Perfectamundo (2015)
Billy Gibbons
El
mismísimo Tito Puente le enseñó los
misterios de la percusión latina cuando William
Frederick Gibbons era aún un aprendiz de brujo. Era un favor al hijo de un
amigo que ha esperado a cumplir 66 años para poner en práctica aquellas
lecciones, al menos al nivel que lo ha hecho en su primer disco grabado sin la
compañía de sus inseparables compañeros de ZZ
Top y bajo su propio nombre. Ritmos
afrocubanos para la guitarra con más
personalidad del blues y el rock sureños, un cóctel con sabor a ron y a
bourbon, una mezcla que le ha salido redonda para que Perfectamundo sea, sin
duda, uno de los mejores momentos de 2015.
Gibbons, creador además de una variante muy
particular de spanglish que por supuesto aprovecha al máximo, concibió Perfectamundo
tras actuar como invitado en el Havana
Jazz Festival de 2014. De allí surgió la idea de fichar a Chino Pons para mezclar sus ritmos
cubanos con sus habituales solos tex-mex
llevados a su enésima potencia, aunque para algunos de sus críticos más duros
se haya pasado varias calles en algunos pasajes que consideran demasiado “hip hop” para su legendaria barba.
En
realidad, la presunta blasfemia dura
apenas un minuto. Una exageración que incluye el énfasis que la promoción del
disco está poniendo en la aventura caribeña para ocupar titulares, olvidando
que no hay mojitos suficientes en el mundo para sacarlo del boogie boogie rompecuellos de ZZ Top:
su guitarra se encarga de recordarlo constantemente. Es un experimento, sí,
pero controlado, y suena como todo el mundo espera que suene Billy Gibbons. Que nadie se rasgue las
vestiduras.
Para
empezar, el lugar más exótico donde se ha grabado es Pontevedra, y para el resto no ha salido de Houston, Austin y Los Angeles. La excusa es que no podía hacerlo en
Cuba por esas cosas de la política
que, un año después, son Historia, o casi. Así que se quedó en Tejas. En cuanto a lo de Galicia, pasaba por allí.
Por
supuesto que sus nuevos amigos de The
BFG’s ayudan a darle un sabor diferente a clásicos como Baby
Please Don’t Go o Got Love If You Want It (Slim Harpo), pero sin cruzar
nunca la frontera de Nueva Orleans.
Y apenas saca un pie en los temas con más carga latina como Sal y
Pimiento, en los que destaca el piano de Martin Guigui –nacido en Argentina
pero crecido musicalmente en Puerto Rico-…
Y de ese maravilloso órgano Hammond
no menos protagonista del disco se encarga el propio Gibbons (entre otras cuantas cosas, el bajo, los timbales…).
Además
de Pons y Guigui, la estructura de
la banda que le acompaña en sus conciertos en solitario está formada por Mike Flanigan, Alex Garza, Greg Morrow
y, tapando agujeros y en el papel de coproductor del disco, Joe Hardy, el más estrecho colaborador
de Gibbons.
Un
mito andante como él podía haberse conformado con sacar un disco de versiones,
o de duetos, para matar el rato hasta el siguiente éxito de ZZ Top, callados desde 2012; sin
embargo, Gibbons ha preferido
arriesgar para demostrar una vez más que lo de que la música no entiende de
fronteras no es una frase hecha. Por eso, precisamente, es una leyenda.