Encontrando nuevos patrones

Por Paul Rigg

True Meanings de Paul Weller fue lanzado el 14 de septiembre y es su decimocuarto disco en solitario; pero, ahí es nada, es el vigésimo sexto álbum de estudio de su carrera si se incluye su tiempo con The Jam y The Style Council.  

Ha recorrido un largo camino musicalmente desde que comenzó a sacudir las listas cuando tenía 18 años en 1977 con el influenciado por el punk In The City de The Jam, pasando por R&B, pop, blues y soul e, incluso, deep house. Ahora, después de haber cumplido 60 años, el ‘Modfather’ ha dado otro giro radical y sorprendente al explorar tonos más bucólicos y folk, con sus guitarras acústicas, su Gibson J-45 y su Guild Orpheum Jumbo si nos remitimos a los vídeos promocionales, respaldada por la orquestación. También es el disco más colaborativo que ha hecho. "Lo escribí para mantener a mi audiencia interesada", dice.
 



Y ciertamente parece estar lográndolo; mientras escribo esto el disco no había derribado a Eminem en la cima de las listas de discos del Reino Unido, pero le estaba pisando los talones.
 

True Meanings
fue grabado en no mucho más de tres semanas en su Black Barn Studio, con artistas como Noel Gallagher, Rod Argent de los Zombies y el gigante del folk Martin Carthy, apareciendo de vez en cuando para grabar sus partes. La orquestación se agregó posteriormente.
 

Weller se acerca más al estilo 'crooner' en este disco que en cualquier otro y de esta manera no puedo evitar sino recordar a Elvis Costello, quien también emergió del movimiento punk pero luego adoptó las canciones de Burt Bacharach y tuvo un éxito con su versión del She de Charles Aznavour. "En los últimos años, he aprendido a cantar correctamente, ahora puedo cantar mucho mejor", dice Weller.
 

La verdad es que Weller siempre ha tenido oído para las melodías más ligeras y texturas delicadas, en canciones como English Rose de All Mod Cons, por ejemplo, o Tonight at Noon de This is the Modern World. Pero esta es la primera vez que ha hecho un disco completo en ese estilo.
 



El disco nació a partir de la canción Gravity, que fue escrita hace más de cinco años pero nunca encontró un hogar, hasta ahora. Sin embargo, el disco en sí comienza con The Soul Searchers, un encantador número pegadizo que fue escrito por el cantante de Villagers, Conor O'Brien, y presenta a Rod Argent en el órgano de Hammond.
 

Glide
encuentra que Weller pasa "a través de un portal a mi juventud" para "ver cómo se desarrollan los recuerdos", y emplea guitarras acústicas que se mezclan con las cuerdas pastorales en la sección instrumental. Luego llega Mayfly, que es una canción bellamente emotiva que de repente cambia de ritmo con una maravillosa guitarra principal de Steve Brookes (reminiscente de los primeros días de The Jam). "Déjame sentir de la misma manera", canta Weller con tono reflexivo.
 

Weller explica que Old Castles tiene que ver con el tema clásico de un "viejo rey codicioso que no se preocupa por sus súbditos" y que luego observa como "todo se derrumba a su alrededor". Desafortunadamente, le siguen algunas pistas más débiles como What would he say?, Bowie, Wishing Well y Aspects, que de nuevo encuentran a Weller mirando hacia atrás en su camino por la vida.
   



Come Along
representa un cambio positivo y cuenta con iconos folk como Martin Carthy (guitarra) y Danny Thompson (contrabajo); dos artistas que Weller admira enormemente. Esta canción de verano líricamente coqueta encuentra a Weller preguntándose "qué está sucediendo debajo de ese vestido" mientras intenta convencer al objeto de su deseo para tener una aventura con él.
 

Las últimas canciones Moving On y White Horses tratan sobre los principales cambios en la vida; mientras que el segundo aborda temas de paternidad y familia. White Horses, en particular, se basa en un clímax emocionante que lleva un peso emocional real.
 

El viaje personal de Weller "para encontrar verdaderos significados y patrones en las cosas" (como canta en una canción) ha producido un disco que lo encuentra reflexionando sobre su vida cuando entra en su sexta década. En sus propias palabras, y de manera refrescante desde la perspectiva de este crítico, está "haciendo balance a los 60, pero no por mucho tiempo, ya que es demasiado estimulante".


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