Reclamando la corona de la Nueva Ola
Por Sergio Ariza
Antes de convertirse en un maravilloso artesano pop, alguien capaz de codearse con Burt Bacharach o Paul McCartney, Elvis Costello fue el rey de eso que se conoció como la Nueva Ola al frente de sus Attractions y con este The Boy Named If reclama el título sonando con más energía y agresividad que cualquier cosa posterior a Trust. Pero puede que más importante que la renovación de adrenalina sea que las melodías que acompañan a estas canciones rivaliza con el brío de las de su periodo de esplendor.
Puede que la razón de este viaje al pasado se comprenda si tenemos en cuenta que el anterior trabajo de Costello, Spanish Model, fue una reactualización de su clásico de 1978 This Year's Model con artistas latinos poniendo tomas vocales en español a las pistas originales grabadas por él y los Attractions. Parece que el haber quedado expuesto a su época dorada le ha puesto las pilas a Costello para su 32º trabajo, el cuarto que firma junto a los Imposters, básicamente los Attractions, Steve Nieve a los teclados y Pete Thomas a la batería, con Davey Faragher de Cracker sustituyendo a un Bruce Thomas que sigue sin hacer las paces con su ex jefe.
El disco se abre con la explosiva Farewell, Ok, una especie de Merseybeat mezclado con energía punk y una banda afiladísima. Suena tanto a su primera época que no me extrañaría que le haya quitado el polvo a su mítica Jazzmaster de la portada de My Aim Is True. En la canción titular nos encontramos una de esas melodías juguetonas entre maravillosos arreglos de piano de Steve Nieve que te llevan de cabeza a Armed Forces, mientras que Penelope Halfpenny suena como una olvidada cara B de aquellos gloriosos primeros sencillos de los Attractions. Mientras que la melodía de The Difference es tan redonda que parece como si Costello hubiera vuelto a colaborar con McCartney.
La Jazzmaster vuelve para el riff, y uno de los pocos solos del disco, en What If I Can´t Give You Anything But Love?, cuyo muscular soul nos retrotrae a los tiempos de Get Happy. El ritmo del disco se para con la aparición de uno de los sencillos de adelanto del disco, la balada Paint The Red Rose Blue, en la que Costello vuelve a su adorado Burt Bacharach. Es un respiro necesario para un inicio, hasta ese momento, increíblemente movido.
Con las baterías cargadas, la energía, y la mala leche, vuelven con Mistook Me For A Friend, nuevamente con una gran aportación del órgano del fundamental Nieve. My Most Beautiful Mistake vuelve a tener una melodía irreprochable y un estribillo maravilloso, con la ayuda de la voz de Nicole Atkins. Magnificent Hurt, que fue el primer adelanto del disco, cuenta con un ritmo cortante y un Costello en plena forma, lo suficiente como para sonar a su disco más famoso, This Year's Model, dan ganas de gritarle "pump it up, Elvis".
En The Man You Love To Hate hay ligeras influencia jamaicanas, mientras que en The Death Of Magic Thinking los Imposters vuelven a subir las revoluciones con un toque del Bo Diddley beat en la batería. Pero al final del disco, Elvis se quita la corona, los Imposters bajan las revoluciones y vuelven los modos 'crooner' de los últimos tiempos. Trick Out The Truth es de las pocas que se salen de los aires nuevaoleros del resto del disco, viendo a Costello mezclando dos de los géneros que más le ha atraído, el jazz y el country, el final con Mr Crescent también es un medio tiempo, pero con una preciosa melodía que mira a los 50 y que pone el punto final con Costello aceptando su edad actual.
Para todos aquellos familiares con su fundamental trabajo con los Attractions este disco será visto como una bienvenida mirada a lo que mejor se le ha dado siempre, letras inteligentes y cabreadas, melodías burbujeantes y una banda imparable; para todos aquellos que no lo sean, ¿a qué coño estáis esperando para haceros con sus cuatro primeros discos?