Mirando atrás sin ira
Por Sergio Ariza
Cloud
Nine fue el resurgimiento de George Harrison tras unos primeros
años 80 en los que había sacado los discos más flojos de su carrera y se había
semiretirado, cansado por el mal recibimiento crítico que había tenido Gone Troppo y el mal trago que supuso la
muerte de John Lennon en diciembre
del 80. Cuando apareció este disco Harrison llevaba cinco años sin publicar
nada pero parecía dispuesto a hacer las paces con su pasado y volver a mirar a
los gloriosos tiempos de los Fab Four. El disco fue todo un éxito y contiene
varias de las mejores canciones de su carrera, aunque se ve lastrado por la
'ochentera' y pulcra producción de Jeff Lynne.
El hecho de que el Beatle menos dado a
alardear del pasado aparezca en la portada con su mítica Gretsch 6128 Duo Jet,
la misma que tocó en los primeros tiempos de la 'Beatlemania', ya hace que nos
demos cuentas que, por primera vez en su carrera en solitario, George está
dispuesto a mirar atrás sin ira. Quizás el mejor ejemplo de esto sea When We Was Fab, un claro homenaje a su
grupo, tanto lírica como musicalmente. La canción suena tan 'Beatle' que cuando
todavía no tenía letra solía referirse a ella como ‘Aussie Fab’, por el hecho
de que le recordaba a su banda y la había compuesto en Australia. Para rematar
la jugada para el video pidió a sus dos ex compañeros vivos que aparecieran en
él. Ringo Starr no solo aparece sino
que también toca la batería. Pero Paul
McCartney, que estaba de gira, no pudo así que le dio a Harrison una idea,
que saliera alguien zurdo tocando su bajo Rickenbacker y disfrazado de morsa
como en Magical Mystery Tour. El
resultado es uno de los hitos de la carrera en solitario de Harrison, que no
duda en desempolvar incluso el sitar para dar los toques finales.
Pero más allá de esa gran canción, Cloud Nine ve a un Harrison revigorizado
con una gran colección de canciones bajo el brazo, desde la titular en la que
le acompaña su inseparable Eric Clapton y que es otro de los
grandes momentos del disco, con Clapton y Harrison intercambiando fraseos
'bluesy', 'Mano Lenta' con su Stratocaster y Harrison con otra de las guitarras
a las que decidió quitar el polvo en esta grabación, su Fender Sonic Blue
Stratocaster del 61, mejor conocida como Rocky, la misma Strato con pintura
psicodélica con la que aparece en el rodaje de Magical Mystery Tour. Era su guitarra preferida para realizar sus
icónicos punteos con slide, probablemente su sonido más característico como
guitarrista. Rocky vuelve a aparecer en Someplace
Else y This Is Love (aunque en el
vídeo aparece tocando una Rickenbacker 450). Claro que, hablando de
Rickenbacker, este disco también supuso la vuelta del instrumento más recordado
de sus tiempos en los Beatles, su Rickenbacker 360 de 12 cuerdas, la misma con
la que hizo el mítico acorde que abre A
Hard Day's Night, y que aquí suena en la redonda Fish In The Sand. Tampoco debemos olvidar su irresistible versión
de Got My Mind Set on You o la
directa Devil’s Radio, nuevamente con
lucimiento de Clapton.
Aunque posiblemente la mejor prueba del
excelente estado creativo en el que se encontraba Harrison en ese momento venga
del hecho de que de estas mismas sesiones salió con la enorme Handle With Care. Una canción que
pensaba utilizar como cara B de This Is
Love pero que los miembros de su compañía le convencieron de que era
demasiado buena como para ser infrautilizada de aquel modo. Fue sobre ella
sobre la que se terminaría construyendo aquel increíble supergrupo llamado Travelling Wilburys que juntó a
Harrison con su productor Jeff Lynne, Bob
Dylan, Tom Petty y Roy Orbison. Pero esa ya es otra historia que tocaremos en otro
momento…