El mejor resumen de su carrera
Por Sergio Ariza
The
Notorious Byrd Brothers es el disco más tumultuoso de
la turbulenta carrera de los Byrds,
también es el que supone un mejor reflejo de su carrera y el favorito de los
fans de la banda. En él se puede ver la tremenda huella de una banda que estuvo
al frente de varias de las revoluciones musicales de los 60, como el folk-rock,
la psicodelia o el country-rock, además de ser de los primeros en utilizar
elementos de la música india, toques jazz o coqueteos con la electrónica. Los
Byrds son un grupo seminal, de sus discos crecían estilos como si estuvieran
plantados en el campo más fértil de la Tierra y The Notorious Byrd Brothers es una perfecta prueba de ello,
sirviendo de perfecta suma de su paso por múltiples estilos, muchas veces
dentro de una misma canción.
En cierto modo este disco es la culminación
del camino iniciado con Fifth Dimension
y Eight Miles High a través de la
psicodelia y la experimentación. Es un paso más allá en su búsqueda de nuevos
sonidos que impidan etiquetarles, pero es, como decía, un disco en el que sus
muchas influencias se juntan de manera armoniosa y bella, como el folk-rock
tintineante de sus inicios y el futuro camino en el country-rock como se puede
comprobar en la hermosa rendición del clásico de Goffin-King Goin´Back, en
el que a las armonías marca de la casa y la distintiva Rickenbacker de Roger McGuinn se le une una no menos
maravillosa pedal steel a cargo de Red
Rhodes. O como en Wasn’t Born To Follow,
otra canción del dúo Goffin-King, en la que se puede ver el camino country-rock
que iban a tomar sin olvidar meter una distorsionada y psicodélica guitarra.
El disco está lleno de ejemplos de este tipo
pero los Byrds absorben tan bien esas influencias que todo fluye tan serena y
plácidamente como el momento en el que Draft
Morning (una canción que reúne en sí misma lo mejor de todas las épocas de
los Byrds) se diluye con el inicio de la fundamental Wasn't Born To Follow. O como cuando los aires country de Old John Robertson se ven interrumpidos
por un fantástico y barroco cuarteto de cuerda. Quizás el momento en el que
todo esto se escenifique mejor sea en Change
Is Now, la única canción del disco en la que se unen dos distintas eras,
siendo la única en la que comparten pista la Gretsch de David Crosby, al que despedirían en medio de la grabación, y el
futuro Byrd Clarence White que
aporta todo el sabor country de su Telecaster del 53. En el puente de la misma,
McGuinn entrega uno de sus mejores solo psicodélicos.
Y es que aquí pasan muchas cosas, y muy
buenas, cada poco tiempo, parece increíble que este disco fuera grabado en
medio de innumerables disputas y luchas de ego entre sus miembros,
principalmente entre el iracundo Crosby y el tranquilo McGuinn. Parece ser que
la negativa de este a grabar Goin' Back,
que estaba en lucha directa con una de sus canciones (la increíble Triad, sobre los placeres del amor entre
más de dos personas), y su consiguiente enfado fue la gota que calmó el vaso de
la paciencia de McGuinn que acabó echando del grupo a uno de los miembros
originales. No fue el único para el que este disco fue el último, el batería Michael Clarke también fue despedido
poco después de grabarlo, claro que sus contribuciones no se echarían tanto de
menos como las de Crosby. Al batería le costaba seguir el ritmo en una canción
básica de pop, no digamos en las enrevesadas composiciones que estaba trayendo
Crosby. Además las chicas histéricas habían desaparecido de los conciertos, algo
que contribuyó a que decayera su interés y a que tampoco le importara mucho que
en más de la mitad del disco le sustituyeran dos de los mejores baterías de
sesión de la historia, Jim Gordon y Hal Blaine.
The
Notorious Byrd Brothers es el disco cumbre de su
carrera para los fans de la banda, por encima de las perfectas canciones de Younger Than Yesterday, de la Biblia del folk-rock que supuso Mr. Tambourine Man o del
florecimiento del country-rock que llegaría con Sweetheart Of The Rodeo. Este es el paraíso para cualquier amante
de los Byrds, de Tom Petty
a R.E.M., un disco en el que hay
muchas delicias que destacar, del arrollador inicio con los vientos de Artificial Energy a las innovadoras y
pioneras apariciones de un sintetizador a cargo del mago Paul Beaver, del increíble bajo Motown de Chris Hillman en Natural
Harmony a la furia del puente garajero y proto/punk de Tribal Gathering, pasando por los misteriosos sonidos que abren Dolphin's Smile sacados de la
Rickenbacker de McGuinn. El grupo todavía tenía por delante muchas cosas pero
esta fue la guinda de su formación más importante (sobre todo si tenemos en
cuenta que Gene Clark sustituyó
temporalmente a Crosby, llegando a componer Get
To You junto a McGuinn y grabando algunas armonías vocales).
Con el tiempo, eso sí, llegaría la
reconciliación y 2017 vio como McGuinn y Crosby enterraban el hacha de guerra
en Twitter con el segundo escribiendo "he
cometido muchos errores en mi vida... uno de ellos fue olvidar durante un
minuto quién era el verdadero líder de los Byrds". A lo que McGuinn no
tardó en responder: "He cometido
muchos errores en mi vida y uno de ellos fue despedir al mejor cantante
armónico del mundo". Amén a eso.