El diácono del rock
Por Sergio Ariza
Steve
Hunter, nacido un 14 de junio de 1948 en Decatur
(Illinois), es posiblemente el mejor guitarrista de sesión de la historia,
siendo su único competidor por el título, su amigo Dick Wagner, claro que si los dos han aparecido en varios discos
inmortales de Lou Reed o Alice Cooper, Hunter le supera aunque
solo sea por ese monumento a la guitarra eléctrica que es la 'Intro' que le puso al 'Sweet Jane' de Reed en el 'Rock 'n' roll animal'. Una de las más
increíbles odas para el instrumento protagonista de nuestra página.
La carrera de Hunter ha sido la de un
mercenario de lujo, sus aportaciones al mundo del rock durante sus años dorados
deberían haberle servido para vivir de las gloriosas rentas durante toda su
vida pero, como muchos otros músicos de sesión, Hunter se ha visto muchas veces
con problemas económicos por no haber recibido el crédito necesario, como era
común en la profesión, en muchos de sus más recordados trabajos como el 'Billion dollar babies' de Alice Cooper
o el 'Train kept a rollin' de Aerosmith. Afortunadamente durante
estos últimos años su mujer ha luchado por corregir esos errores y conseguir
que a Steve se le reconozca todo el mérito, además de una compensación económica
justa.
Su carrera comenzó pronto pero su primera gran
oportunidad no le llegó hasta 1971, cuando un amigo le informó de que el
legendario Mitch Ryder, uno de los
padres de la excitante escena rock de Detroit, estaba buscando guitarristas
para su nueva banda. Ryder estaba reformando los Detroit Wheels y decidió acortar el nombre a Detroit. En el otoño de 1970 Hunter tuvo una exitosa audición y
Ryder se quedó encantado con su nuevo guitarrista. Rápidamente comenzaron a
grabar su primer disco y allí se produjo el encuentro que cambiaría la vida de
Hunter. El elegido para producir el disco fue un joven canadiense que también
tocaba el teclado y cuya principal credencial era haber conseguido que Alice
Cooper alcanzara la fama con 'Love it to
death' y su single 'I'm eighteen'.
Se trataba de Bob Ezrin y se quedó
impresionado con la calidad de Steve a las seis cuerdas.
La canción más destacada de aquella grabación
sería una versión del ‘Rock and roll’
del último disco de Lou Reed con la Velvet
Underground, ‘Loaded’. Fue una
elección personal de Ryder, al que le encantaba la canción, pero fue Hunter el
que dejó su huella en ella. Inspirado por Leslie
West de Mountain, hizo un
trabajo espectacular que seduciría al mismísimo autor de la canción, un Lou
Reed que, como Ezrin, no olvidaría el nombre de Hunter.
Pero no adelantemos acontecimientos, el disco
de Detroit no tuvo mucha repercusión más allá de la ciudad del motor y Hunter se vio de nuevo sin trabajo.
Durante un tiempo estuvo de gira con los Chambers
Brothers, una banda de soul que había grabado la espectacular ‘Time has come today’ en 1968. Fue
mientras tocaba con ellos cuando se produjeron dos eventos fundamentales en su
vida. El primero fue cuando tocó por primera vez la pieza que pasaría a ser la
‘Intro’ para el ‘Sweet Jane’ y que había compuesto mientras estaba en la banda de
Ryder. El segundo fue el encuentro con el hombre con el que realizaría alguno
de los mejores duelos guitarrísticos de los 70, Dick Wagner. Fue en Florida,
mientras este último tocaba con su banda Ursa
Major.
Tras acabar la gira, Hunter volvía a estar sin
trabajo pero Bob Ezrin no se había olvidado de él, el productor estaba
trabajando en el nuevo disco de Alice Cooper, ‘Billion Dollar Babies’, y necesitaba guitarristas que cubrieran ocasionalmente
el puesto de Glen Buxton, el
guitarrista principal de la banda, que estaba pasando por una pancreatitis. Los
dos primeros nombres que se le vinieron a la cabeza fueron Hunter y Wagner.
Esta vez no llegaron a tocar juntos, sino que hicieron sus partes por separado.
