Una breve introducción a la serie ES de Gibson
Por Miguel Ángel Ariza
En
1936 Gibson lanzaba al mercado el modelo ES-150 y
así nacía, hace más de tres cuartos de siglo, la serie ES de Gibson,
probablemente la serie culpable de que Gibson signifique lo que significa hoy
en día y, dicho sea de paso, probablemente la serie que reúne las guitarras
eléctricas más bellas jamás creadas.
Aquellas
siglas, ES, corresponden a 'Electric Spanish'. La marca tenía que diferenciar
estos nuevos modelos de los Lap Steel de su serie EH 'Electric Hawaiian',
guitarras mucho más que populares en Estados Unidos en los años 30. No fue del
todo exacto el nombre que le dieron al experimento pero tampoco podemos decir
que aquello les saliese nada mal. Para muestra de ese éxito podemos contaros
que la Gibson ES-175, lanzada a finales de la década de los 40 y
que sería la preferida de artistas como Wes Montgomery en la
década siguiente, aún se fabrica hoy en día convirtiendo esta guitarra en el
modelo en producción más longevo de todo el mercado.
Pero el éxito
más grande de toda la serie llegaría casi diez años más tarde, en 1958, cuando
la compañía estadounidense introdujo en el mundo de las seis cuerdas la primera
semi hueca de la historia, la Gibson ES-335 y sus hermanas
mayores, la ES-345 y la ES-355. Fue uno de los
mayores éxitos en la historia de la marca y probablemente el más instantáneo
porque, como ya comentamos en su día en el artículo sobre el año 1958 Gibson
conseguía con este modelo eliminar los problemas de feedback de las guitarras
huecas conservando gran parte de su tono y el ataque del sonido de una guitarra
sólida como la Gibson Les Paul.
Por cierto
os hemos contado que ese prefijo ES corresponde a la abreviatura de Electric
Spanish pero nos morimos de ganas de contaros que los números de tres cifras
que siguen a ese prefijo no corresponden a otra cosa que al precio que tenían
las guitarras al comercializarse. Ningún tecnicismo detrás, sino simplemente
dólares. De ahí que vuestro infalible poder de deducción esté ahora mismo
haciéndoos flipar con que la ES-175 costó en 1949 175 dólares y que la 335
salió en 1958 por 335 dólares, 10 menos que la 345 y 20 menos que la 355. Más
tarde esas cifras dejaron de tener este significado económico como podéis
imaginaros; la ES-339, la versión de dimensiones más pequeñas de la
335, no salió al mercado por 339 dólares precisamente...
En cuanto
a las variaciones entre los distintos modelos de la serie os podéis imaginar
que son infinitas; desde la única pastilla simple de la ES-150 hasta las dos
mini humbuckers de la ES-325 de 1972, pasando por las
míticas PAF que montaban las primeras ES-335 o las P-90 de
la mítica Gibson ES-295 de Scotty Moore.
También
encontramos diferencias sustanciales en las medidas de su cuerpo, en sus
mástiles e incluso en la curvatura de su 'cutaway' diferenciando el estilo
'Florentine' de la ES-135 por ejemplo del estilo menos picudo
de la ES-335 denominado 'Venetian'. Incluso las características 'efes' de casi
todos los modelos de esta serie ES en algún caso como el de la ES
Lucille vienen tan solo pintados en su cuerpo a petición explícita del
artista que inspiró este modelo concreto.
En
definitiva podemos encontrar dentro de la serie ES de Gibson guitarras huecas,
semihuecas e incluso sólidas, todo tipo de pastillas siendo predominantemente
las humbuckers su seña de identidad, cuerpos abiertos, cerrados, todo tipo de
colores, con y sin Bigsby...las posibilidades sónicas y estéticas son infinitas
pero lo más importante es que sus posibilidades a la hora de crear música con
ellas y de integrar su sonido en todo tipo de estilos también lo son. Se podría
afirmar que el mejor jazz, el mejor blues y el mejor rock and roll primitivo
jamás creado se hizo con una guitarra de la serie ES de Gibson pero es que su
legado continúa en el tiempo hasta nuestros días haciendo de estas obras de
artesanía uno de los objetos más codiciados de todos los guitarristas del mundo
en pleno siglo XXI.
Desde el
primer 'guitar hero' de la serie, Charlie Christian, hasta el indie
más actual pasando por B.B King, Scotty
Moore o Clapton casi
cualquier banda y estilo que se te pueda ocurrir ha acabado probando a
conciencia el sonido que sale de estas maravillosas guitarras que Gibson lleva
ofreciéndonos desde 1936...Una pena que para ajustarnos al paralelismo original
entre nombre y precio de muchas de ellas haya que añadir un 0 a los tres
dígitos originales.