El Señor de las Guitarras

Por Alberto D. Prieto

Robarle una Les Paul a Jimmy Page podría haber sido algo más grave que robarle una novia. Cierto es que durante la década larga de vida de Led Zeppelin no se le conoció nada serio. Entre las grupies, digo, o sea, en su vida real, no en la ficticia de cuando se descolgaba la guitarra y volvía a casa. Una chica en Los Ángeles se podía cambiar por otra más joven --incluso delincuentemente adolescente-- en la siguiente gira, y la fidelidad a la cuasi mulata de ojos grandes nunca sería mayor que a las otras hembras con curvas que arañaba cada noche.

Además del mérito de hacerse con esa reliquia y provocar su infidelidad con el legítimo acariciando sus trastes, está el fetichismo de que con esa Black Beauty de tres pastillas y unidad Bigsby se lleva uno parte esencial del alma del 'Bombardero marrón'. La guitarra con la que Page convivió durante el 'Led Zeppelin II'… No es poca cosa, una Gibson Les Paul del 60 que, como la muchacha esa de 14 años sustituyó a la rubia habitual --quizá porque se le empezaban a caer las tetas--, había tomado durante ese 1969 --69-- el sitio de la 'Dragon Tele'.




El ladrón, desconocido desde ese día de abril del 70 en que perpetró su robo, no se llevaba el instrumento del ‘Led Zeppelin I’, una Telecaster del 61 y mientras huía...


Como las chicas de cabalgadura en los rituales satánico-sexuales, cambiaban los músicos de banda en aquellos años y las guitarras pasaban de mano en mano entre los músicos. Así, Jeff Beck, antes de morirse de celos y largarse de los Yardbirds porque Page la hacía llorar mejor que él, le había regalado esa Telecaster como quien le pasa a un colega el teléfono de una novia de la que se quiere librar, es estupenda y os vais a compenetrar muy bien, ya verás, yo es que ya estoy buscando nuevas sensaciones, nuevos gemidos, y tal.


De manera que poseer esa Les Paul que rascó Page en a finales del 69 podía ser como convertirse un poco en él, alcanzar algún éxtasis escondido en su interior. Pero no. Hay un secreto iniciático que sólo guardan los virtuosos. Y es que no importa quién te robe una guitarra, porque las notas están en los dedos.


Hace falta saber convertir los verbos transitivos en intransitivos y viceversa. Hace falta no tocar la guitarra, sino zumbarla, gritarla, hacerla tocar, sonarla y distorsionar. Al reinterpretar lo que se puede hacer con una guitarra eléctrica, Page la reinventa no buscando qué se puede hacer con ella, sino cómo hacer con ella lo que quiere.


Para eso le sirvió ser un estudioso incansable antes de lanzarse a la carretera y a los surcos del vinilo.

...dando pasos rápidos pasillo adelante del aeropuerto sujetando el estuche arrebatado al mito, fantaseaba con que aquello fuera la Danelectro 3021 que ya fue usado con los Yardbirds…

Jimmy Page
, probablemente el mejor intérprete de guitarra eléctrica de la historia, consiguió ese título después de estudiar años encerrado entre amplis y cuerdas, probando cosas, escuchando y tratando de imitar ritmos, sonidos y porqués. Preguntando, arriesgando, insistiendo en comprender los secretos del instrumento. Había debutado en la TV con espinillas y cuellos de camisa asomando a su jersey, haciendo un skiffle con colegas del barrio. Luego, en pocos años, logró fama de experto músico de estudio antes de cumplir los 20. Y se hizo rogar hasta tres veces por los Yardbirds antes de hacerlos 'su' grupo pese a que por ahí también pasaran los dedos prodigiosos de Beck o la mano lenta de Clapton.


Así que a Page, un tipo que jugó con el theremin para que soñara con ser guitarra y que importó el arco de violoncelo a su interpretación, en realidad poco le importaría un instrumento más que menos en la colección. Las notas estaban dentro de él, y su trabajo consistía en hallar el cacharro adecuado para hacerlas salir del modo correcto.


Los Zeppelin también surgieron así, cuando 'debían', cuando todo encajó: Page ya conocía bien su propio lenguaje y qué quería decir con cada una de sus habilidades. El grupo lo parió sin prisa, reclutando a Plant, Bonzo y John Paul Jones al comprobar de a poco que encajaban en lo que él buscaba y entre ellos, que se compensaban, se complementaban y mejoraban unos a otros: Robert Plant, cuyas cuerdas vocales armonizaban con el sonido de las eléctricas, cuya garganta rubia estaba destinada a dialogar a gritos en armonía con los solos poderosos de Page. Las manos espídicas de Bonzo a la batería, estructurando la base rítmica, la pausa mental en la línea del bajo o a las teclas de JPJ


...tampoco podía ser la Gibson EDS-1275 Doubleneck, el estuche era sencillo y todavía Page no había mostrado en público el sonido casi de sitar que él sabría sacar de ese doble mástil…




Una cosa es que te toque mucho las narices que la crítica te catalogue como un grupo de heavy metal, y otra es no estar orgulloso de ser fundador de su eucaristía: fue un 28 de enero de 1969 en el Tea Party de Boston. Después de una hora y media de un concierto programado para una hora, Page reparó en que los muchachos de las primeras filas sacudían sus cabezas rítmicamente en un extasis marcial. Eso (sí) era muy heavy.

