Generation Axe
Vai, Wylde, Malmsteen y Bettencourt vs. Tosin Abasi
Por Vicente Mateu
Cuatro grandes ‘hachas’ de los 90 se
llevan de gira a uno de sus ‘alumnos’ más brillantes
Confieso
que recibí la noticia con la displicencia del fan resabiado que intentaba
recuperarse de la última gran operación de marketing rockero, es decir, el
numerito de Axl para salvar la penúltima
gira de AC/DC. Y lo de Generation Axe me sonó tan hortera como
los anuncios del famoso desodorante que triunfa en los híper españoles.
Aunque
sigue sin gustarme el nombre de la banda, no he tenido que esperar mucho para
despejar todas las dudas sobre las verdaderas intenciones de estos cinco
grandes guitarristas: hacernos disfrutar como locos, “una delicia”, en palabras
de Steve Vai, el verdadero impulsor del
proyecto junto a Zakk Wylde. Ambos
son una garantía; unidos a Yngwie
Malsmteen, Nuno Bettencourt y Tosin Abasi son una fuerza imparable.
El G-3 sólo fue la avanzadilla.
Generation Axe es un regalo para los oídos
y también la mejor solución para los cinco integrantes, que por separado nunca
habrían alcanzado el nivel de expectación que despertó de inmediato el anuncio
de su gira conjunta, la plataforma perfecta para promocionar sus propios
proyectos y sus propias giras.
Quizá
alguien hubiera preferido otra ‘alineación’ para el partido inicial, pero la selección
apenas ha suscitado polémica en los medios: más hubieran sido multitud y no
estamos en los Juegos Olímpicos de virtuosismo guitarrístico. Todos ellos son
maestros indiscutibles.
Con
un poco de suerte, además, habrá una segunda versión con caras -perdón, manos-
nuevas. De momento, a partir de mediados de junio cada uno ha retomado sus
compromisos en solitario.
Si
como todo parece, Steve Vai ha sido
el ‘entrenador’ que ha elegido a sus compañeros, ha demostrado que ha primado
la música sobre cualquier otra consideración, las protagonistas son las seis
cuerdas y un puñado de viejas y nuevas canciones, no ellos. O no sólo ellos.
Son
cinco formas distintas de entender el rock y de tocar una guitarra. La
exquisita perfección de Vai se
complementa con la fiereza de Zakk Wylde,
el clasicismo de Malmsteen, la
elegancia de Nuno Bettencourt y el
nuevo metal progresivo de Tosin Abasi.
Un quinteto con recursos para todos los gustos, capaz de dar sentido a un show
necesariamente extenso sin que el público se te marche a la barra del bar.
El ‘brujo’ y la ‘bestia’
El
hiperactivo Steve Vai ha
revolucionado el mundo de la guitarra eléctrica desde que se matriculó cum laude en la universidad de Frank Zappa. Él mismo es un entusiasta
profesor que se prodiga por todo el mundo, física y virtualmente. También un buen
compositor cuando encuentra tiempo para ello -su último disco de estudio, Story of Light, salió en 2012-, empeñado
por lo visto en pasar más tiempo sobre un escenario que en tierra firme. Es una
vida dedicada por entero a su instrumento favorito, un ‘brujo’ maravilloso con
otro asiento reservado en la leyenda.
En
su gira al margen de Generation Axe,
Vai recupera prácticamente íntegro Passion & Warfare, considerado su
mejor álbum, con 25 años recién cumplidos, y mucho más asequible que su disco
más reciente. Si en los años 90 su dominio era apabullante, hoy se sitúa ya
fuera de este mundo.
Su
banda es la que sirve de base en ambos casos, con Pete Griffin, también de la escuela Zappa, al bajo; el teclista Nick
Marinovich, ex de Malmsteen, y Matt Gartska a la batería, cortesía de
la banda de Tosin Abasi, Animals as Leaders. Otros tres
monstruos que tiran de las riendas de los cinco caballos desbocados que les han
puesto delante hasta conseguir que incluso suenen como una banda de verdad.
Zakk Wylde sí es un ‘hacha’ en estado puro.
Acaba de sacar su segundo disco en solitario décadas después del primero, un
Libro de las Sombras íntimo y muy desenchufado. Con Generation Axe ha resucitado a ‘La Bestia’ para que campe a sus
anchas en su medio favorito, las versiones de sus clásicos de cabecera. N.I.B. nunca será la misma canción de Black Sabbath después de pasar por la V
de su guitarra.
Resulta
increíble escuchar a Vai -pese a su
experiencia con Whitesnake- y a Wylde extraer de un mismo instrumento
sonidos tan lejanos como una galaxia de otra.
Ni
siquiera Yngwie Malsmteen ha llegado
nunca tan lejos como Zakk a la hora
de ‘torturar’ su guitarra, de hacer que suene como un mercancías sin perder su
esencia sureña y bluesera. Ozzy no
se equivocó cuando le eligió para reemplazar a Toni Iommi.
