Al estilo de Roy Buchanan

Por Miguel Ángel Ariza

Nos centramos esta semana en la que probablemente fue la ausencia más discutida en nuestra lista de 'Masters of the Telecaster'Roy Buchanan. Lo exigisteis, le demandasteis, algunos incluso puede que os pillaseis un cabreo con el tema...y nosotros los sentimos mucho; pero bueno os prometimos un 'In the style of', no para enmendar nuestro sacrilegio imperdonable pero al menos sí para hacerlo más llevadero, y aquí estamos escribiendo estas líneas en el día de su cumpleaños.  

Roy Buchanan es un tipo cuyo sonido más característico va ligado siempre a una guitarra con nombre de muñeca, Nancy, y de una edad más que considerable ya que se trata de una Fender Telecaster de 1953. Nancy, adquirida en 1969 por el guitarrista, solía ir enchufada siempre a un Fender Vibrolux con el tono atascado en el número 10. Más o menos con eso forjó su sonido aunque muchos de vosotros ya sabéis que el verdadero 'mojo' de Roy Buchanan salía de todos los artificios técnicos que era capaz de llevar a cabo con ese equipo tan minimalista. Sus juegos con los potenciómetros tanto de tono (para crear esa especie de efecto de wah tan característico) como con el de volumen para crear esos solos repletos de 'swell' y sus técnica tocando con y sin púa o creando esos armónicos tan agudos que otros copiaron después son realmente la esencia de su legado.
 

Pero aquí venimos a hablar de guitarras, no de manos y dedos, y por ello tenemos que contaros que aunque hablamos de un 'Master of the Telecaster' a finales de los años 70 cambió su Nancy por una Fender Stratocaster y una Gibson Les Paul Goldtop 30th Anniversary. Con estas dos guitarras se pasó la mayor parte de los primeros años 80 hasta que acabó por volver a la Telecaster pero no a su viaja amiga Nancy sino con una Fender Telecaster de 1983 que montaba unas pastillas Bill Lawrence con bastante más salida que las de los años 50.
 
También durante esta época trató de buscar nuevos tonos y sonidos en amplificadores como los Peavey, los Marshall o los Mesa Boogie hasta quedarse por fin anclado con el Roland Jazz Chorus 120 casi hasta el final de su vida al que por cierto le rajaba los conos para sacar de él algún que otro sonido saturado al igual que hiciera años antes Dave Davies de los Kinks para grabar You Really Got Me. No parecía muy amigo de conseguir esas distorsiones con pedales que ponerse por el suelo aunque sí sabemos que usó el Echoplex y un Boss DD-2 para conseguir el efecto de 'slapback'.  

Quizá nunca obtuvo el reconocimiento popular que se merecía, algunos le apodaban 'el mejor guitarrista desconocido del mundo', pero sí que obtuvo la veneración de algunos de los más grandes guitarristas de su época y de las que han venido después como Danny Gatton
Jeff Beck Gary Moore. Quizás si no hubiese decidido quitarse la vida, o como sostiene su familia, si la policía de la prisión del condado de Fairfax no le hubiese quitado la vida hoy en día podría haber aprovechado la pasión de las nuevas generaciones por escuchar blues de la era pre-youtube, ese blues de raíces que sale del alma y no de partituras, y podría haber gozado quizás de un estatus de estrella que nunca consiguió.
 


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