Revisitando un clásico

Por Tom MacIntosh

Considerado uno de los mejores discos de rock en directo de todos los tiempos, junto con otros como el At Budokan de Cheap Trick , el Made in Japan de Deep Purple o el Frampton Comes Alive de Peter Frampton, hoy hablamos del Alive! de KISS. Lanzado en 1975, era un paquete explosivo que entregaba más cosas que cualquier cosa en ese momento. Para empezar, los discos "en directo" no eran populares, y hacer un disco doble en directo fue considerado un suicidio. El fundador de KISS, Gene Simmons, explica: "... en esos días, los discos en directo eran un símbolo de fatalidad, y los discos dobles en directo simplemente no existían". Solo había un pequeño problema, Alive! no era exactamente en directo...  



La tarea del productor Eddie Kramer fue elegir las mejores canciones de cuatro conciertos, canciones que habían aparecido en discos anteriores como KISS (1974), Hotter Than Hell (1974) y Dressed To Kill (1975), en lugares de Detroit, Cleveland, Nueva Jersey e Iowa. Después de escuchar las grabaciones, no quedaron impresionados, por lo que hicieron lo que hacen todos los artistas, regresaron al estudio y procedieron a pulirlo.
 



KISS era sin duda "el espectáculo" en directo que había que ver, con sus grandiosas presentaciones con guitarras humeantes, cohetes que volaban, sangre escupida, baterías levitantes, fuego, pirotecnia, y qué decir sobre los hipnóticos trajes de cómic y el maquillaje Kabuki: Paul Stanley era The Star Child, Simmons era The Demon (naturalmente, con una amenazadora lengua de serpiente), Ace Frehley era The Spaceman y el baterista Peter Criss, The Catman. Hay que tener en cuenta que esto fue hace 44 años cuando este tipo de cosas eran frescas y emocionantes, (aunque algunos lo llamaron atroz y malvado) a pesar de que su paso por la radio era junto a actos pop como Elton John o The Captain & Tennille, y sus primeros tres discos reflejan esto en las ventas, el riesgo de publicar un disco doble en directo sin duda detonó cualquier incertidumbre sobre quién era quién.
 



Así que cuando se editó la grabación, tuvieron que pulir la maestría musical debido a toda la actividad en el escenario (saltar, respirar fuego, explotar bombas, etc.) e incluso meter una multitud exuberante y "loca". Sin embargo, no puedes escuchar ninguno de los "arreglos", incluso la inclusión de un solo de Frehley en Rock and Roll All Nite es perfecta. Stanley escribe en su libro que no buscaban la autenticidad, "... ¿quién quería escuchar una guitarra desafinada?... sí, la mejoramos, no para ocultar nada ni engañar a nadie, sino para que fuera perfecta, y perfecto es lo que conseguimos".
 

La estancia de la banda en Casablanca Records no había sido feliz hasta ahora, el dinero del sello se había agotado después de sus primeros tres intentos fallidos, así que todo estaba en el alambre hasta que Alive! los catapultó al estrellato.
 



Este disco doble contiene 16 canciones que están llenas de dosis seguras de testosterona, ‘braggadocio’ y un éxtasis sónico sin precedentes. La primera cara establece el tono de manera feroz con Deuce, Strutter, Got to Choose, Hotter Than Hell y Firehouse, que dan vida a estas grabaciones de estudio. Una vez que el oyente está completamente enganchado el resto del disco fluye como lava fundida. Otros números infundidos de adrenalina incluyen Nothin' to Lose, donde Simmons y Criss brillan vocalmente, así como Watching You, Parasite y She, mostrando el hábil toque de Frehley en solos en su Gibson Flying V, o su amada Gibson Les Paul Deluxe del 73. La canción más larga del disco es 100.000 Years, (con 12 minutos) con un solo de batería de Criss de más de 7 minutos, seguido de las legendarias, Black Diamond, Rock Bottom y Cold Gin, que cubren todas las bases del rock duro. Pero la referencia eterna del disco es la primera canción de KISS escuchada y cantada en todo el mundo, Rock and Roll All Nite, que despierta a la multitud en frenesí con una de las mejores canciones para hacer una fiesta de todos los tiempos. El disco se cierra con la rotunda, Let Me Go, Rock and Roll, con Frehley y Stanley intercambiando sabrosos 'licks', completando un disco excepcional que validó y justificó todo lo demás que hicieron, como las numerosas secuelas de Alive!, Alive! II, III y IV, además de engendrar al famoso club de fans 'Kiss Army', el disco fue un superventas que les elevó a la categoría de Dioses del Rock para siempre.


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