Al estilo de B.B. King

Por Miguel Ángel Ariza

1949. Arkansas. Un bar de copas. Un tipo tocando blues. Un pequeño brasero calienta al personal. Una camarera guapa. Dos tipos celosos y borrachos. No tarda en comenzar la pelea. El brasero cae, está lleno de combustible, el sitio comienza a arder como si fuese una cerilla. La cosa se pone fea. Parece que hay gente que no va a lograr salir. El guitarrista lo consigue...pero su guitarra aún sigue dentro; no se lo piensa dos veces y se adentra en el fuego para rescatarla. Resultado de la noche: dos muertos en un incendio causado durante una pelea por una chica llamada Lucille. Un guitarrista llamado B.B. King decide que su guitarra ya tiene nombre.  

Sí amigos, esta es la historia de la mítica 'Lucille'; pero no vayan a pensar que esa 'Lucille' fue su pareja de toda la vida. No, que va. B.B. King cambió muchas veces de guitarra pero nunca cambió su nombre. A todas las llamó 'Lucille' como él mismo dijo “para recordarse siempre no volver a hacer una estupidez como la de aquel día nunca más”.
 

Efectivamente no es 'Lucille' una historia de amor fiel entre objeto y artista precisamente. El artista cambiaba de objeto con bastante facilidad. De hecho, aquella 'Lucille' originaria era una Gibson L-30. Fue mucho más tarde cuando el bueno de Riley B. King se metió de lleno en el mundo de las semi caja o semi huecas, primero con la Gibson ES-335 que, por cierto, podemos escuchar llorar, gritar, gemir y hacernos disfrutar en, quizá, su mejor disco Live At the Regal de 1965.  Y no será hasta finales de los 60 cuando por fin se decanta finalmente por una Gibson ES-355, guitarra que le acompañaría casi toda una década hasta que da por fin con la su guitarra signature que le acompañaría hasta el final de sus santísimos y gloriosos días: la Gibson B.B. King Lucille.
 

Básicamente es la misma guitarra que una 355 en cuanto a medidas, pastillas y demás características pero con dos detalles bien distintos. El primero es que no tiene las “efes” de los modelos ES de Gibson. King dijo a los lutieres de Gibson que no las quería para evitar esos acoples que cualquier guitarrista que las haya usado en directo sabe que son tan frecuentes con este tipo de guitarras. El segundo es que el mástil es de arce y no de caoba.  

Ahora viene otra de las sorpresas del sonido de B.B. King: usaba un amplificador de transistores. No siempre, pero según parece ser sí siempre que podía. Adoraba sus Lab Series L 5 y solamente usaba otros modelos (como los Fender Twin Reverb de válvulas) si no podía conseguir los Lab.
 

En cuanto a los pedales que usaba podemos dejarlo bien claro: no usaba ninguno. Se permitía este lujo poniendo siempre su amplificador muy alto (y en sus últimos tiempos muy saturado) y acompañando sus subidas de intensidad dándose cada vez más volumen desde su guitarra.  

Así que sin una inversión de locos todos nosotros podríamos tener mañana el mismo o muy parecido equipo que usaba BB King en nuestras manos...¿seríamos capaces de sonar alguno como él? Supongo que una carcajada sería la mejor respuesta a esta pregunta. Dentro de nuestra intensa y, por qué no decirlo, divertida búsqueda a lo largo de los años de nuestro equipo perfecto, nuestros amplificadores, pedales y veneradísimas guitarras hay ciertos tipos que te recuerdan una y otra vez que el tono que tú buscas como el Santo Grial no está en tu equipo sino que solo existe en sus manos. El ejemplo más claro tiene nombre y apellidos: B.B. King.  

       

Encuentra tu 'sonido B.B. King'