Con sólo un disco en la calle, aún no eran la mayor banda de rock del mundo.. O sí lo eran y el mundo aún no lo sabía, porque realmente ya habían abierto una nueva varilla del abanico cuyo eje no era otro que el blues negro. Ya estaban las del r'n'b, el rock'n'roll, el skiffle, el beat y, con ellos, el pop. De modo que cuando las revistas especializadas quisieron ver en el nuevo himno generacional 'Whole lotta love' una mala copia del 'You need love' de Muddy Waters --lo cual, sin la parte peyorativa, puede hasta ser cierto--, a Page y los suyos les importó lo justo. Ellos se limitaban a destilar las notas a su modo: energía, potencia, desgarro y balanceos entre el éxtasis y la calma.

Entre 'Led Zeppelin' y 'Led Zeppelin II' Jimmy había cambiado la Telecaster por la Les Paul, y no sólo su sonido, sino la propia identidad del grupo era otra. Ya no era solamente 'su' grupo, era un grupo.


Ese proceso era el de una banda exprimiendo el limón: había que aprovechar el producto del esfuerzo, llevar la música a los fans potenciales, muchos de ellos lo eran casi de oídas, ni spotify ni casi los vinilos, mal distribuidos y pocos de un sólo trabajo por entonces. Robaron horas, hasta minutos, de estudio para grabar y mezclar su segundo trabajo mientras hacían apostolado de su fe por todo EEUU. Sólo siete meses después de publicar el uno se acababa de producir el dos. Y en un par de meses más, 'Whole lotta love' estaba saciando la sed de los fans. Ya tan desgreñados como Jimmy, Robert, Bonzo y John Paul.


Cada gran grupo tiene su sonido. Led Zeppelin es hijo del sireneo de la guitarra de Page. Y su estilo, en este caso la mezcla, la delicadeza de lo rudo... El silencio que precede a la ráfaga de una metralleta, un pasillo con interruptor al fondo para poner la siderurgia en marcha, con un loco director de orquesta que acompasa el movimiento de las máquinas y la agonía de sus materiales. El vuelo silencioso del zepelín mientras dentro de su enorme panza sudan cuatro peludos disparados a la gloria infernal.


Así, Page, del que circularon mil rumores más o menos alentados por él de su satanismo o, como mínimo, misticismo, ejerció de demiurgo con el grupo más grande del rock. Fundó un sonido que antes no existía, el sonido Zeppelin, pensado para epatar con oscilaciones de intensidad, con combinaciones de calma y tempestad.


¿Por qué encajarse en estrofa estribillo estrofa? Lo haré cuando eso sea lo que quiero contar. ¿Por qué no aprovecharse de notas de otros si sé que interpretadas por mí dirán algo interesante? Picasso también hizo sus meninas. ¿Por qué responder a la prensa, si nuestra música habla por sí sola? ¿Por qué desmentir, por qué ceder, o claudicar, si somos dioses de nuestra propia obra?

...Entonces, ¿esa Les Paul, cuál era? La ‘número uno’, la ‘dos’, la ‘Custom’ del 60… ¿Lo que he robado es, de verdad, una guitarra *de* Jimmy Page?...


Dicen que la Interpretación de Page es versátil, que el estilo de los Zeppelin lo es… Un grupo de heavy metal no habría hecho Bron-Y-Aur Stomp. O sí, pero sólo después de que lo hicieran ellos. Y eso es porque no eran heavy metal: lo usaban como vehículo de expresión. Ésa es la diferencia entre buscar tu sonido o elegirlo, entre construir tu camino o conducirte por un raíl abierto por otro.

En la biblia de Page, satánica o no, uno puede partir de bases melódicas preexistentes, pero sus versículos tienen un mensaje cuyos cimientos no están tanto en la melodía como en su ejecución. El secreto es cómo salen las notas de sus dedos, no qué notas ni qué instrumento las emita ...De modo que, muchacho, quédate esa Les Paul, y disfruta de ella como de un trofeo, porque no le sacarás una sola nota de las que le rasgó Jimmy Page en el 69.


Por otro lado, tampoco era un instrumento tan importante. Sí que reventó las entrañas del 'Whole lotta Love' pero no de las demás piezas del bombardero marrón. En realidad, cuentan los libros que esa Gibson Les Paul robada en un aeropuerto de Canadá en abril del 70 no es la guitarra que rezumó en 'The Lemon Song', ni la que dijo 'Thank you'... Ésa fue la bautizada como nº1, luego mítica para todos.

Menos para Page, dueño de las notas, amo de los sonidos, señor de las guitarras.
 

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