El primero fue el más utilizado y se le puede escuchar haciendo solos en la
canción titular, ‘Raped and Freezin'
(el segundo, después del de Buxton), ‘Unfinished
Sweet’, ‘Generation Landslide’, ‘Sick Things’ (con una Gibson SG
intentando sonar al Clapton de los Cream) y ‘Hello Hooray’, donde se encarga del solo con una pedal steel Gibson. Fue una aportación
increíble pero, como era costumbre en aquellos días, no fue reflejado en los
títulos de crédito donde su nombre solo aparecía en los agradecimientos
especiales.
Su siguiente aventura sí que le daría la fama
y el reconocimiento. Lou Reed estaba en Londres preparando la continuación del
exitoso ‘Transformer’ y Bob Ezrin iba
a producir el disco. Su compañía le había dado todas las comodidades y el ex
Velvet decidió rodearse de una nómina de músicos de lujo para grabar lo que se
convertiría en ‘Berlín’, gente como Jack Bruce, Steve Winwood, Aynsley Dunbar
o los hermanos Brecker. Para la
guitarra Reed lo tenía claro, quería al tipo que había tocado su ‘Rock and roll’ como al le hubiera
gustado que sonase. Reed le dijo a Ezrin que lo encontrara pero este no
necesitó buscar demasiado, se sabía su teléfono de memoria. Lo siguiente que
recuerda Steve Hunter es estar cruzando el océano Atlántico para grabar con
algunos de sus héroes. Lo primero que hicieron fue ‘Men of good fortune’, Hunter se colocó sus auriculares y se
dispuso a tocar, cuando comenzó a escuchar el bajo de Jack Bruce no se podía
creer su suerte, el chico de campo de Decatur estaba tocando con el bajista de Cream,
pero en vez de sentirse intimidado, aquello le inspiró para tocar mejor, sus
contribución a canciones como ‘How do you
think it feels’ o la final ‘Sad song’
están entre lo mejor de su carrera. Los críticos de la época fueron
despiadados con el disco, llamándolo "desastre
desprovisto de esperanza" pero años después comenzó a ser visto con
otros ojos y su poderosa música, junto a la tristeza de sus textos, le han dado
el marchamo de clásico que siempre fue.
Para cuando Reed quiso presentar el disco en
directo lo único que tenía claro era que quería ser una estrella del rock, un “animal del rock” y dejó que fuera Ezrin
el que buscara a la banda perfecta para ello. Así fue como Hunter y Dick Wagner
tocaron juntos por primera vez (Wagner también toca en ‘Berlin’ pero tampoco llegaron a coincidir). Los primeros conciertos
de la gira fueron en suelo europeo, principalmente las islas británicas, la
banda era puro fuego y Hunter y Wagner parecían predestinados a subirse juntos
a un escenario. Por su parte, el hombre que había inventado el noise se pasaba a la épica de la 'rock'n'roll star' y el traje le sentaba
de maravilla, gracias a sus flamantes guitarristas. Cuando llevaron la gira a
EEUU el mánager de Reed les dijo que necesitaban improvisar algo antes de que
el cantante subiera al escenario. Así fue como Hunter les enseñó al resto la
pieza que había compuesto años atrás. En su primer intento surgió la magia y
Hunter se dio cuenta de que había encontrado la banda perfecta para tocarla. Su
forma de relacionarse con Wagner es increíble, con Steve tocando la melodía y
Dick haciendo las armonías. El 21 de diciembre de 1973 dieron el último
concierto de la gira en Nueva York y el resultado fue grabado para la
posteridad, dando como resultado dos discos, ‘Rock ‘n’ roll animal’, publicado en 1974 y ‘Lou Reed live’ en 1975. Que quede para la historia, aquellas
legendarias notas se sacaron de una Les Paul TV Special a través de un
amplificador HiWatt de 100 vatios.
