Al estilo de Brian Robertson
Por Miguel Ángel Ariza
En Guitars Exchange nos hemos dado cuenta de
que va siendo hora de ir introduciendo poco a poco a esos guitarristas que
quizá por su nombre nos cuesta identificar de primeras pero que tienen un
merecido hueco en nuestro particular altar de la guitarra eléctrica. Muchos de
ellos son tan grandes como los más grandes y tan buenos como los mejores pero
quizá su paso efímero por bandas de éxito o haber vivido siempre alejados del
foco de atención del gran público hacen de ellos unos 'outsiders' de lujo que
venimos a reivindicar aquí.
Un ejemplo claro de este tipo de guitarristas, estrellas del
rock en su día, por supuesto, pero que quizá el paso del tiempo ha eclipsado en
demasía, es Brian Robertson. Este tipo, cuyo nombre puede dejar
frío a algún que otro joven lector, ha sido el guitarrista de dos de las bandas
más aclamadas de los años 70 y 80, Thin Lizzy y Motörhead.
Principalmente con la primera de ellas, junto a Scott
Gorham, formó una de las parejas de guitarristas solistas más
increíbles jamás escuchadas y probablemente una de las más influyentes debido a
la armonización casi continua que hacían en sus solos que fue algo de lo que la
siguiente generación de 'heavys' y 'metaleros' tomó nota y adoptó como la nueva
forma de hacer rock.
Para dejar boquiabierto a medio planeta con sus solos de
guitarra usó principalmente en sus años de Thin Lizzy una Gibson Les
Paul Deluxe de 1973 que fue modificando a lo largo de los años
terminando por ponerle unas Gibson PAF originales. Según él
mismo ha contado en diversas entrevistas es esta guitarra la que más podemos
escuchar en su etapa con los Lizzy tanto en estudio como en directo aunque
también es famosa su Gibson Les Paul Standard de 1960 en color
negro. Ambas guitarras fueron usadas también en su breve periodo como sustituto
de Fast
Eddie Clarke en Motörhead.
Parece que fue justo en 1977 cuando cambió las pastillas de su
Deluxe por las PAF y comenzó a usar más su Les Paul de 1960. Quizá por ello
podemos verle con ella en las fotos del absolutamente legendario Live and Dangerous, disco que debería
formar parte de la educación musical de cualquier melómano primero y también de
cualquier guitarrista de rock que quiera disfrutar de dos auténticos ases de
las seis cuerdas poniendo su talento al servicio de otro genio, en este
caso Phil Lynott, y de sus maravillosas canciones. Si no has
escuchado este disco, estás tardando.
Aparte de sus guitarras podemos decir que usó en sus comienzos
amplificadores Marshall Superlead aunque también ha usado
otros modelos como el Dual Rectifier de Mesa Boogie e incluso
ha echado mano de marcas de menos renombre como Carlsbro, concretamente
para la grabación del que quizá fuese el mejor disco de estudio en el que
participó, el Jailbreak de Thin Lizzy.
En cuanto a sus pedales solamente hemos encontrado información
sobre varios modelos de Phaser que usó en los 70 de la compañía MXR aunque
lo que sí os podemos afinar más es que uno de sus sonidos más característicos,
el de su wah, lo sacaba de los míticos Colorsound de
fabricación británica tan de moda a mediados de los 70 y que por cierto desde
aquí te recomendamos si lo que te gusta de un wah es que tenga un gran
recorrido.
Y quizá es justo eso, recorrido, lo que le faltó al bueno de
Brian Robertson para haber perdurado en la memoria popular tanto como otros
'guitar heroes' más famosos. Después de su salida del grupo de Lemmy
Kilmister no volvió a asomar su cabeza en las listas de
ventas...Pero en Guitars Exchange sabemos lo que fue y lo que sigue siendo: un
auténtico maestro de la guitarra eléctrica, al menos al que escribe estas
líneas, cuando no había tanto tutorial en YouTube, el Live and Dangeorous le sirvió como un auténtico manual de
instrucciones sobre cómo hacer las cosas bien con las seis cuerdas.