diciendo "¡váis tras nuestros corazones!".
La rockera Beach Blonde Bottle Blues es la siguiente y mientras Rebecca y el público comparten el estribillo de "I said ooh, baby, what ypu gonna do [...] with that bleach blond bottle blues", queda claro lo mucho que todos han echado de menos la magia del directo. "Teníamos muchas ganas de volver", dice Rebecca, "tenemos tantos recuerdos bonitos de aquí".
A Larkin Poe le encanta el rock, pero en el fondo son una banda de blues sureño y confirman esas credenciales tocando la canción Preachin' the Blues, de Son House. "Nos enamoramos del blues al mismo tiempo que la escuchamos", explica Rebecca sobre los inicios musicales de las hermanas. El clásico acústico de Son House de 1967 llega al alma, pero si quieres comprobar si el blues está vivo o no, sólo tienes que escuchar la versión de Larkin Poe, que suena feroz con un Fender Reverb puesto al 11, y la reacción de una sala llena en la capital de España.
En Holy Ghost Fire, las hermanas "dan testimonio de cómo se perdieron a sí mismas y a sus almas", y luego se adentran en la historia del blues tocando John the Revelator, grabada en 1930 por Blind Willie Johnson, y versionada por muchos otros.
La canción Back Down South, compuesta por Rebecca y su marido, Tyler Bryant, se mezcla ingeniosamente con la canción de los Allman Brothers Blue Sky, lo que provoca una gran ovación del público.
El registro cambia cuando Rebecca explica que escribió la siguiente canción, Mad as a Hatter, a la edad de 17 años, que como explicó en su entrevista exclusiva con Guitars Exchange trata de la esquizofrenia en su familia y sus temores de que se transmita a través de las generaciones. Rebecca se la dedica a su abuelo, y a cualquiera que conozca a una persona que sufra problemas de salud mental. "Por favor, no vengas a por mí", suplica, lo que provoca un momento de reflexión, especialmente en el contexto de los últimos acontecimientos.
El ambiente se levanta de nuevo cuando Rebecca anuncia que Larkin Poe tiene un nuevo disco esperando que saldrá a finales de este año y que les gustaría tocar una canción de ese álbum esta noche. Es difícil escuchar la letra entre los vítores, pero la canción recién estrenada se llama Bad Spell, ¡y la buena noticia es que suena increíble!
De repente, Rebecca tiene al público cantando en llamada y respuesta, y pronto está cantando sin su guitarra mientras la banda rinde homenaje a sus raíces cantando con la canción de Robert Johnson Come On In My Kitchen.
Las hermanas Lovell son unas profesionales extraordinarias que tienen al público en la palma de la mano desde el principio, pero también sienten la alegría desenfrenada del público, y cuando Rebecca se pone la mano en el corazón y dice "Os queremos mucho, cuidaos", está claro que ellas también están emocionadas por la experiencia. Puede que fuera la fiesta de cumpleaños de Megan, pero esta noche, en Madrid, la celebración fue de todos.