Mozart con Stratocaster
El
guitarrista sueco es por su parte el Mozart
del rock, o el Paganini si él lo
prefiere. El virtuoso por excelencia adaptado a su propio siglo y a su propio
‘violín’ de seis cuerdas conectado a un Marshall.
Su trabajo como luthier en sus primeros años le aportó ese conocimiento
profundo del instrumento que le ha valido un puesto de honor entre los grandes guitarristas
de nuestro tiempo desde su propio género -con el permiso de Ritchie Blackmore-, el power metal
neoclásico.
Su
carrera reciente camina, sin embargo, a trompicones, cambiando como de
costumbre constantemente de compañía y manteniéndose en el cartel con la reedición
de sus ‘obras maestras’. Es su carácter y su estilo, el que le hizo grabar su
último disco oficial -Spellbound, hace
ya cuatro años- en solitario de principio a fin, incluso las voces tras perder
a Tim Ripper Owens. Yngwie, por supuesto, se lo puede permitir aunque
mejor que en el futuro se busque otro cantante y se concentre en su inmensa -un
par o tres de cientos- colección de Stratocaster.
Extreme, en teoría, sigue existiendo.
Incluso hay anunciado nuevo disco para este año tras su reunión en 2004 y su Saudades de Rock de 2008 rompiendo un
silencio de 13 años. Y por el título está claro quién llevaba la voz (mejor
dicho la guitarra) cantante. Sin embargo, para poder ver en directo a Nuno Bettencourt en los últimos tiempos
servidor tuvo que esperar a que Rihanna
le contratara para dar lustre -y caña- a su público adolescente.
La
calidad de Nuno Bettencourt con su Washburn es indiscutible. También como
compositor pese a que la conclusión a 25 años vista de aquel gran Pornograffitti es que él éxito mató a la
estrella del rock. More than Words,
esa preciosa balad acústica, se tragó a una de las bandas de la década de los
90 con mayor futuro… y que se disolvió apenas seis años después.
Nuno Duarte Gil Mendes Bettencourt no es un ‘hacha’ al uso. Si Malmsteen integró el clasicismo en el
metal, él lo hizo con el funky. Get the
funk out revolucionó muchos oídos en 1990. Por fin alguien lo conseguía sin
perder las esencias heavys, en parte gracias a una oportuna sección de viento
y, sobre todo, a la deslumbrante técnica de un guitarrista que sintonizó los
riffs rompecuellos con las caderas ondulantes de una pista de baile.
Maestro
con la eléctrica, fue desenchufado donde Nuno
sacó a su guitarra ‘más que palabras’, una canción de esas que se convierten en
patrimonio de la Humanidad. Su set acústico es sin duda de lo mejor de Generation Axe.
Metal ‘fusion’
Tosin Abasi es en realidad el ‘anti axe’ y
además no es de la misma generación que sus compañeros de escenario. Pero es
uno de los futuros del rock, no sólo por ser el único de los cinco que nació en
los 80 -el resto vieron la luz en la década de los 60- sino por haber abierto,
o al menos eso intenta, abrir un nuevo camino en el duro mundo del punteo
hiperbólico y el doble bombo.
Lo
llaman metal progresivo instrumental, integrándolos en el mismo saco del universo
de Dream Theaher, cuando Abasi y sus Animals As Leaders están más próximos al jazz, de nuevo gérmen de
una nueva ‘fusion’ musical.
La
mejor prueba está en el proyecto paralelo de Abasi junto a otro músicos metálicos procedentes de algunas de las mejores
bandas de última generación -The Mars
Volta, Suicidal Tendencies…-, T.R.A.M,
y su colega de Animals, el también
guitarrista Javier Reyes.
Lingua Franca, el único ‘plástico’ disponible
del combo, fechado en 2012, está más cerca de Al Di Meola o Stanley Clark
que de Yngwie Malmsteen y es uno de
esos grandes discos ocultos en el marasmo de emepetres con que nos inunda cada día la globalización. Su
referente está claro que es Steve Vai,
tan evidente como el por qué fue uno de los cinco ‘elegidos’ pese a su juventud
y pertenecer a otra generación. Quizá el ‘rey’ ha nombrado ya heredero… Hasta
comparten marca de guitarra.
Generation Axe apenas ha durado un suspiro,
una mini gira que ha conseguido aunar la adoración a la guitarra como
instrumento con la excelencia musical y, legítimamente, aprovechar el enorme
poder de convocatoria de sus integrantes para recordar al personal que ellos no
se rinden. Gibson, Fender, Ibanez,
Washburn… cinco guerreros blanden sobre nuestras cabezas sus hachas de seis
cuerdas afiladas como el acero.
Pero
de sus heridas no brota sangre. Sólo música.
Escucha ahora en Spotify:
T.R.A.M. - Lingua Franca
ZAKK WYLDE - Book Of Shadows II
EXTREME - Saudades de Rock
STEVE VAI - Passion and Warfare
YNGWIE MALSMTEEN - Rising Force