Continuando el legado de Hendrix

Por Sergio Ariza

Normalmente no me gusta meterme en los artículos que escribo pero hoy voy a hacer una excepción. En marzo de 2017 iba a entrevistar al gran Alejandro Escovedo en la sala El Sol de Madrid, llegué allí pronto junto a mi hermano pequeño, gran guitarrista por su cuenta, y nos pusimos a hablar con él, rápidamente se interesó por nuestros gustos y nos enseñó una guitarra que le habían hecho a medida. Cuando nos preguntó por nuestro guitarrista favorito, no dudamos, primero Hendrix y luego todos los demás, así que Escovedo nos dijo "entonces os gustará Robin Trower". Admitamos nuestros pecados, en ese momento no sabíamos de quién nos estaba hablando. Así que, sorprendido, nos dijo era el guitarrista de Procol Harum y que luego en solitario consiguió un sonido muy en la onda de Hendrix. Nos miramos sorprendidos, ¿los tipos de A Whiter Shade Of Pale tenían un guitarrista que sonaba como Hendrix?  

 

Al día siguiente decidí investigar un poco y quitar polvo a mis viejos discos de los Harum, tenía el primero y A Salty Dog, además de escuchar sus discos en solitario. No me lo podía creer, el tipo era muy bueno y su sonido, a pesar de estar claramente en deuda con Hendrix no era una mera copia sino que sabía darle un toque personal. Escuchando el resto de discos de los Harum pude ver su evolución, hasta llegar a los tiempos de Broken Barricades en el que ya se le puede calificar como un auténtico 'guitar hero' por cuenta propia. Desde entonces he intentado imitar a Escovedo y recomendar a un guitarrista injustamente olvidado, con un tremendo gusto a las seis cuerdas y un estilo lleno de fuerza y emoción.
 

Nacido en Catford, cerca de Londres, un 9 de marzo de 1945, Robin Trower fue un guitarrista tardío. No comenzó a tocar hasta los 14 años y no lo hizo porque le gustase sino porque vio a Elvis con una guitarra. Su primer modelo fue uno de cuerpo sólido con el que tocaba cosas de los Shadows. No practicaba mucho pero tenía talento natural para la guitarra. En 1962 se integró en su primera banda profesional, los Paramounts con los que llegaría a grabar algunas versiones de R&B. Su primera oportunidad le llegó cuando los Rolling Stones les ofrecieron ser sus teloneros durante una gira por el país. A su vuelta a Londres les habían caído en gracia a y se quedaron en su lugar en varios clubs de blues que se les habían quedado pequeños. En 1965 fueron teloneros de los Beatles pero no lograron mucha más repercusión. Trower todavía se tomaba esto como un juego, aunque su experiencia en la banda le puso en contacto con Gary Brooker y B.J. Wilson con los que se reuniría en Procol Harum.
 

A medida que el grupo se iba orientando más hacia el pop, el gusto de Trower se decantaba hacia el blues, hasta que decidió dejar la banda a finales del 65. Durante seis meses no hizo otra cosa que empaparse de grandes guitarristas de blues, gente como Albert King, Otis Rush, Hubert Sumlin o, por encima de todos, B.B. King, cuyo Live At The Regal escuchaba a todas horas.
 

Casi al mismo tiempo su ex compañero Gary Brooker, pianista y cantante, se había juntado junto al letrista Keith Reid, al organista Matthew Fisher y habían formado un grupo llamado Procol Harum. Los tres firmarían una de las canciones más conocidas de la época, A Whiter Shade Of Pale, que se convertiría en uno éxito absoluto cuando se publicó en mayo de 1967. Pero en medio de semejante éxito, dos de los miembros del grupo, el guitarrista y el batería se marcharon para formar su propio grupo. La compañía quería grabar inmediatamente para aprovechar el éxito y Brooker se acordó de sus compañeros en los Paramounts, Trower y Wilson. Al principio el guitarrista tenía sus dudas, no se veía tocando en una banda más interesada en Bach que en B.B. King, pero Brooker le prometió que habría espacio para él y, de la noche a la mañana, pasó a formar parte de una de las bandas con más futuro de Inglaterra. Lo primero que grabaron fue Homborg, una canción continuista, con el órgano de Fisher y el piano de Brooker en primer plano. El primer disco se grabó a toda prisa, en junio del 67, con casi todas las canciones escritas por Brooker y Reid. Fue uno de los primeros ejemplos de lo que luego se conocería como rock progresivo, aunque también estaba relacionado con la floreciente psicodelia. Trower se deja notar en varias piezas como en Kaleidoscope, Cerdes o, principalmente, Repent Walpurgis en la que se luce con su Gretsch Country Gentleman conectada a un Selmer Little Giant y un Fender.
 

   

Al año siguiente grabaron Shine On Brightly donde se empieza a ver su influencia en varias canciones, aunque todavía no recibe crédito como compositor. La más evidente es Wish Me Well, un blues rock en el estilo Cream en el que se puede disfrutar de su trabajo con una Gibson SG del 68. Es por estas fechas cuando Trower comienza a tomarse más en serio lo de ser guitarrista. Ya tenía el talento natural (es increíble cómo toca para la poca práctica que tenía), así que comenzó a ejercitarse. Su profesor particular no fue otro que el gran Robert Fripp, un amigo que estaba a punto de crear King Crimson, y que fue el que le enseñó varios ejercicios para agilizar los dedos. Les sacaría mucho partido, tanto que cuando en 1974 volvió a coincidir con Fripp, fue Trower el que le enseñó un par de cosas. A pesar de estar en dos mundos totalmente distintos su amistad y el profundo respeto que sentían el uno por el otro hizo que casi colaboraran juntos.
 

