Un gran regreso a su mejor forma

Por Paul Rigg

Entrando en un año muy difícil con poder, estilo y elegancia, llega un gran nuevo disco de Blue Öyster Cult (BÖC). Los fans han esperado 19 años para el nuevo material de la legendaria banda de rock americana y afortunadamente The Symbol Remains (9 de octubre de 2020; Frontier Records) no decepciona; de hecho Guitars Exchange cree que es el disco de regreso del año. Y en caso de que tuvieras alguna duda sobre la intención de BÖC, la portada muestra el símbolo de la banda - el signo de interrogación invertido - destrozando las ruinas de civilizaciones ahora desaparecidas. 

  

Uno de los aspectos especiales de la música de BÖC, aparte de la pura irreverencia, es cómo han cambiado y abrazado el pop, la psicodelia, el prog rock, el metal, las baladas y, por supuesto, el heavy. "No intentes meternos en una caja" parecen decir, "porque entonces saltaremos directamente y te morderemos".   
   

Sin embargo, cuando la ecléctica mezcla de temas de Curse of the Hidden Mirror no se encendió en 2001, fue claramente un gran golpe para la banda y, como mínimo, contribuyó a este largo paréntesis. "Cuesta dinero hacer un disco", dijo el cantante Eric Bloom en 2017 "[es mejor estar en la carretera] que hacer un disco que nadie va a comprar".
 

  

Las voces de Bloom y Buck Dharma siguen sonando muy bien, pero una grata sorpresa en este álbum es que el miembro y guitarrista Richie Castellano también tiene la oportunidad de mostrar sus habilidades vocales. Lamentablemente BÖC han perdido a su manager, Sandy Pearlman, que murió en 2016 de un derrame cerebral, y a su miembro original Allen Lanier, que falleció en 2013, pero con la continua presencia del bajista Danny Miranda y el baterista Jules Radino hacen más que suficiente para agrandar el material.
      

El ex-miembro de Blue Öyster Cult Albert Bouchard también hace una "aparición como invitado especial" añadiendo un cencerro perfectamente calculado en el excelente tema de apertura That Was Me, con Bloom a la voz. Este pedadizo trallazo debería complacer a cualquiera que ame el rock intenso, y también tiene una letra diabólica: "¿Ves esos agujeros de bala en las señales de tráfico? Ese era yo [...] Cuando te encuentras con una choza en llamas [...] Ese era yo". El siguiente es el segundo sencillo Box in My Head, que presenta a Dharma en la voz principal y tocando su distintiva guitarra blanca, hecha a su medida por la última encarnación en Nashville de Steinberger Management: "Buck hizo que esta guitarra personalizada se pareciera al queso suizo, creando así la primera y única ‘cheeseberger’ tocable... [tiene] un cuerpo de GM7 personalizado. Es única en su clase", dice Equipboard.
 

  

Los actores muertos vivientes juegan un papel clave en el enormemente entretenido video de la siguiente canción, Tainted Blood, que para este crítico es la canción destacada de un disco extremadamente fuerte. Con Castellano en la voz principal por primera vez, algunos fans de BÖC pueden no sentirse del todo cómodos con ese cambio, pero eso sería injusto, ya que esta ‘power ballad’ ofrece exactamente el tipo de melodrama y patetismo que necesita cualquiera que haya sido herido en el amor. Ponlo, enciéndelo y canta en voz alta: "Haz lo que sea necesario para terminar esta noche interminable, Sin ella no hay nada para mí, Haz la señal de la cruz, envuélveme en las cadenas, Haz lo que sea necesario para terminar con mi dolor... Sin ella la eternidad es miseria." Otros cortes superiores incluyen el realmente pesado Stand and Fight; el maravillosamente ominoso The Alchemist; y el más clásico sonido de Secret Road.
      

Por último, Fight, es una gran canción para terminar, en gran parte porque captura el sonido único de BÖC y su sarcástico sentido del humor. En resumen, The Symbol Remains es un gran retorno a la mejor forma para una banda que siempre trae consigo algo original; ha pasado demasiado tiempo chicos... bienvenidos de nuevo.
  

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