Al estilo de Robert Fripp

Por Miguel Ángel Ariza

Bienvenidos a la nave nodriza. Hablamos hoy de uno de los principales culpables de un delito gravísimo: el de haber “obligado” al guitarrista común a transportar kilos y más kilos de equipo a sus conciertos. Si la semana pasada nos tocó hablar de Muddy Waters y de su primitiva manera de subirse a un escenario con tan solo un cable para enchufar su guitarra a su ampli nos encontramos esta vez ante el antagonista del señor Waters, Robert Fripp, un auténtico extraterrestre que quiso llevar su música a otro planeta y que lo consiguió a base de ir modificando sus guitarras, añadiendo efectos, todo tipo de controladores y casi cualquier extra que se pueda imaginar para crear esa especie de cabina de nave espacial en la que podemos verle en sus conciertos y con la que crea los sonidos y las atmósferas que hemos escuchado en la maravillosa música que ha compuesto a lo largo de toda su carrera.  

Si bien es verdad que en los comienzos de su carrera allá por 1969 junto a la banda que le hizo ser quien es, King Crimson, tenía que echar mano de lo que había, concretamente de un par de Gibson Les Paul Custom, una del 57 y otra del 59 que había pasado anteriormente por las manos de 
Steve Marriott, su “carrera espacial” no ha dejado de desarrollarse ni un solo minuto en estos casi 50 años de trayectoria hasta casi hacer dificultoso distinguir al propio Fripp en sus conciertos entre tantísimo equipo que le rodea, incluyendo controladores MIDI Korg en forma de teclado, su ordenador y Ipad Apple, torres de equipo en formato de rack, entre los que destacan los Eventide H8000H3500 o sintetizadores para pisar como su Roland GR-1 o el US20 Splitter. su Rocktron MIDI Raider y varios pedales de expresión Boss. En definitiva y por decirlo de alguna manera, el backliner y técnico de Robert Fripp tiene que sudar un rato para ganarse el sueldo cada día que tiene que montar semejante arsenal en sus conciertos.
 

Todo ese equipo suele ir conectado a la que es su guitarra principal desde hace más de 20 años, una Fernandes Gold Top Custom que la marca construyó para él en 1995 y que como casi todas las guitarras que usa lleva instalada una pastilla humbucker además de la pastilla MIDI con la que filtra todos sus sonidos procesados.
 

Como podéis observar no estamos ante un tipo muy clásico en cuanto al sonido, pero tiene su lógica, ya que como adelantábamos al principio este señor no tiene mucho que ver con Muddy Waters y Fripp nunca ha basado su música en el blues como la mayoría de los protagonistas de nuestra sección. Eso hace de él un guitarrista bastante especial, tan especial como para llevar cinco décadas con una auténtica banda de culto como King Crimson y, entre disco y disco, nuevas reuniones y nuevas formaciones de su banda, haber sido guitarrista y fuente de creación de algunas de las mejores obras de David BowieBrian Eno o los Talking Heads entre otros muchos. Es lo que tiene ser de otro planeta o, al menos, estar en busca de ese otro planeta desde 1969...Y nosotros, mientras tanto, disfrutando de esa búsqueda.
 


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