El mago que no quiso ser estrella
Por Sergio Ariza
Something/Anything? es una obra colosal de uno de los mayores talentos que han dado los
70, el cantante, multiinstrumentista y productor Todd Rundgren. Se trata de un doble disco en el que Rundgren se
encarga de todos los instrumentos y las voces (excepto en la última cara), además
de producir todo el disco. Es el disco fundamental de un nombre injustamente
olvidado que ahora recibe una reedición junto al disco que le siguió, A Wizard, A True Star, en el que se
revolvió contra la fama obtenida y el sambenito que le colgaron, los más cortos
de miras, como una especie de Carole
King masculino.
El disco está dividido en cuatro partes, A Bouquet of Ear-Catching Melodies, The
Cerebral Side, The Kid Gets Heavy y Baby
Needs a New Pair of Snakeskin Boots (A Pop Operetta). La primera se abre
con Rundgren en su mejor modo 'singer/songwriter' con I Saw the Light, una canción que (esta sí) podría haber aparecido
en el Tapestry de Carole King, It Wouldn't Have Made Any Difference y
las tres últimas canciones de la primera cara también le deben mucho al sonido
'Laurel Canyon' aunque Wolfman Jack
demuestra que aquí hay mucho más que un simple cantautor, con su gozosa y
energética muestra de lo mejor de la Motown.
La segunda parte, como el propio Rundgren
indica en la singular Intro, es una
muestra de las posibilidades del estudio y de sus trucos como productor en la
que se incluyen canciones como The Night
the Carousel Burnt Down, propia de un Randy
Newman, o Marlene que recuerda a
sus dos primeros (y notables) discos, Runt,
del año 70, y Runt The Ballad of Todd
Rundgren, publicado al año siguiente. Es esta la parte en la que se ve al
genio del estudio que terminaría convirtiéndose en uno de los productores más
requeridos de las dos siguientes décadas, con su mano dejándose notar en
trabajos de gente como Badfinger, Meat
Loaf, Grand Funk Railroad, New York Dolls, Patti Smith o XTC.
La tercera parte es la que tiene los sonidos
más rock y permite a Rundgren lucirse también en su faceta como guitarrista,
sacando a relucir una de sus armas secretas, la mítica Gibson SG 'The Fool' de Eric Clapton en sus tiempos de Cream, que había llegado a sus manos
mientras trabajaba como ingeniero en el Stage
Fright de The Band, aunque su
guitarra favorita en el estudio con el tiempo pasaría a ser una Fender Mustang.
Esta parte se abre con el blues rock de Black
Maria, en el que se luce a las seis cuerdas recordando a Santana. Además contiene la mejor
canción de todo su carrera, la seminal Couldn't
I Just Tell You, una de las canciones sobre las que se fundó todo el power
pop, en la que se nota su tiempo junto a Badfinger grabando el notable Straight Up. También tiene tiempo para
hacer un bonito homenaje a Jimi Hendrix
con Little Red Lights, en la que
imita su sonido y sus efectos, como esas explosiones del principio, en la que
es una de las grandes canciones hard rock de su carrera.
Por último, la cuarta parte es la única que contiene
otros músicos además del propio Rundgren. Se abre con un ‘medley’ de
grabaciones antiguas (con un sonido bastante malo), para luego pasar a una
sesión grabada en directo con músicos de la talla de Michael y Randy Brecker,
Barry Rogers o el mismísimo Rick
'Rock'N'Roll Hoochie Koo' Derringer encargándose de la guitarra en Dust In The Wind, unas sentida balada
con unos magníficos vientos. Aquí también aparece otra de las canciones más
importantes de su carrera, Hello It's Me,
una regrabación de una canción del propio Rundgren con su primer grupo, The Nazz, que en esta versión llegó al
número cinco de las listas de éxitos o el magnífico cierre con la rockera Slut. Una canción que pone punto final a
la obra fundamental de este mago de la música que se negó a ser una estrella
para seguir manteniendo su libertad creativa.