Al estilo de Neil Young
Por Miguel Ángel Ariza
Pocos guitarristas a lo largo de la historia
han basado tantísimo su sonido en la visceralidad como Neil Young.
Es evidente que no es el guitarrista más técnico que hemos escuchado en
nuestras vidas ni mucho menos pero probablemente esté muy arriba en la lista de
los que más intensidad alcanzan y de los que más descarga emocional proyectan
en cada uno de sus solos. Neil Young lo da todo, nos lo da todo y se la trae
realmente floja todo lo que tiene que ver con convencionalismos, clichés
musicales, estilos y demás normas estúpidas del negocio de la música...es un
auténtico fuera de la ley y eso nos gusta. No es de extrañar que una generación
como la 'grunge' le adoptase como un modelo a seguir.
Pero nosotros estamos aquí para hablar de cómo
acercarnos a tener su sonido y os avisamos de que no será sencillo.
Principalmente porque si lo que te gusta del canadiense es su faceta acústica
tenemos malas noticias para tu bolsillo; su sonido acústico lo basa en
auténticas deidades de las seis cuerdas como son su trío de Martin
favoritas: una D-45 de 1968 y dos D-28, una ellas de principios
de los años 40. Efectivamente hablamos de auténticas piezas de colección aunque
como ya os hemos indicado varias veces en la sección siempre podéis empezar por
haceros con una Martin actual ya que la fiabilidad de esta marca sigue
escapando a la globalización y está fuera de toda sospecha.
Y ahora entramos en los terrenos de mitos y leyendas
que tanto nos gustan por aquí. Si lo tenías difícil para conseguir su sonido no
amplificado vais a tenerlo aún peor para conseguir su sonido eléctrico. Si
pensamos en las guitarras de Neil Young puede que te venga a la mente la Gretsch
White Falcon que usaba en sus tiempos con los Buffalo Springfield y
que sigue usando décadas después pero creemos que principalmente te vendrá a la
cabeza la imagen del bueno de Neil con una Les Paul negra con unas
cuantas modificaciones que saltan a primera vista.
Hablamos por supuesto de su 'Old black',
originalmente una Gibson Les Paul Goldtop de 1953, repintada en negro
primero, modificada más tarde su pastilla del puente para ponerle la mini
humbucker de una Firebird y por último añadida en su cuerpo una palanca
de vibrato con la que Neil nos ha puesto la piel de gallina a muchos de
nosotros demasiadas veces. Sigue siendo absolutamente emocionante verle en
acción a día de hoy con su vieja guitarra al hombro, y podemos decir ésto ya
que la sigue usando en cada concierto que hace.
Hasta aquí sus guitarras, pero las malas
noticias para tu cuenta corriente no se quedan ahí ya que la fuerza de sus
distorsiones y el feedback que consigue de sus amplificadores lo saca
principalmente de antiguos Fender Deluxe Tweed de los años 50 que le
llevan acompañando también toda la vida. Pero lo dicho, no te preocupes del
todo que siempre podremos encontrar algún modelo parecido que se ajuste al
presupuesto de nosotros, pobres mortales.
Por último y siguiendo en esta estela de conseguir
el sonido de Neil Young solamente nos queda lanzaros un último consejo: olvida
el equipo que tengas, olvida la técnica que tengas, sé libre, intenso y toca
jodidamente alto. Con eso ya vas encaminado a sonar como Neil Young.