El increíble legado de Magic Sam

Por Tom MacIntosh

Samuel Gene Maghett es un nombre que probablemente no te suene hasta que le revelemos como Magic Sam, entonces tal vez tengas una idea de quién era y el enorme impacto que tuvo en la escena blues de Chicago a fines de los años 50 y 60. Así que esta es su historia...  

Nacido en la familia de un aparcero en febrero de 1937 en el condado de Grenada, Mississippi, mostró una habilidad instantánea para la música, y cuando no estaba tocando la guitarra, las estaba haciendo. Las hacía con cualquier cosa, cajas de cigarros, palos 'diddley', recogiendo cables, lo que sea, ¿y por qué? Porque el chico quedó fascinado con los sonidos de sus primeros héroes, Muddy Waters y Little Walter.
 

Se fue de su casa a Chicago a los 13 años y antes de cumplir los 20 ya tocaba la guitarra en los clubes de blues del West Side de la ciudad, en duelos con gente como Southside Biggies, Howlin 'Wolf, Elmore James, Freddie King, Bo Diddley, y 'Homesick' James Williamson por solo mencionar algunos. Nada mal para un chico que escapó de los latigazos de un padre violento por su falta de interés en el trabajo agrícola, huyó al norte para vivir con su tía Lily y su esposo, el gigante de la armónica 'Shakey Jake' Harris, quien le guió y animó gracias a su talento natural. Su forma de tocar usando mucho trémolo y staccato era algo muy novedoso en la época y le consiguió un contrato con Cobra Records, dirigida por Eli Toscano en 1957. Su primer single, All Your Love, fue un éxito instantáneo en la comunidad blues, y sus continuaciones Everything Gonna Be Alright, y Easy Baby le dieron un nombre al West Side de Chicago y un estilo que sigue siendo emulado por los bluesmen de hoy en día. Su estilo único se forjó entre la oscuridad del blues de Delta y el sonido oscilante y palpitante de Chicago, con una pizca de Memphis en la parte superior; el fraseo puntiagudo, solos de una sola nota a 'a la B.B.King', y luego lo empapa en reverberación y trémolo, o añadiendo acordes de novena y golpeando líneas de bajo, logrando esculpir un sonido propio en su Epiphone Riviera color cereza.
 

  

Fue el verdadero nacimiento del blues del West Side de Chicago. Otros artistas de Cobra, como Otis Rush y Buddy Guy, estaban allí con él, creando nuevos riffs y 'licks' para futuros guitarristas de blues eléctrico. Su single 21 Days in Jail destaca por su destreza en los solos, en un tema que es esencialmente un rockabilly con Willie Dixon tocando el bajo como un trueno, un gran trabajo en solo dos minutos.
 

Luego Cobra cerró, pero en lugar de seguir a Rush y Guy a Chess Records, fue reclutado para el servicio militar (Vietnam), se ausentó sin permiso y fue atrapado y encarcelado durante seis meses. Esto fue un gran bajón emocional para Sam. Cuando lo dejaron salir en 1960, la escena del Rock & Roll se estaba moviendo hacia las guitarras acústicas y el blues eléctrico de Chicago se estaba desvaneciendo. Sin embargo, firmó con Chief Records y adaptó una canción de Fats Domino, Every Night About This Time, en un contundente número de blues de Chicago, pero no alcanzó niveles pasados. Y con la escena hippie de "flower power" apostando por armonías pálidas y arreglos acústicos almibarados; los conciertos fueron pocos y Sam tocó casi fondo. Aún tenía trabajo en los clubes locales, pero las oportunidades de grabación se redujeron. Además de esto, el sindicato lo acosaba para obtener honorarios, y él era constantemente estafado por tipos de la peor calaña.
 

 

Su mala suerte mejoró cuando Bob Koester, fundador de la compañía Delmark, y un ávido promotor de blues, (habiendo firmado a Junior Wells, quien sacó la obra maestra Hoodoo Man Blues, con el trabajo de guitarra de otro representante del West Chicago, Buddy Guy), reconoció su abundante talento. "Escuché por primera vez a Magic Sam en uno de los maravillosos 45 revoluciones de Cobra. Más tarde en persona en el Alex Club, que estaba en Roosevelt y Loomis en el West Side de Chicago, en 1962. Fue una actuación espectacular. Muddy Waters lo llamó al escenario, ¡Sam se tropezó con un cable eléctrico y saltaron chispas! Su forma de tocar y cantar fue aún más electrizante".
 

Bajo Koester, grabó el legendario West Side Soul, (1967) con Mighty Joe Young en la segunda guitarra, y Odie Payne en las baquetas. El disco muestra la pasión y la amplitud que representó su estilo de blues del West Side, desde las conmovedoras canciones That's All I Need y I Feel So Good, hasta el increíble instrumental Lookin 'Good y, por supuesto, Sweet Home Chicago. Recibió excelentes críticas a nivel nacional y sus colegas Paul Butterfield, Cream, John Mayall, Canned Heat y Janis Joplin, ya mostraban claros signos de su influencia.
 



Aprovechando la ola del éxito, realizó una gira incendiaria por todos los Estados Unidos. Estaba en la cima de su carrera. La continuación de West Side Soul fue Black Magic, que contó con Eddie Shaw tocando el saxo tenor en la funky You Belong to Me, la sentimental What Have I Done Wrong, y el estilo personal de Sam en el San-Ho-Zay de Freddie King. Posteriormente Sam dijo que no solo pensó que era el mejor trabajo que había hecho, sino que era "el mejor álbum que había escuchado". Estos dos lanzamientos de Delmark lo llevaron al reconocimiento internacional como uno de los grandes del blues, con directos en Gran Bretaña y Alemania, acompañado por el gran armonicista de blues Charlie Musselwhite y el baterista Sam Lay. En 1969 puso patas arriba el Festival de Blues de Ann Arbor y estaba listo para firmar con Stax Records después de que expirara su contrato en Delmark. Sin embargo, sus problemas cardíacos persistieron y comenzaron a afectar a su cuerpo. Murió de un ataque al corazón hace 48 años, en 1969, a la edad de 32 años.
 

Tras su muerte se organizó un concierto benéfico por miembros de la Butterfield Blues Band, pocas semanas después en el Fillmore West en San Francisco, y contó con la participación de admiradores como Mike Bloomfield, Elvin Bishop, Musselwhite y Nick Gravenites. Incluso llegó a Hollywood en la película Granujas a todo ritmo, donde Jake Blues (John Belushi) le dedica Sweet Home Chicago al "gran y añorado Magic Sam".
 

Desde entonces, su legado ha sido apreciado y atesorado, su perseverancia admirada, su estilo adorado y eterno; él es el único e irrepetible, Magic Sam.


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