A partir de aquello Hunter se convirtió en uno
de los músicos de sesión más respetados. A los pocos días de aquel mítico
concierto estaba en los estudios Record Plant de Nueva York, grabando en el
estudio A algo para Bob Ezrin. Este era también el productor ejecutivo de ‘Get your wings’ el segundo trabajo de
los, por entonces, desconocidos Aerosmith, que se estaba grabando en el C. En
uno de los descansos, Jack Douglas,
que estaba trabajando con los de Steve
Tyler, se lo encontró en el pasillo y le dijo “¿te apetece grabar algo?”. En breve Hunter tenía su Gibson TV
Special enchufada a un amplificador Fender Tweed Twin y grababa el primer solo
(el segundo lo grabó, no podía ser de otra forma, Wagner) de la canción que se
iba a convertir en una de las más icónicas de la carrera del grupo. Pero, una
vez más, su nombre no aparecería en los títulos de crédito. A su favor hay que
decir que Joe Perry llegó a
colaborar con Hunter en su disco de 2013, 'The
Manhattan Blues Project'. Más ilusión, y presencia en los créditos, le hizo
la llamada de Jack Bruce para que tocara junto a él en su disco de 1974, ‘Out of the Storm’.
Estaba en la cresta de la ola y su siguiente
paso le reuniría con Wagner y la banda del ‘Rock
n roll animal’. Alice Cooper, la banda, se estaba desintegrando y su
cantante y líder buscaba nuevos músicos de acompañamiento. Aconsejado por Ezrin
decidió llamar a los “animales del rock’ para
grabar su primer disco en solitario, a pesar de que seguía haciéndose llamar
Alice Cooper. El resultado fue el notable
‘Welcome to my nightmare’ que
daría paso a una lucrativa gira en el 75 en la que daba rienda suelta a toda su
teatralidad, acompañado por las poderosas guitarras de Hunter y Wagner. Fue en
aquella gira en la que su querida Les Paul TV Special del 59 se rompió
definitivamente y fue sustituida por una BC Rich Seagull. Descanse en paz, una
guitarra que debería tener un monumento.
La banda continúo junto a Cooper hasta finales
de los 70 pero el nivel de los discos, y las giras, fue descendiendo en calidad
a medida que aumentaba el alcoholismo del cantante. Pero Hunter tuvo tiempo de
dejar su huella en otros lugares. La más recordada es su aportación al ‘Solsbury Hill’ del primer disco en
solitario de Peter Gabriel, que
también produjo Ezrin, en la que creó la recordada parte acústica con una
Martin D-18 o 28 que le prestó un asistente de la grabación. Ese mismo año,
1977, grabó su primer disco en solitario, ‘Swept
away’, producido por el imprescindible Ezrin, que fue el que le dio su
apodo definitivo, el “diácono”, debido a su hábitos saludables en relación con
el alcohol y las drogas. Mucha gente se pregunta cómo es posible que Hunter y
Wagner nunca grabaran nada por su cuenta pero el bueno de Steve siempre ha
dicho que una vez que quitas de la ecuación a un Reed o a un Cooper, poniendo
grandes canciones, aquello no es lo mismo.
Los años 80 no fueron una gran época para un
guitarrista rock, con raíces en el blues, a sueldo y sus apariciones se
hicieron más esporádicas. A todo ello se sumó un problema grave en la vista
que, progresivamente, le dejaría casi ciego, y muchas facturas de hospital que
hicieron que sus finanzas se vieran muy afectadas. El hecho de que Hunter no viera
nada de dinero por la mayoría de sus grabaciones, al no estar acreditado en
muchas de ellas, tampoco ayudaba. Al final, su mujer logró solucionar el asunto,
pero las estrellas de rock tampoco se olvidaron de él.
En 2006 Lou Reed y Bob Ezrin decidieron hacer
una serie de conciertos basados en ‘Berlin’
y no dudaron en llamar a Hunter. Los conciertos se alargaron durante un año y
acabaron siendo inmortalizados en el disco 'Berlin:
Live at St. Ann's Warehouse'. Como no podía ser de otra forma en el
reencuentro entre Reed y Hunter, las actuaciones terminaban con ‘Sweet Jane’.
También Alice Cooper se acordó de él para la
continuación de ‘Welcome 2 my nightmare’,
publicada en 2010. Ese mismo año, la banda original fue elegida en el Rock and
roll Hall of Fame y Hunter se subió al escenario con ellos en el hueco del
fallecido Glen Buxton. A pesar de que a él no le admitieron, pocos de sus
miembros rechazarían la idea de hacer un hueco al diácono del rock.
(Imágenes: ©CordonPress y www.stevehunter.com)