 

Esta mejora empieza a verse en A Salty Dog, el mejor trabajo de la banda hasta la fecha. Juicy John Pink es un impresionante blues al estilo de antes de la II Guerra Mundial. En cuanto a los solos se puede comprobar en The Devil Came From Kansas y en la intensa Crucifiction Lane (otra propia), al estilo Otis Redding, que Trower sigue su ascensión a la liga de los grandes guitarristas ingleses. Claro que su trabajo más alucinante hasta la fecha se puede apreciar en Long Gone Geek, una cara B que es uno de los temas más directos y rockeros de la banda. Como en el resto del disco, utiliza una Les Paul Special junto a un amplificador Gibson.
 

  

Desde el brutal riff inicial de Whisky Train se puede ver que Trower se ha hecho con el control de la banda en Home, el cuarto disco de la banda, publicado en 1970. A pesar de que sus contribuciones como compositor se limitan a esta (una de sus mejores canciones) y a About To Die, cercana a los Free, el resto del disco ve a la banda abrazando un sonido mucho más desnudo en el que la guitarra de Trower es el principal foco, Still There’ll Be More le ve con el traje de ‘guitar hero’ totalmente puesto. Es su mejor solo hasta ese momento con la banda.
 

Fue durante la presentación de ese disco cuando el guitarrista descubriría la guitarra que definiría su sonido para siempre. El 6 de septiembre Procol Harum compartió cartel en Berlín Oeste con Jimi Hendrix en el penúltimo concierto que dio este antes de morir doce días después. Pero no fue esa la razón por la que Trower abrazó la guitarra a la que siempre estaría asociado. Cinco días después de la muerte de Hendrix Procol Harum comenzó una gira en Inglaterra con Jethro Tull. El guitarrista de estos, Martin Barre, tenía una Stratocaster y un día, durante una prueba de sonido, Trower decidió conectarla a su amplificador... Su grito se pudo escuchar por todo el recinto "¡Es esta!". Había encontrado la guitarra de sus sueños, a partir de ese momento se convertiría en su modelo principal. Al día siguiente corrió a una tienda y se compró una Stratocaster del 62 con la que escribiría uno de los homenajes más bonitos al hombre que más le influyó, el creador de Little Wing.
 

 

Para este momento Trower ya estaba en disposición de volar en solitario, pero antes de dejar a sus compañeros entregó un gran trabajo de hard rock, en el que se puede apreciar cómo ha alcanzado el cénit como guitarrista, es Broken Barricades, publicado en 1971. Un disco que se abre con Simple Sister, una de las mejores canciones del dúo formado por el Brooker y Reid, pero lo que de verdad destaca es la amenazante guitarra principal de un Trower totalmente encendido. En Playmate Of The Month demuestra su habilidad para responder al cantante dentro del vocabulario blues. Además entrega tres canciones propias, con letras de Reid, (Memorial Drive, Song for a Dreamer y Poor Mohammed) y pone la voz principal en las dos últimas. Memorial Drive y Poor Mohamad son puro R&B, pero la canción más significativa es Song For A Dreamer, su sentido homenaje al hombre al que más debe, Jimi Hendrix, cuya muerte le dejó con la misión de continuar su legado. Está llena de referencias al genial guitarrista zurdo, de May This Be Love a 1983 (A Merman I Should Turn), que demuestran que Trower se ha empapado hasta las cejas de su autor. Muchos años después todavía lo primero que se destaca de Trower es su similitud a Hendrix pero cuando le preguntan si eso le molesta, el inglés lo tiene claro: "No realmente. De cierta manera es todo un elogio. He sacado mucha inspiración de Jimi, particularmente de la era de la Band of Gypsys".
 

 

Así que cuando dejó Procol Harum lo tuvo claro, había que continuar donde Hendrix lo había lo dejado, había alcanzado un nivel tal, que era de los pocos que lo podía hacer. Su primer disco en solitario ya estaba lleno de ese sonido al que supo dotar de su propia personalidad. Otra de sus señas de identidad fue la presencia de James Dewar al bajo y a la voz, logrando una mezcla que suena como si el Hendrix del final se hubiera juntado con Paul Rodgers para sacar un disco. Evidentemente no están inventando la rueda pero Twice Removed from Yesterday suena espectacular. El combo de la Strato de Trower junto a sus Marshall de 100 vatios se convertiría en un fijo.
 

 

Era 1973 y en Nueva York se pasó por la mítica tienda Manny para hacerse con otras dos Stratocasters. Era la misma tienda en la que David Gilmour se compró su mítica Black Strat. Con ellas grabaría su disco más recordado, Bridge of Sighs, con el que se convertiría en una improbable estrella cuando entró en el Top Ten de las listas de EEUU. Es el mejor disco de Hendrix en el que éste no toca, la canción titular es una delicada maravilla en la que Trower despliega toda su clase.
 

 

Los discos seguirían llegando, como el notable Robin Trower Live de 1976, grabado el año anterior en Estocolmo. Con el tiempo la popularidad fue decayendo, pero no la clase. En los 80 se juntaría con Jack Bruce con el que grabaría un par de discos juntos y más tarde, Fender le haría el mayor de los honores al dedicarle un modelo Signature de Startocaster siguiendo por completo sus indicaciones.
 

No ha parado ni un momento, en los últimos tres años ha sacado tres discos, y sigue de gira llevando el legado de Hendrix hasta todos aquellos que no pudieron disfrutar del genial guitarrista zurdo. Si no han oído hablar de él, no duden un momento y sumérjanse en su obra, con Broken Barricades y Bridge Of Sighs como primeras paradas, si les gusta la guitarra eléctrica tanto como a nosotros nos lo agradecerán.


    

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