La reina forajida
Por Paul Rigg
La cantautora estadounidense de country y blues, ganadora de varios premios Grammy, Lucinda Williams, a veces conocida como The Outlaw Queen o la Reina forajida, acaba de publicar Good Souls Better Angels (24 de abril de 2020; Thirty Tigers), quizás su disco más crudo e intenso hasta la fecha.
Ahora que se acerca a los 70 años, Williams no ha perdido nada de su toque agresivo y su rabia emocional, pero lo templa con una abundancia de amor y calidez para sus compañeros de viaje.
Un buen ejemplo de su furia sin templar es la amarga Man Without a Soul, el primer adelanto del disco, que parece ser una ardiente acusación del presidente de los Estados Unidos Donald Trump. "Creo que es muy apropiado para ahora mismo", dice en una de sus actuaciones en directo, antes de cantar "todo el dinero del mundo nunca llenará ese agujero... eres un hombre sin dignidad y gracia, eres un hombre sin alma... No traes nada bueno a este mundo". Luego, cuando acaba de decir "Está bajando", agrega por si acaso: "¡Eso es seguro, maldita sea!"
Por otra parte, un poderoso ejemplo de su generosidad y calidez es su referencia a las recientes muertes y penurias de Covid-19 en su introducción a la destacada pieza When the Way Gets Dark. "Todo el mundo está pasando por un momento difícil, pero lo superaremos", dice. "Sé que todo el mundo ha perdido amigos y familia, es un infierno por el que pasar. Sólo quiero enviarles mis mejores deseos a todos ustedes y vamos a aguantar. Los quiero."
Willliams está acompañada en el álbum por Mark T Jordan en el órgano, Stuart Mathis en la guitarra, Butch Norton (mejor conocido como el baterista de Eels), y Davis Sutton en el bajo, pero cuando Williams interpreta las dos canciones mencionadas en vivo está sola tocando su amada Gibson J45 acústica.
Menos evidente en el disco es su Fender Esquire de 1954, valorada en unos 35.000 dólares. Williams solía llevar felizmente esta joya a la carretera con ella hasta que su marido, el manager y co-guionista Tom Overby, sugirió que sería más prudente dejarla en casa.
Williams también emplea su J45 para tocar la entusiasta canción You Can't Rule Me, inspirada en la canción de Memphis Minnie del mismo nombre. Dice que "siempre me inspira y me hace sentir un poco más poderosa cuando canto esta canción".
Dos temas más también merecen una mención especial del álbum: la balada más tranquila pero no menos intensa Big Black Train, que muestra la amplitud y profundidad de su rango vocal. Big Rotator es otro tema destacado, que recuerda el trabajo de Blind Willie Johnson, y es aparentemente otro golpe a los actuales ocupantes de la Casa Blanca.
Dada la crudeza, la intimidad y la pasión del último disco de Williams, quizás sea mejor concluir con algunos comentarios directos de los que más la quieren, sus fans: "¡El nuevo álbum es simplemente fenomenal! Esta hermosa mujer, por dentro y por fuera, nunca nos decepciona. Su voz y sus letras han ganado una tormenta como el poder con el tiempo; siempre profunda y muy veraz", dice uno. "Esta mujer me abre el pecho y se agarra a mi corazón. Nadie más puede hacerlo como Lucinda!" escribe otro. La Reina Forajida ha vuelto.