Alex Lifeson es probablemente uno de los guitarristas más admirados y seguidos por los amantes del instrumento sea cual sea su gusto musical. Aunque es difícil encontrar alguno que no sea de una u otra forma fan de Rush, un referente obligado en el rock progresivo desde hace cuatro décadas. Cuarenta años que celebran por partida doble en la recta final de 2015: primero, con un CD/DVD que recoge dos conciertos en el Air Canada Centre de Toronto, que es como tocar en casa, a modo de resumen de R40, el tour que les ha llevado quizá por última vez alrededor del mundo; y segundo, con la reedición en vinilo de ¡200 gramos! y formato de lujo de Roll the Bones (1991), uno de sus mayores éxitos y al que seguirán todos sus discos para Atlantic Records. Esta vez, los Reyes Magos de las Seis Cuerdas lo tienen fácil.



R40 es perfecto para quienes se acercan a la banda de Ontario por primera vez y para los que simplemente quieren tener a mano una visión de conjunto de su trabajo y de paso alguna que otra rareza. La reedición de Roll the Bones es, evidentemente, para los más fanáticos que buscan un sonido perfecto y auténtico en su equipo de música. No obstante, basta un formato más asequible a cualquier bolsillo para descubrir por qué Alex Lifeson, Geddy Lee y Neil Peart forman uno de los tríos con mayor prestigio más allá del rock.

Lo suyo sería remontarse a 2112, con el que verdaderamente despegaron para el gran público en 1976, pero también nos vale una obra de madurez para que ocupen su puesto de honor en nuestro Jukebox. En el primer caso Alex Lifeson enamoró a la audiencia; en el segundo, se confirmó como uno de los mejores guitarristas sobre los escenarios.



Roll the Bones supuso un punto de inflexión en una carrera marcada por el éxito pero que sufría ya de cierta desorientación tras más de 15 años en la carretera. Suele calificarse como el más “oscuro”, con un Neil Peart demasiado fatalista y poco dado a las alegrías salvo –es un decir- el famoso rap del tema que da título al álbum. También se describe como un retorno a los orígenes más próximos al heavy, menos ‘alternativos’, con más partes instrumentales y con un Lifeson (nacido Zivojinovich) asumiendo definitivamente el papel de héroe de la causa, de ejemplo a seguir por los millones de ‘alumnos’ que tratan de emular esos solos que parecen hechos de cristal.

Hasta hace muy poco, una guitarra eléctrica era un inaccesible objeto de deseo; hoy casi se venden en los híper… y en Guitars Exchange, por supuesto.

Roll the Bones es una delicatessen que se convirtió rápidamente en disco de platino, su mayor éxito desde 1981. A la primera escucha estaba claro que no sólo iba a ser uno de los hitos de la discografía de Rush, sino un clásico indispensable del género más ‘culto’ del rock. Temas como Dreamline permitieron a sus fans soltar un suspiro de alivio. Los hijos pródigos volvían a casa.      

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