Bienvenidos a 'Davieslandia'
Por Sergio Ariza
Puede
que los Kinks sean el miembro menos
conocido del póker de las mejores bandas de lo que se conoció como 'Invasión
británica' (Beatles, Stones, Who y
ellos mismos) pero no son menos importantes. Something else ocupa la segunda posición cronológica de la ristra
de seis obras maestras seguidas que los de Ray
Davies publicaron entre 1966 y 1971. Siguiendo con el cambio estilístico
establecido con Face to face los
Kinks se siguen alejando de las influencias americanas y las modas de la época
para crear algo propio y, a la vez, totalmente universal. Bienvenidos a
'Davieslandia' rezaba la nota promocional del disco y no podía estar más en lo
cierto. Un lugar mágico y 100% inglés en el que se glorifican los placeres de
las pequeñas cosas el té de la tarde, el cigarrillo, el soldadito de plomo o la
vista de la estación de Waterloo al atardecer.
Ray
Davies es uno de los compositores más perfectos de la historia del pop y en
este disco se encuentra la que, posiblemente, sea su canción más exquisita, Waterloo sunset, una obra perfecta en la
que música y letra se dan de la mano para crear algo único. A pesar de ser una
obra de Ray el resultado final se vio beneficiado por varias colaboraciones
clave, la línea de bajo descendente de Pete
Quaife, que también puso los famosos "sha la la", esos "ooohs"
mágicos que son idea de Rasa, la
esposa de Ray, y que canta a la vez con Dave y Pete y, por último, esa
maravillosa guitarra de parte de uno de los guitarristas más infravalorados de
la historia, Dave Davies. Su mítica
Flying V está pasada por un efecto de ‘delay’ que recuerda a los instrumentales
de los años 50 y el pequeño de los Davies juega con la melodía de la canción
para rematar esta gema de la que el propio Ray afirmaba “la canción no podría existir sin la maravillosa parte de guitarra de mi
hermano, cuando esta suena algo mágico sucede”. Pero es que además de la
joya de la corona Ray entrega cosas como la vigorosa e irónica David Watts, la melancólica bossa nova
de No return, los guiños a la música
india, como ya había hecho en See my
friends o Fancy, de Lazy old sun, o la increíble historia de
Situation Vacant que dan la razón a Pete Townshend cuando opina que Davies debería ser nombrado "poeta laureado".
Pero
es que, además, Something else supone
el raro caso de la discografía de los Kinks donde el mayor de los Davies
permitió que floreciera el talento del pequeño de los hermanos, Dave, que aquí
entrega tres grandes canciones, entre ellas la espléndida Death of a clown, que se vuelve a beneficiar de los maravillosos
coros de Rasa, y que fue editada bajo su nombre como single, a pesar de estar
grabada por el grupo.
Something else fue el primer disco
producido por el propio Ray Davies y comenzó el lento declinar comercial del
grupo. Una verdadera pena ya que pocos grupos pueden presumir de un disco de
estas dimensiones y, mucho menos, del increíble momento creativo que tuvo el
grupo y su líder en esta época. Un disco editado justo después del Verano del
Amor pero que estaba fuera de cualquier época, en su propio sitio, un lugar
maravilloso en el que contemplar la puesta de sol más melancólica y bonita del
mundo.