Rimando con los tiempos
Por Tom MacIntosh
Unos 30 años después de su disco de debut, Let Love Rule, el neoyorquino Lenny Kravitz ha sacado su décimo
primer álbum, Raise Vibration,
lanzado este mes, con el mismo propósito e intención: "El mensaje sigue siendo el mismo, fue y
siempre será sobre el amor... Con estas canciones te ofrezco vibraciones de
paz, amor y unidad".
El álbum se abre con We Can Get It All Together, una vibrante canción con un optimismo
en auge que es puro Kravitz, desde las cuidadas voces suaves hasta el 'beat'
rock y soul que tan bien le sale. Toca la mayoría de los instrumentos en las 12
pistas, con solo dos ayudantes, Craig
Ross en la guitarra principal y David Baron al teclado y arreglos. La
segunda canción, Low, explora las
relaciones íntimas y la sensualidad, y contiene extractos vocales de Michael Jackson, ¿cómo de genial es
eso? Fue lanzado como single 6 semanas antes del lanzamiento del álbum,
comienza con él en la batería creando un número sexy de funk fácil de digerir y
listo para la pista de baile. Otro single extraído del disco es It's Enough, sobre el racismo, la
codicia y la corrupción política, "Es
suficiente (3), en el sistema no se puede confiar... cuando el mundo está
corrupto... y nos están jodiendo a todos". Algunos dicen que es
claramente un ataque contra la presidencia de Trump y más allá.
Kravitz ha tocado una gran variedad de
guitarras a lo largo de su carrera, incluida su Gibson Les Paul Traditional, y
la Deluxe, utilizada en este álbum, pero está más asociado a la Gibson Flying V
de la que tiene su propio modelo. El tema principal, Raise Vibration, es un blues potente, que presenta su voz y su
guitarra doblada en armonía, con 'licks' típicos de Kravitz, e incluso cantos
de indios estadounidenses para cerrar esta canción "vibrante". La balada de piano Here to Love es una de las gemas del álbum en mi humilde opinión.
Una llamada a la unidad cantada por su voz notablemente conmovedora, "No estamos aquí para juzgar, estamos aquí
para amar, no hay lugar para el odio, somos solo una raza humana"; un
sentimiento noble en esta hermosa canción. En Who Really Are the Monsters, suelta el electro-funk de los años 80,
pero mantiene intacto su sonido chispeante. Es bueno ver a Kravitz todavía
experimentando con distintos géneros, empujando el sonido a su manera. Su
tributo en la canción titulada Johnny
Cash es un buen ejemplo (conoció a Johnny
y June Carter después de la muerte
de su madre y le dejaron una huella profunda); una línea base sólida palpita
detrás de su dulce voz lamentando la muerte de su madre, con una 'steel guitar'
llorando y dándole un toque country de fondo; muy conmovedor.
Su arreglo de acordes en Gold Dust impresiona. Una vez más, la gruesa salida vocal es
clásico Kravitz, con grandes solos de Ross en su Gibson Firebird VII, y efectos
de teclado girando para juntar la canción. Hablando de remolinos, The Majesty of Love te pone en la pista
de baile, un ritmo puro de funk sobre 'licks' de guitarra que te llevará de
vuelta a la discoteca de los 80, pero conducido desde atrás por una sección de
vientos que muerde en la noche. Es un número sabroso del que incluso Prince estaría orgulloso; capas
limpias y crujientes. La forma en que 'Dios' (Prince) quería que fuera.
Si el disco tiene un punto débil, las
canciones Ride y 5 More Days 'Till Summer podrían colocarse en esa esquina de
descartes. Pero no hay realmente una mala canción en el disco. Viene con su
mensaje de amor, esperanza y paz, que es verdaderamente genuino, y muy Lenny
Kravitz.
Raise
Vibration no es historia repitiéndose, sino rimando
con los tiempos.